El gobierno conservador del multimillonario Rishi Sunak puso en marcha un severo ajuste: recesión, inflación, más impuestos y desmantelamiento de lo que queda del Estado. “La situación empeorará antes de mejorar”, señaló el Ministro de Finanzas, Jeremy Hunt.

Fuertes aumentos de impuestos y servicios. Drásticos recortes del gasto fiscal, lo que incluye salud y educación. Inflación y recesión galopantes. Abrupta (y hasta ahora imparable) caída de la producción. Los precios de los alimentos se dispararon. La afectación al servicio público de salud fue brutal: se cancelaron más de 200 mil citas médicas y más de 300 mil operaciones. Y además, el director del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, Stephen Powis, advirtió que “habrá todavía más recortes en las próximas semanas y meses”.

Las medidas produjeron una contundente respuesta popular con protestas, piquetes y extensos paros en actividades como el transporte público, los trenes de larga distancia, la educación y la salud, entre otras actividades. 

“Los británicos enfrentarán fuertes aumentos de impuestos y recortes de gastos para lidiar con un rojo fiscal de 54 mil millones de libras (63 mil millones de dólares), según un paquete de medidas anunciado la semana pasada por el gobierno del primer ministro Rishi Sunak para estabilizar la economía del Reino Unido y reducir la inflación en un contexto de recesión. El plan amenaza con agravar la caída de la producción”, informó el diario argentino Ámbito Financiero con un título que denota asombro ante las medidas del primer ministro británico: “Sunak lanzó una curiosa receta contra la recesión en Reino Unido: un severo ajuste”. El ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, admitió que la situación “empeorará antes de mejorar”, informó el diario argentino.

“Con el discurso de sacrificio hoy para lograr la siempre postergada felicidad en algún momento del futuro, Gran Bretaña sufre una fuerte caída de su nivel de vida y de poder adquisitivo. Ha renacido la resistencia sindical a la austeridad y la creciente desigualdad”, aseguró el corresponsal de Página 12 en ese país, Marcelo Justo, en la nota titulada “El plan de Milei lleva años fracasando en el Reino Unido”, publicada el 8 de enero de 2024.

“La felicidad que Javier Milei promete para dentro de 15, 35 o 45 años, la prometieron en mucho menos tiempo los conservadores británicos cuando ganaron las elecciones de 2010. El camino era el mismo: achicamiento del gasto social, reducción del déficit, thatcherismo y encendida retórica. La felicidad vendría después del sacrificio”, agrega Justo.

Según la agencia argentina Télam, en su intervención ante los demás diputados, Hunt confirmó que el Reino Unido está ahora en recesión “como otros países” y advirtió que “cualquiera que diga que hay respuestas fáciles no está siendo sincero con el pueblo británico”.

El Ministro vaticinó en 2022 que las cosas empeorarían antes de mejorar y reveló que según el pronóstico de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR), el PIB del Reino Unido se iba a contraer un 1,4 por ciento en 2023, antes de volver a crecer en 2024.

La post-verdad al palo: aumentar los precios para que baje la inflación

Hunt aseguró que presentaba un plan “para abordar la crisis del costo de vida y reconstruir la economía” y “reducir la deuda en los próximos años”.

El paquete anunciado incluye un aumento del impuesto a las ganancias excepcionales de las empresas de energía, y más personas pagarán la tasa anual máxima de ese gravamen, señaló Télam.

“Aquellos que ganan 150 mil libras (176 mil dólares) o más, pagarán unas 1.200 libras (1.415 dólares) más al año”, dijo Hunt al confirmar el aumento.

Inversión en cambio climático: ¡no money!

Sobre el cambio climático, Hunt confirmó que el gobierno sigue totalmente comprometido con el pacto aprobado el año pasado en la ciudad escocesa de Glasgow en la reunión denominada COP26, que incluye una reducción del 68 por ciento de las emisiones para 2030. Pero siempre hay un pero. Porque pese al “total compromiso”, anunció que no será posible mantener el objetivo del 0,7 por ciento de gasto en ayuda exterior hasta que la situación económica lo permita. Lo redujo en alrededor del 0,5 por ciento.

