Bonfatti

Pese a la dura experiencia de Argentina en 2001 y la actual crisis en Grecia, economistas y empresarios del establishment que participaron del precoloquio de Idea en Rosario apuraron al próximo presidente de la Nación a aplicar políticas recesivas, entre ellas una devaluación.

Ni té de lapacho, ni salvia, ni glicina, ni polen, ni Fosfovita: Grecia. La actual crisis en el país heleno, como en buena parte de la eurozona, debería servir de tónico cerebral, de ayuda memoria para tener presente las severas consecuencias de las políticas neoliberales de devaluación, ajuste y recorte fiscal a las que algunos por estas pampas quieren volver. Y para conseguir la aceptación social de ir hacia este cambio… al pasado buscan instalar un falso escenario apocalíptico a través de la economía del miedo.

A lo largo de la historia, el julepe ha servido para disciplinar. El terrorismo económico invita a darle entrada al Dios Mercado, el único capaz de salvar a la humanidad para que no caiga en el peor de los infiernos. La receta es conocida y sus fracasos son grandes. En la Argentina, se sufrió con la dictadura de 1976 y saltó en pedazos con el estallido de 2001. Los adoradores de las políticas que causaron aquellas dolorosas experiencias siempre están agazapados y buscan restaurarlas.

La Bolsa de Comercio de Rosario fue el lugar elegido para realizar días atrás el precoloquio de Idea (Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina) de la región centro, un foro que reúne a altas figuras del mundo empresario, economistas y políticos, donde se analizan temas de actualidad y el porvenir político-económico del país, con mirada parcial y en beneficio propio. El encuentro, realzado por grandes medios de comunicación, fue la previa al coloquio anual de Idea que se realizará en Mar del Plata. Del panel de apertura participó la intendenta Mónica Fein y en el cierre estuvo el gobernador Antonio Bonfatti.

Bajo la consigna “Tiempo de acordar y hacer”, el precoloquio fue presentado por Julián García, presidente de Idea Centro, y Javier Goñi, presidente del coloquio anual de Idea número 51. “Gobernar y ejercer la libre empresa no tienen otra razón de ser de que todos gocen una mejor forma de vida”, dijo García. Entre otros, participaron los economistas Miguel Kiguel (ex secretario de Finanzas del menemismo y asiduo consultor de la embajada norteamericana), Luis Secco (de la consultora Deloitte) y Ana Inés Navarro (directora del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral).

Unos 600 grandes empresarios de Santa Fe y Córdoba escucharon las predicciones de economistas que tienen una virtud: no pegan una. Sin embargo, años tras año son invitados a estos foros del establishment como portadores de saberes sobrenaturales.

En la reunión de ideas ortodoxas y conservadoras, que este año estuvo atravesada por el proceso electoral en marcha, se alertó sobre la “crisis” que hay en la Argentina, se vaticinó que el nivel de empleo “empeorará” en el segundo semestre del año, se reclamaron “ajustes” y “recortes” en el gasto público para la llegada de inversiones de capitales extranjeros, se recomendó pagarles a los fondos buitre y se le pidió al próximo presidente que asuma en diciembre solucionar “desequilibrios cambiarios”. El virus de la austeridad invadió el salón de disertaciones.

“Argentina está en crisis”

El economista Secco aseguró que la Argentina “está en crisis” y sostuvo que con vistas al cambio de gobierno “hay incertidumbre” sobre el escenario económico. Después de un 2014 complicado, sobre todo después de la devaluación de enero tras un golpe de mercado, la actividad económica mostró cierta recuperación en el primer semestre de este año. En los primeros tres meses, el producto bruto interno creció 1,1 por ciento con relación a igual período de 2014, impulsado por el consumo y la mejora del sector agrícola y de la industria de la construcción (Procrear).

A esta altura del año más del 80 por ciento de los trabajadores registrados ya tuvo aumentos de salarios en paritarias. Hubo suba para las jubilaciones y se abrió una nueva moratoria que incorporó 600 mil nuevos jubilados. Hubo aumento para las asignaciones familiares y la asignación universal por hijo tendrá por ley dos actualizaciones anuales. Todo por encima de la evolución de los precios. Si Argentina está “en crisis”, ¿cómo se denominaría lo que pasa hoy en Grecia?

