Más de medio millón de personas salieron a las calles en Barcelona para participar en la manifestación organizada por los convocantes, pero la jornada, que se preveía tranquila, estuvo atravesada por graves enfrentamientos.
El grito que más se escucha en Barcelona es: “¡Els carrers seran sempre nostres!” (¡Las calles serán siempre nuestras!), pero la represión a la protesta por las condenas a la mayoría de los líderes independentistas continúa.
Más de dos millones de personas fueron a votar y el 90% dijo sí a la separación de España y el fin de la monarquía, a pesar de la brutal represión policial. El rey Felipe VI salió a defender su lucrativo conchabo.
La Policía Nacional y la Guardia Civil reprimieron a los votantes en las puertas de los locales electorales para evitar que los independentistas puedan sufragar. Denuncian más de 300 heridos.