Para armas siempre hay recursos

El ministro de Finanzas no sorprendió a nadie a la hora de anunciar cuál es el gasto público que nunca, jamás, se toca. Hunt dijo que continuará manteniendo el presupuesto de defensa en “al menos el 2 por ciento del PIB”. Como es sabido, hay gastos públicos buenos y otros malos. Y resulta sorprendente que el gasto “malo” (que ni siquiera debería llamarse así, sino “inversión”) son los fondos destinados a salud, educación y ayudas sociales, por ejemplo. En cambio el gasto “bueno” es la compra de armas. 

El Ministro concluyó su discurso diciendo que el país no es “inmune a estos vientos en contra, pero con este plan de estabilidad, crecimiento y servicios públicos, enfrentaremos la tormenta”.

“Es un plan equilibrado para la estabilidad, un plan para el crecimiento y un plan para los servicios públicos. Muestra que no es necesario elegir entre una economía fuerte o buenos servicios públicos”, agrega la nota de Télam sobre las medidas del ministro de Finanzas.

El plan económico de Hunt reemplazó al presentado en 2022 por el anterior gobierno conservador encabezado por la primera ministra Liz Truss, que pasó a la historia por dos cosas. Fue la primera mandataria “libertaria” de Reino Unido. Y duró muy poco: apenas 44 días. Por eso se la conoce como “Liz la Breve” o “La Thatcher torpe”.

La fugacidad de los libertarios

“Al suceder a Boris Johnson la joven Liz Truss fue la primera premier liberal libertaria del mundo. A las seis semanas su poder se derrumbó bajo el peso de las consecuencias incalculadas de su programa económico: el liberalismo puede fallar”, señaló el medio argentino El DiarioAr en una nota publicada el 28 noviembre de 2023 y firmada por Alfredo Grieco y Bavio.

El artículo recuerda que “ni dos meses duró Liz Truss en Downing Street”, residencia oficial del Ejecutivo británico. A los 44 días de sus ajustes y desajustes liberales, que hicieron peligrar la economía y la moneda británicas, leyó su dimisión y fue sucedida por el también conservador Rishi Sunak.

Liz Truss, la ex primera ministra liberal libertaria cuyo plan falló rotundamente y dimitió a los 44 días.

Truss gobernó entre septiembre y octubre de 2022. Pero su plan libertario produjo un fuerte rechazo. Literalmente incendió a su país. Y el fuego sigue ardiendo ahora, en la gestión del multimillonario pro mercado Rishi Sunak, que intenta apagar el fuego con la nafta del ajuste.

La nota de Alfredo Grieco y Bavio indica que la liberal libertaria Liz Truss “fue elegida por unanimidad por un jurado de notables conservadores y de amantes liberales mayores que ella que la encontraron de su gusto, o reconocieron en ella sus gustos”. Liz Truss venció a su rival Rishi Sunak (hoy su sucesor). 

Una canción que conocemos todos: el dogmatismo neoliberal

Truss apoya con fervor la visión libertaria y el libre comercio. Fundó una coalición de parlamentarios a favor del libre mercado que abogan por una economía más empresarial y con menos leyes laborales. Además, prometió “considerar” el traslado de la embajada británica en Israel de Tel Aviv a Jerusalén

La libertaria fue un “halcón” en política exterior, abiertamente hostil a Rusia y China. Quería incluir a China en la lista de “amenazas oficiales” a la seguridad nacional británica, y aseguró estar dispuesta a iniciar una guerra nuclear si es necesario

“La cúpula del Partido Conservador no vaciló en preferir a la mujer en vez del economista multimillonario de origen anglo indio: Truss brillaba por su ambición inocultable de ascender en el statu quo, por su inconmovible dogmatismo doctrinario neoliberal, por su derechismo sin disculpa ni aclaración”, señala el análisis que publicó El DiarioAr.

La caracterización que la nota ofrece sobre la efímera experiencia libertaria tiene en la Argentina resonancias ominosas: “Más único que raro, el gobierno Truss, sin embargo, antes que fugaz, fue efímero. Duró 44 días: el menor de tres siglos por su cortedad. Banal, brutal, violento, cruel, catastrófico, de una penumbra jamás alegrada por la crueldad sin engaño de la inteligencia”. 