“Recomponer el tipo de cambio”

El economista Kiguel indicó que “hay que recomponer el tipo de cambio que permita remover el cepo” al dólar. “Argentina tiene que destrabar la economía. La forma de destrabar lamentablemente es el tipo de cambio. Hay que eliminar el cepo a las importaciones”, sostuvo. “Recomponer el tipo de cambio” significa, ni más ni menos, una devaluación. Y una devaluación, se sabe, atenta contra la redistribución del ingreso porque transfiere riquezas de los sectores populares a los sectores exportadores, a los monopolios empresariales. Más las avivadas de trasladar la suba del dólar a los precios, aunque no tenga ninguna incidencia en la estructura de costos de producción.

El Banco Central tiene reservas por alrededor de 34 mil millones de dólares, cuando estos mismos economistas pronosticaban el año pasado que iban a estar en 20 mil. La colocación de deuda interna y el intercambio de monedas con China (swap) vienen compensando la alta demanda de dólares para “ahorro” y turismo. El elevado nivel de reservas, el crecimiento de plazos fijos y los mayores controles de parte del Banco Central mantienen cierta calma en el mercado cambiario, más allá de los vaivenes del dólar blue a medida que se acerca la definición electoral en las urnas.

“Si se destraba el cepo con ingreso de capitales, habrá la posibilidad de hacer el ajuste con crecimiento, porque en la medida en que se achica el Estado se compensará con la inversión privada”, razonó el secretario de Finanzas en los 90. Ajuste y crecimiento no van de la mano, se llevan a las patadas. Si hay ajuste lo único que crece es la desigualdad.

“Recortar el gasto”

Por su parte, Secco dijo que “un montón de argentinos tomó un montón de decisiones pensando que en 2016 iba a haber un cambio, y hoy vemos que ese cambio se ha caído, que va a haber continuidad”. El economista de la consultora Deloitte ligó la suba del dólar blue al anuncio de la fórmula oficialista Scioli-Zannini, que a su entender despertó rechazos en el mercado.

Para Secco, uno de los mayores problemas que tiene la economía argentina está vinculado con el “enorme gasto público”, por lo cual insistió en “disminuirlo”. Y añadió: “Hay que realizar una corrección de subsidios y hay que concretar aumentos de tarifas”.

El Ministerio de Economía presentó las claves del Presupuesto para el próximo año, donde resalta que como subsidios indirectos “se destaca la política tarifaria en materia de transporte que tiene un alto impacto en el acceso a este servicio fundamental para los trabajadores y sectores de menores ingresos”. Pagar menos de luz y gas por los subsidios estatales también ayuda al bolsillo del trabajador.

En su ponencia, el especialista afirmó que “vamos para diez puntos de déficit fiscal, y la última vez que tuvimos más de diez puntos fue con el Rodrigazo”. La mano del Estado se visibiliza en la política de ingresos, donde el gasto en seguridad social crece para sostener incrementos en jubilaciones y asignaciones. El Estado orienta la inversión social a los más necesitados y mejora la distribución de los recursos.

“Estamos convencidos que si uno hace un programa serio los costos sociales y políticos son menores”, aseguró Secco y habló de “atraso cambiario”. El economista afirmó que “el gradualismo fiscal y el gradualismo cambiario es una invitación a que no cambie nada” pero advirtió que “con gradualismo cambiario y shock fiscal hay riesgo de descontrol”. En otra mirada, Secco advirtió que con “shock fiscal y shock cambiario hay riesgo de descontrol social”, por lo que consideró que el próximo gobierno “tendrá que tomar la decisión de dejar las cosas como están o de tomar riesgos”.

Lo cierto es que con estas políticas de ajuste “gradual o rápido”, ya vividas por acá y hoy muy vigentes en otros lugares del mundo, se enriquecen los ricos y el que queda “seco” es el pueblo trabajador.

“Destrucción de empleo”

La economista Navarro de la Universidad Austral, al exponer en el precoloquio de Idea, alertó que hubo una “destrucción de empleo” y vaticinó que la “compleja” situación “puede empeorar en la segunda parte del año”. De ese modo, evaluó que “hay un estancamiento en la creación del empleo”, mientras recordó que 2014 fue “malo” para el sector laboral.

La desocupación del primer trimestre de 2015 fue del 7,1 por ciento, la misma cifra de igual período de 2014, pese a los malos augurios opositores. El repunte de la economía a partir de incentivos para el consumo ayudó a darle firmeza al mercado de trabajo, que se mantuvo estable frente a la crisis internacional que acarreó consecuencias negativas en la mayoría de los países.

Las estadísticas mostraron que las dificultades económicas del año pasado no provocaron destrucción masiva de empleo, aunque no se generaron nuevos trabajos, o al menos no los puestos suficientes que demandó el mercado. El Estado reforzó los programas Repro, un subsidio salarial para los trabajadores a cambio de que las empresas no despidan personal.

