El candidato republicano, quien ha criticado severamente la idea de reunirse con dictadores sin condiciones, viajó en diciembre de 1985 a Santiago de Chile para un encuentro con el dictador Augusto Pinochet, uno de los más grandes violadores de los derechos humanos.

La reunión fue descripta por McCain como "amistosa y por momentos cálida", pero notó que "el presidente parece obsesionado con la amenaza del comunismo".

Así lo describe en un cable que envió la Embajada de EE.UU. en Chile, desclasificado en Washington, según publicó hoy el diario Clarín.

McCain, entonces miembro del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, no hizo declaraciones públicas criticando la dictadura. Los diarios de la época y entrevistas con los principales líderes de la oposición indican que en su visita no se reunió con ningún representante de la oposición democrática.

Al momento del encuentro, EE.UU. intentaba obtener del gobierno chileno la extradición de dos hombres cercanos a Pinochet: Manuel Contreras, el ex jefe de su policía secreta, y el brigadier Pedro Espinoza, por su responsabilidad en el asesinato en 1976 del ex embajador y ex canciller chileno Orlando Letelier y su asistente Ronny Moffit, en Washington.

En Chile, la oposición buscaba el apoyo de líderes democráticos del mundo para presionar a Pinochet a poner fin a la dictadura que llevaba 12 años.

El senador demócrata Edward Kennedy aterrizó en Chile sólo 12 días después de McCain en una pública demostración de apoyo a la democracia. Fue recibido por manifestantes que lanzaron huevos y bloquearon el camino desde el aeropuerto. Se reunió con líderes de la Iglesia, de derechos humanos y de la oposición.

La presencia de McCain en Chile al parecer se mantuvo lo más silenciosa posible. El y su mujer, Cindy, llegaron a Santiago el 27 de diciembre y viajaron al sur del país, para pasar algunos días como huéspedes del prominente partidario de Pinochet, Marco Cariola.
El viaje fue coordinado por el embajador de Chile en EE.UU., Hernán Felipe Errázuriz, quien arregló un enlace gubernamental especial para ayudar a McCain, al que describió como "uno de los congresistas conservadores más cercano a nuestra embajada".

El 30 de diciembre, McCain regresó a Santiago, donde a las 5 de la tarde se reunió con Pinochet. Según el documento, "la mayor parte de la reunión de 30 minutos con el presidente (…) estuvo dedicada a discutir los peligros del comunismo, un tema sobre el cual el presidente parece obsesionado. El presidente mostró un orgullo considerable ante el hecho de que la amenaza comunista ha sido derrotada en Chile".

Pero el cable no registra qué le dijo McCain a Pinochet. No hay indicios de que el problema de los derechos humanos o el retorno a la democracia haya sido tratado. La oficina de prensa de la campaña de McCain dijo que no había nadie disponible para comentar la historia.

El ex embajador Errázuriz, contactado por teléfono, dijo que "no es verdad" que McCain se haya reunido con Pinochet, y que en tal caso él lo habría sabido, y agregó que el cable del Departamento de Estado era posiblemente un invento.

(Fuente: Agencias)

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