Y siguen los paralelismos: “La autoridad de la que gozaba el gobierno para dar curso veloz a reformas administrativas, económicas, financieras, y de todas las carteras del gabinete, y hacerlas cumplir, permitió a Liz Truss dar curso a las reformas del presupuesto y al achicamiento del Estado que eran su promesa de campaña y su evangelio portátil con toda la precipitación que anhelaba. Esta ansiedad no había reparado en detalles, ni calculado eventuales consecuencias indeseadas para sus acciones, ni escuchado a funcionarios de carrera o expertos en la materia que sí habían diagramado posibles escenarios alternativos oscurecidos por las largas sombras de efectos indeseables e indeseados, pero ni inauditos ni imprevisibles”.

Y las comparaciones pueden ir todavía más allá: “Sigilosamente, en un plano no coyuntural sino constitucional había crecido el caudal de poder del Ejecutivo. A expensas del Parlamento, el más perdidoso de funciones y facultades arrebatadas o deslocalizadas desde la adhesión de Gran Bretaña a la Unión Europea (UE) en 1975”.

“El peso de los errores del gobierno cae de lleno sobre la figura del Ejecutivo, visualizado como primer responsable. Así cayó y así aplastó a Truss. La responsabilidad era suya”, concluye Alfredo Grieco y Bavio.

Llamen a Patricia Bullrich: paros y piquetes en el país de Thatcher

Las protestas comenzaron en 2022, se intensificaron en 2023, y en lo que va de 2024 siguen escalando sin pausa. “El país no está contento y eso se siente en las calles”, le dijo un taxista de Londres a la corresponsal del medio estadounidense CNN, Claudia Rebaza. La nota es de enero de 2023, y marca el comienzo de un conflicto que se intensificó con el correr de los meses y los ajustes.

“El Reino Unido vive un momento difícil que no se ve hace décadas producto de la caída en el nivel de vida y de los salarios que no pueden seguirle el paso de la inflación”, describe la periodista.

El 21 de diciembre de 2023, el diario argentino La Nación informó, no sin alarma, sobre una huelga ferroviaria que dejó varados a miles de pasajeros en plena Navidad.

“Días antes de la Navidad, los trabajadores de Eurotúnel, el tren que une Londres con París y Bruselas, realizaron una sorpresiva huelga que bloqueó el túnel y dejó a miles de varados en ambas estaciones este jueves. Los gremios reclaman mejores condiciones salariales y rechazaron un bono de 1.000 euros. El famoso tren, que cruza el Canal de la Mancha, sufrió masivas cancelaciones y el servicio podría normalizarse el viernes, aunque desde la empresa no garantizan que no hayan demoras”, informa la nota titulada “Una sorpresiva huelga en el tren que une Londres con París deja a miles de varados antes de Navidad”.

La nota de La Nación menciona que una periodista de la agencia AFP presente en el lugar, aseguró que los agentes de acogida y de seguridad de la estación que parecían igualmente sorprendidos tuvieron incluso que sacar a los viajeros que ya habían pasado los controles de seguridad y esperaban en el andén.

Por su parte, informa el diario argentino, los organizadores de la medida de fuerza explicaron la situación y su contexto: “Esta fuerte movilización no es una sorpresa”, declararon los seis sindicatos de Eurotúnel en un comunicado. “Desde hace varios meses, todas las organizaciones sindicales han alertado a la dirección general sobre la terrible degradación del clima social”, escribieron. 

Por su parte, los médicos residentes llevan adelante la huelga más larga en la historia del sistema de salud. Se extendió entre el 4 y el 9 de enero de 2024. Según informó Página 12, ante la pérdida de poder adquisitivo, los profesionales votaron a favor de retomar los piquetes después de que en diciembre se rompieran las negociaciones entre el sindicato Asociación Médica Británica y el gobierno conservador del Reino Unido.

“Este colectivo de médicos, que incluye tanto a recién licenciados como a veteranos profesionales que estudian grados superiores y que ya realizaron en total 28 días de paro laboral en 2023, votaron a favor de regresar a los piquetes después de que en diciembre se rompieran las negociaciones entre el sindicato Asociación Médica Británica y el Gobierno conservador del Reino Unido”, agrega la nota de Página 12 sobre la huelga.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 20/01/24

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