Fernando Gamboa dejó de ser el técnico de Newell’s. Hasta ahí todo normal, pero… Si después de reunirse con Dezzotti y Bermúdez mostraron optimismo en llegar a un acuerdo y pactaron otro cónclave para el lunes. ¿Por qué después dio marcha atrás y presentó la dimisión de manera indeclinable?
Gamboa tuvo que jugar en las elecciones. A pedido del ex presidente López, el Negro declaró un par de días antes de los comicios, que si bien la oposición le había asegurado que en caso de ganar querían que continúe al frente del equipo “yo vine con Eduardo y si el se va, yo me voy con él”.
Lo primero que hizo la flamante conducción fue asgurar que se le daría la prioridad a Gamboa y que la idea era que siga siendo el técnico de la primera división. Es más, el Galgo Gustavo Dezzotti, manager general del fútbol profesional leproso aseguró “sigue a menos que pida a (Tierry) Henry”.
El lunes por la noche, Dezzotti y Bermúdez (el hombre que acercará los refuerzos), luego de reunirse con Gamboa, se mostraron optimistas en cuanto a llegar a un acuerdo para que el Negro siga siendo el DT y pactaron un nuevo cónclave para la semana próxima. Pero algo pasó.
Tras un par de horas y mientras Dezzotti declaraba en distintos medios que la reunión había sido positiva y que solo había que esperar unos días para sellar la continuidad del Negro, Gamboa lo volvió a llamar y ahí le comunicó que su renuncia era indeclinable.
Se dice que, Gamboa, hombre de principios y códigos si los hay, lo habría llamado a López para que le de el visto bueno (el que avisa no es traidor) y este le habría sugerido (a lo López) que ni se le ocurra seguir siendo técnico de Newell’s después de haber asegurado que si perdía las elecciones él seguiría sus pasos.
La sucesión
El primer nombre que surgió, incluso antes de conocerse la victoria del Mole y la posterior renuncia de Gamboa, fue el de Roberto Sensini, hombre de la casa, amigo de Dezzotti y que además, jugó para la oposición en las semanas previas a las elecciones. Pero no sería Senisini.
También se mencionó a Ramón Cabrero, excelente jugador leproso de la década del 70 y técnico revolucionario y campeón con Lanús. Pero no sería Cabrero.
Habrá que esperar. Los tiempos corren y la conducción técnica de la primera división no es un tema menor. Una pena porque Gamboa venía haciendo bien las cosas y el futuro aparecía como promisorio ante los ojos del hincha de Newell’s.
