Mural dedicado al presidente Hugo Chávez en Venezuela. | Foto: Agencia EFE.

Hugo Chávez ganó 13 de las 14 elecciones a las que se presentó desde 1998, todas con una amplia ventaja. Pese al permanente acoso de los medios de Venezuela y el mundo, el mandatario bolivariano, uno de los más demonizados por el establishment y sus turiferarios, se encamina a un nuevo triunfo. De un lado, una retórica vacía, racista y prejuiciosa. Del otro, la realidad tangible.

A la hora de explicar los reiterados triunfos electorales de Chávez resultan de utilidad algunos números y porcentajes. El 42,50 por ciento del presupuesto del Estado venezolano se destina a inversiones sociales. Durante la gestión de Chávez se redujo a la mitad la tasa de mortalidad infantil. Además, se erradicó el analfabetismo. Y se multiplicaron por cinco la cantidad de maestros de las escuelas públicas: de 65 mil pasaron a 350 mil.

Venezuela es hoy el segundo país de la región con mayor número de estudiantes matriculados en educación superior (83 por ciento), detrás de Cuba, pero por delante de Argentina, Uruguay y Chile. Y es el quinto en este sentido en todo el mundo, superando a Estados Unidos, Japón, China, Reino Unido, Francia y España, según consigna Ignacio Ramonet en su nota “Chávez en campaña”, publicada en el número de agosto de Le Monde Diplomatique.

El salario mínimo de los trabajadores de Venezuela es el más alto de América latina. Durante la gestión de Chávez se concedió jubilación a todos los trabajadores, incluso a los que están en negro. El gobierno bolivariano ha generalizado la salud y la educación gratuitas, para todos los ciudadanos, y redujo la pobreza a un tercio de la que había en la etapa anterior. Mediante el plan Mercal, el gobierno de Venezuela ofrece a la ciudadanía alimentos a precios populares, un 60 por ciento más baratos que en los supermercados. Venezuela limitó el latifundio y a la vez duplicó la producción de alimentos. Y disminuyó su deuda externa.

El 7 de octubre, Chávez se enfrenta el elecciones presidenciales a Henrique Capriles Radonski, gobernador del estado de Miranda. Capriles Radonski es miembro de una de las familias más ricas y poderosas de Venezuela, vinculada a medios de comunicación y multinacionales. Fue uno de los impulsores del golpe de Estado del 11 de abril de 2002. También participó del asalto a la embajada de Cuba en Caracas. Pertenece a la agrupación ultraconservadora Tradición, familia y propiedad.

Chávez, en cambio, nació en un hogar pobre y cuando niño vendió dulces por las calles de su pueblo.

La historiadora y filósofa venezolana Carmen Bohórquez publicó en el blog La Polilla cubana una nota titulada “Yo no votaré a Chávez”. Allí, Bohórquez ofrece una larga enumeración de argumentos por los cuales “no votará” a Chávez:

“¡¡Claro que no votaré por Chávez!! Yo sólo votaré por los 60 millones de enfermos que pudieron acudir a Barrio Adentro… Por las 256 millones de consultas que dieron nuestros médicos de medicina integral… ¡Yo no votaré por Chávez! Votaré por todos mis compañeros que millones de veces se montan en el tren del Tuy, que les hace la vida más llevadera a ese puñado de obreros…Votaré por la justicia social de millones de ancianos con sus merecidas pensiones y jubilaciones incompletas, que gracias a un soldado que lucha día a día, para que su patria no se vea al revés como nos dice Galeano, de todo el mundo… Votaré por esa señora que le dijo a mi comandante: «Que ella solo quería un abrazo»… Le daré mi voto a la abuelita del 23 de enero, que años atrás daba golpes en el piso, cuando casi llorando nos decía, que Chávez se quedaba… Votaré por los viejitos de Hornos de Cal de San Agustín, que ya no zapatean los cerros gracias al Metro Cable… Votaré por esas miles de familias que se moretearon todos sus brazos, para convencerse que no era un sueño, cuando les entregan las nuevas viviendas totalmente equipadas… Le daré mi voto a Mercal, que alimenta día a día a toda Venezuela y freno para siempre las desestabilizaciones de Fedecámaras… ¡Claro que no votaré por Chávez!…”.

Y según indican los sondeos de opinión, serán amplia mayoría los ciudadanos de Venezuela que “no votarán” por Chávez, sino por los espectaculares logros sociales que su gestión representa. La demonización de los medios hegemónicos, los permanentes ataques a la persona de Chávez, las campañas de desprestigio, mentiras y confusión habrán perdido la batalla, una vez más. Aquel que alguna vez fue un niño que vendía dulces por la calle seguirá siendo presidente de Venezuela.

Más notas relacionadas
Más por Pablo Bilsky
  • ¡Vamo a hacer otra escalera!

    Cinco de la mañana arriba. Caliento el agua, guardo los sanguchitos, paso a buscar a las p
  • Lágrimas de león

    La masiva y federal marcha en defensa de la universidad pública hizo pisar el freno por pr
  • El testigo

    El calor parecía aumentar en el local, lleno de ansiosos, humo y voces. Le dije que por es
Más en Columnistas

Dejá un comentario

Sugerencia

Un rompecabezas incompleto

Para recomponer el actual modelo de representatividad faltan piezas clave. Empresarios, Ju