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Bonfatti junto a Genesini. | Foto: Prensa de Gobierno de Santa

Apoyándose en datos que elabora el Indec en todo el país a través de la Encuesta Permanente de Hogares, el ministro de Trabajo de la provincia, Julio Genesini, aseguró que “el gastronómico es un sector con altos índices de empleo informal”. Y para ampliar sus dichos, el funcionario dio algunos números. “En todo 2013, de las inspecciones que hicimos en Rosario en el rubro gastronómico, la tasa de trabajadores no registrados arrojó un 52 por ciento en ese rubro. Y de ese total, un 66 por ciento ya fue blanqueado. Esto revela que la tasa (de trabajo en negro) es alta”, sostuvo Genesini.

El titular de la cartera laboral santafesina fue consultado sobre el tema a propósito de la nota que publicó El Eslabón y Redacción Rosario bajo el título “El lado oscuro del Rock & Feller’s”, donde se dio cuenta de una demanda por “fraude laboral” que inició una ex moza contra la firma que regentea el resto-bar cheto-cool de la esquina de bulevar Oroño y Jujuy. “El empresario que no registra a sus empleados, o los anota sólo por media jornada ,lo hace para abaratar sus costos”, dijo Genesini.

El ministro contó que “está en marcha un operativo en Rosario en conjunto con la Afip, con la intervención del gremio, donde aparece mucho la cuestión de empleados anotados por media jornada de trabajo”. En el mismo sentido, agregó: “Acá no sólo hay un perjuicio para el trabajador, sino para el ente recaudador por la falta de aportes, ya que el empleador sólo aporta por las horas que está anotado su empleado”.

Según Genesini, “la tasa de no registro de trabajadores en lo que va del año en el rubro gastronómico en Rosario marca un promedio del 45 por ciento. Estos son trabajadores que están en negro. De ese total, un 53 por ciento ya fue regularizado”.

El funcionario provincial indicó que “hay distintas vías para realizar las inspecciones”, y continuó: “Algunas las hacemos de oficio, otras a partir de denuncias del sindicato o del propio trabajador perjudicado. Cuando se detecta una infracción se abre un sumario y se aplica la multa tal cual está regulado por la ley nacional. El ministerio detecta irregularidades y después convoca a una audiencia. Lo que viene sucediendo es que una vez que se detecta la situación irregular con trabajadores en negro, hay un buen porcentaje de empleadores que acceden a blanquearlos antes de esa audiencia”.

Datos oficiales revelan que la actividad gastronómica muestra en su carta abundantes platos de empleo no registrado. Muchos trabajadores del sector a veces aceptan las contrataciones irregulares a sabiendas de que será un empleo pasajero, que en casos servirá para que adolescentes se banquen los estudios. Otros resignan derechos a cambio de poder dar los primeros pasos en el mundo laboral. Algunos empresarios del rubro justifican su mala paga en “la propina” que deja el cliente. Pese a los altos índices de trabajo informal y las pésimas condiciones de empleo en ciertos casos, la conducción nacional del sindicato gastronómico acompaña con entusiasmo otros reclamos, como la suba en el tope del impuesto a las Ganancias, que alcanza a los trabajadores formales en relación de dependencia ubicado en el sector más elevado de la pirámide salarial.

Inspecciones

Hace pocos días se realizó en Rosario el “Encuentro de capacitación y formación de multiplicadores en trabajo decente”, organizado por el Foro de Trabajadores de la Región Centro y el Observatorio del Trabajo Decente. En la ocasión, el gobernador Antonio Bonfatti destacó que “en 2013 se regularizó al 53,43 por ciento de los trabajadores (de distintos sectores) que no se encontraban registrados al momento de concretarse las inspecciones laborales realizadas en todo el territorio provincial: esto es, se blanqueó a 5.001 empleados a lo largo del año pasado”.

El Ministerio de Trabajo informó que “entre 2007 y 2013 la provincia incrementó las inspecciones laborales en un 300 por ciento: hace cinco años se habían realizado 3.019 inspecciones, en tanto durante 2013 se realizaron 11.847 (sumando las realizadas por la Dirección de Salud y Seguridad y las de Inspección Laboral)”.

Blanco sobre negro

El oficialismo en la Cámara de Diputados de la Nación buscará convertir en ley el proyecto de promoción del trabajo registrado y prevención del fraude laboral que impulsa el gobierno de Cristina Fernández, que el miércoles 14 de mayo pasado obtuvo dictamen de las comisiones de Legislación del Trabajo y de Presupuesto. La iniciativa apunta a regularizar a unos 300 mil trabajadores durante el primer año de vigencia y a 650 mil en dos años, lo que permitiría reducir la tasa de precariedad laboral del 33,5 actual al 28 por ciento. Con baja desocupación, el gobierno entiende que es propicio avanzar sobre ese núcleo duro de empleo informal después de un retroceso considerable.

El ministro de Trabajo Carlos Tomada defendió la iniciativa. “El proyecto contempla, entre otras cosas, la creación de un registro de empresas que incumplen con las contribuciones; que al ser de estado público va a significar para las mismas una sanción social porque habrá una visibilidad mayor de las empresas que no cumplen”, señaló el funcionario durante su exposición en la reunión de comisiones en la Cámara baja, al tiempo que resaltó que la medida beneficiará más a las pymes con pequeños planteles de personal.

“Es necesario que el Estado nacional y las provincias cuenten con instrumentos para poder detectar casos de empleo no registrado y ejecutar sanciones”, sostuvo el ministro sobre las expresiones de quienes califican a la iniciativa como “de fuerte carácter sancionatorio”.

Tomada también respondió a los cuestionamientos sobre la oportunidad de la presentación del proyecto, y afirmó: “Muchos nos dicen, «¿ahora se acuerdan?», a lo que respondemos que hace algunos años nadie hablaba del trabajo no registrado, porque la situación del empleo era dramática, por eso no se hablaba”.

Según la Encuesta Permanente de Hogares que elabora el Indec, entre 2003 y 2008 la informalidad laboral en todo el país retrocedió del 49,4 de los asalariados al 36,4 por ciento. Luego, el índice de trabajo en negro se amesetó y a fines del año pasado quedó en alrededor del 33 por ciento, lo que implica que un tercio de la fuerza laboral no está registrada.

Así, más de cuatro millones de trabajadores y trabajadoras de todo el país padecen un cercenamiento de sus derechos laborales. Los sectores más afectados son el gastronómico, la construcción, el empleo doméstico y los trabajadores rurales. Los trabajadores en negro cobran menos que los que están en blanco. Además, no perciben asignaciones familiares, aguinaldo, vacaciones pagas ni premios. Tampoco están asegurados en una ART y, en efecto, no tienen cobertura médica ante accidentes laborales.

Publicada en El Eslabón Nº 143.

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