Para trazar un diagnóstico del mercado de trabajo nacional basta con prestar atención a las actuales demandas laborales: mejores condiciones de empleo, aumento de salarios y cambios en el impuesto a las Ganancias para haberes medios y altos. Más allá de problemas puntuales, la resistencia a los despidos no está entre los principales temas de la agenda gremial.

El último informe del Ministerio de Trabajo arrojó que en el primer trimestre de 2015 el nivel de empleo registrado creció 0,1 por ciento respecto a los últimos tres meses de 2014. Un dato saliente de cara al futuro, de acuerdo a la Encuesta de Indicadores Laborales que la cartera laboral realiza entre unas 2.400 empresas en ocho centros urbanos del país, es que la mayoría de las compañías espera aumentar la plantilla de personal.

“Visión de corto plazo”

En el cierre del foro empresarial en la Bolsa, el gobernador Bonfatti criticó que el gobierno de Cristina Fernández conciba a la economía en función del consumo y cuestionó que “piensa a corto plazo”. Al resaltar el plan estratégico provincial, el mandatario santafesino evaluó: “El gobierno nacional tiene una visión de corto plazo que incentiva al consumo y después decae”.

El consumo ha sido uno de los pilares de la recuperación económica doméstica frente a un mundo en recesión. ¿La crisis internacional afecta a la Argentina? Sí. Esto se ve en un menor volumen del comercio exterior (sobre todo por la retracción de la economía de Brasil, nuestro principal socio comercial) y en la caída de los precios de materias primas, como los granos.

Para enfrentar este panorama mundial adverso, el gobierno de CFK desplegó una serie de políticas anticíclicas que permitieron un leve repunte de la actividad económica por el mayor poder de compra de los salarios, jubilaciones y asignaciones, junto a las políticas públicas de créditos al consumo como Ahora 12, tarjeta Argenta, plan Renovate, más Precios Cuidados, plan Progresar, que echaron a rodar el círculo virtuoso.

Las mejoras en los ingresos de los sectores populares, acompañadas por un aumento de la confianza ante la fallida materialización de pronósticos negativos, favorecen a la evolución del consumo y a robustecer el mercado interno para tratar de “vivir con lo nuestro” en un contexto de retracción económica mundial.

Si Argentina 2001 queda lejos, la actual crisis en Grecia refresca la memoria al poner de relieve las devastadoras consecuencias de las recetas recesivas que dicta el FMI, auspician los fondos buitre y acompañan sectores empresariales, como los que participaron del precoloquio de Idea en Rosario. En un mensaje contra el neoliberalismo y el ajuste, la hecatombe griega demuestra el valor que tiene para la Argentina mantener una política económica soberana.

En defensa de una política fiscal expansiva

Uno de los lugares comunes de la ortodoxia económica es la insistencia en “achicar el gasto público”. Se horrorizan porque el gasto (la heterodoxia lo denomina inversión) sube un 40 por ciento, pero nada dicen sobre la recaudación tributaria que crece en un número similar.
La agrupación de economistas La Gran Makro defendió la política fiscal expansiva del gobierno nacional y criticó “el ajuste y la devaluación propuesta por el PRO, el Frente Renovador, el Círculo Rojo y sus voceros mediáticos”.

En un documento titulado El modelo va a las urnas, que divulgó la agencia Télam, los economistas Alejandro Robba, Emiliano Colombo y Nicolás Bertholet criticaron los proyectos económicos opositores al señalar que implican “retroceder a las políticas del ajuste neoliberal”. En el texto se señaló: “Para ellos, el retorno al crecimiento viene de la mano de devaluar y ajustar”.

En contraposición, La Gran Makro subrayó que la política del gobierno nacional contradijo “a todos los gurúes económicos” al observar una “mejora continua” en el nivel de actividad en los primeros tres meses del año, tanto en el índice oficial como en indicadores de consultores privados.
Además, en el informe se indicó que los “motores” de la recuperación del consumo fueron la desaceleración de los precios, el impulso al crédito financiado con tarjeta y el “fuerte” sostenimiento e incremento de la demanda interna.

Consideraron que la estabilidad del tipo de cambio, la recomposición del nivel de reservas internacionales y la recuperación de la confianza en el peso “pusieron los cimientos de la actual tranquilidad financiera y cambiaria”.

“La inversión no es autónoma al consumo y crecer vía exportaciones no alcanza para los 40 millones de argentinos”, agregaron los economistas afines al kirchnerismo.

Publicado en el semanario El Eslabón

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