Si bien la medida de fuerza de los estacioneros –descontentos por el congelamiento del precio de los combustibles– quedó suspendida, el sindicato local advirtió que “no se permitirá poner en riesgo condiciones laborales”.
Ante otra balacera en una estación de servicio (ahora, frente a la Jefatura) dueños de esos locales resolvieron cerrar este fin de semana, de 22 a 6, mientras esperan –con el sindicato del rubro– una reunión con el Gobernador.
Tras los tres ataques consecutivos y con una modalidad similar, desde la cámara de estacioneros (Cesagar) indicaron que están “sumamente preocupados y desconcertados, porque no tenemos indicios de dónde puede venir el tema”.
Los expendedores rosarinos reconocieron que el incremento del 4,5% en el precio de las naftas y el gasoil en las estaciones de servicio de la petrolera estatal “al principio se retrae la demanda”, pero “sabíamos que podía pasar”.
Desde Cesgar, la Cámara local de estacioneros, recomendaron no descender de los vehículos a la hora de cargar nafta. En el caso del GNC (en el que es obligatorio bajar) piden respetar las distancias mínimas entre personas.
Los expendedores no la pasaron bien en 2017, ya que en el período de mayo a diciembre, 52 locales dejaron de despachar naftas, según datos oficiales. Cesgar advirtió una “situación crítica” y pidió “mayor protagonismo” del sector.
La Cámara de Estaciones de Servicio, Garages y Afines rosarina (Cesgar) declaró la emergencia del sector y aprobó un plan de acciones de reclamo, pero antes acudirá a una convocatoria oficial lanzada este martes.
“Hay gente de nuestra actividad que está muy desesperada por la pérdida de rentabilidad, que ya empezó a dejar de pagar al día los impuestos, a patear para adelante todo lo que se pueda”, señalan los estacioneros.
