Un premio para Cristina

Un empleado jerárquico de los poderes fácticos, que además trabaja de presidente de EEUU, elogió a otro empleado de esos mismos poderes, pero de un país periférico, recuperado por el Imperio. Obama hizo explícito su rechazo a la política antiimperialista que la Argentina sostuvo entre 2003 y 2015, y que tan malos momentos le hizo pasar en foros internacionales, y saludó la llegada de Macri, que en términos imperiales es “recuperar una colonia”. A eso se refirió cuando habló de “una nueva era”. La era de la dignidad se terminó y regresó la era del cipayismo y la entrega.

Pocos días antes de de su llegada a la Argentina, Obama criticó a la ex presidenta por utilizar una “retórica que data probablemente de los años 60 y 70 y no de la actualidad” en el marco de una entrevista del canal de televisión CNN en Español. El mismo canal que calificó como “crisis institucionales” los golpes de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras y Fernando Lugo en Paraguay. El mismo medio, defensor de la derecha más retrógrada, que le declaró la guerra al propio Obama.
“La Argentina es un buen ejemplo de un cambio que ha ocurrido en cuanto a las relaciones de EEUU con otros gobiernos y otros países en general”, consideró el mandatario estadounidense, quien se animó a decir que las políticas de la ex mandataria argentina fueron “siempre antiestadounidenses”.

La retórica de Obama es incluso anterior a las décadas de 1960 y 1970. Es la retórica del imperio, del gendarme universal que denomina “antiestadounidense” toda resistencia a los atropellos. Dentro de EEUU es un lugar común de las posiciones más intolerantes y antidemocráticas, los estadounidenses califican como “antiestadounidense” a todo adversario político, a todo aquel que piensa distinto. Es un significante comodín que se utiliza cuando no hay argumentos. Y puede tener graves consecuencias.
El precandidato a la presidencia por el partido Republicano Donald Trump lo utiliza hasta el hartazgo para enmascarar su discurso racista y xenófobo. Trump considera a Obama un “antiestadounidense” y llamó a colgar afroamericanos, esa vieja práctica del Ku Klux Klan, agrupación racista que le dio su apoyo explícito.

Y el afroamericano Obama repite la retórica de sus enemigos en una muestra más de sumisión a los poderes fácticos. Y frente a Macri, él se planta como amo y habla como tal.

“A la presidenta Fernández yo la veía a menudo en los eventos del G-20 o similares. Teníamos una relación cordial, pero en lo que respecta a sus políticas, sus políticas de gobierno eran siempre antiestadounidenses. Creo que ella recurría a una retórica que data probablemente de los años 60 y 70 y no a la actualidad”, dijo al tiempo que marcó un fuerte contraste con la gestión de Macri.

“El presidente Macri reconoce que estamos en una nueva era, que debemos mirar adelante y que Argentina, que históricamente era un país muy poderoso, ha visto debilitada su posición relativa en parte por no haberse adaptado a la economía mundial tan eficazmente como hubiera podido”, agregó Obama.

“El objetivo del presidente Macri es brindar el tipo de apertura, transparencia, competitividad, progreso adentro de la Argentina que permitirá que personas increíblemente talentosas con maravillosos recursos naturales prosperen de un modo que no ha ocurrido por mucho tiempo”, agregó el mandatario.

Obama agregó que cuando asumió la presidencia, «el prestigio de EEUU en la región era muy bajo, con figuras como Chávez y el Alba en ascenso. Había mucha sospecha con respecto a las intenciones de EEUU y mi política fue entablar una relación con base en el interés mutuo, el respeto mutuo, en vez de entrar en competencias de insultos con Chávez. Dimos un paso atrás para atraer tanto a los amigos como a los adversarios en la región en sólidos términos diplomáticos, a fin de producir resultados concretos sobre comercio exterior, negocios, educación, ciencia y energía».

Para Obama, ahora todo anda mejor en la región: “En el continente latinoamericano, en todo el hemisferio, hay un mayor respeto para con Estados Unidos”, señaló.

El periplo de Obama en la Argentina

Finalmente, luego de muchas versiones y desmentidas que en realidad fueron tanteos, la Casa Blanca definió el itinerario del presidente de EEUU, Barack Obama, en la Argentina. La posibilidad de una visita al predio de la ex ESMA produjo el repudio de los organismos de derechos humanos, que volvieron a exigir que se habilite la desclasificación de archivos sobre la represión ilegal que poseen el Departamento de Estado y la CIA.

No hay que olvidar que EEUU tuvo una participación decisiva en todos los golpes de Estado que se dieron en la región, incluido el del 24 de marzo de 1976. El 24 de marzo el visitante se irá a hacer turismo a Bariloche.
El mandatario estadounidense llegará durante la noche del martes 22. El miércoles 23 comenzará su agenda oficial con un encuentro con el presidente Mauricio Macri. Los anuncios sobre la visita de Obama a la Argentina y a Cuba se dieron a conocer a través de una conferencia de prensa telefónica con medios de distintos países.
La Casa Blanca anunció que Obama “rendirá un homenaje a las víctimas de la guerra sucia argentina”, pero no dieron detalles del acto.

Visita a Cuba

El asistente del Presidente Barack Obama y Consejero en Asuntos de Seguridad Nacional y Comunicaciones Estratégicas, Ben Rhodes, señaló que la gestión Obama considera el viaje a Cuba “como la continuación del proceso que se estableció el 17 de diciembre de 2014, con el anuncio de que EEUU y Cuba comenzarían a normalizar las relaciones, y la adopción de medidas para mejorar la vida de la población cubana, para abrir nuevas oportunidades entre norteamericanos y cubanos, y para construir la relación bilateral que nos permita cooperar en una serie de cuestiones con el gobierno cubano”, según informó el sitio Martí Noticias.

El funcionario se refirió además a los cambios que “facilitan un mayor comercio y los viajes a la isla, así como la inclusión de un mayor acceso al dólar en transacciones en Cuba, y el aumento de la capacidad para que los cubanos ganen salarios fuera de Cuba”.
Obama y su familia llegarán a La Habana el domingo 20 por la tarde. El primer día incluirá una visita con la familia a La Habana Vieja.

El programa incluye un encuentro con el Cardenal y Arzobispo de La Habana Jaime Ortega.

El lunes, el mandatario estadounidense depositará una ofrenda floral en el monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución de La Habana, y luego mantendrá una entrevista con el presidente de Cuba, Raúl Castro.

Durante el encuentro de los mandatarios, se van a revisar los avances registrados en la normalización de las relaciones y se analizarán las áreas donde los gobiernos han podido iniciar una cooperación bilateral y las áreas de desacuerdo. La reunión será seguida por lo que Rhodes describió como un “evento de prensa” conjunto.

En la noche del lunes, Obama asistirá a una cena de Estado en el Palacio de la Revolución. El martes por la mañana, el Presidente pronunciará un discurso dirigido al pueblo cubano. “Va a ser un momento muy importante en el viaje del Presidente, y su oportunidad de describir lo que se está haciendo, al revisar la complicada historia entre nuestros países”, señaló Rhodes.

“Vemos este discurso como un momento único en la historia, obviamente, entre nuestros países. Esta es la primera visita [a Cuba] de un presidente de EEUU en casi 90 años; Ciertamente, el primer discurso pronunciado por un Presidente en suelo cubano en casi 90 años, y una oportunidad para que el Presidente comunique al pueblo cubano su visión para el futuro”, destacó el funcionario.

Fuente: El Eslabón