Danke es el fanzine de poesía contemporánea que Julia Enríquez (Rosario 1991) editó entre los años 2010 y 2013. Tras haber ganado el premio estímulo del Programa Espacio Santafesino del Ministerio de Innovación y Cultura, en la convocatoria 2013, la joven editora reunió los 13 números en un volumen de 200 páginas que, además, incluye tres plaquetas editadas bajo el mismo sello y material inédito de aquella época. Esta edición antológica conserva el tamaño de las publicaciones originales del fanzine casi como un objeto de colección. En el certamen también quedaron otros proyectos de Danke, como Adonde van las nubes, poemas de Florencia Gutman, y el Libro de cuentos de Corazón, de Agustín González.
De la publicación participaron más de sesenta autores e ilustradores de toda la región litoraleña, y en la antología escriben Lila Siegrist, Fernando Callero, Mercedes Gómez de la Cruz y Alejandra Benz, entre los escritores y poetas con más trayectoria. Se destaca la postal de Refinería de Beatriz Vignoli (poema incluido en Lo gris en el canto de las hojas, Baltasara Editora, 2014). También hicieron su aporte los músicos Federico Leites y César Debernardi, éste último con una poesía inédita que cierra el libro. Me fanzina, porquesía, mambi, abrazine y la manija del amor son algunos de los títulos, como invitación al juego, de cada número del fanzine.
Las causas perdidas, las ausencias, los novios que ya no son, el hastío y el derrape recorren los versos o antiversos de este poemario, mechado con dibujos de Lucia Tognarelli, Sebastián Garavelli, Ezequiel Avalle, Juan Vincenti, Lucia Benetti, y el gran Matías Buscatus Moreira, entre otros. Muchos escritos llevan la impronta de los poetas post generación X, o generación Z, de la espontaneidad y el error involuntario de tipeo como marca ineludible de una época signada por la urgencia, como si estuviéramos a un click de matar o morir, en el umbral del muro de Facebook o en un sms enviado al vacío. Aunque el amor desesperó siempre, solamente cambia en la forma, el modo de contar, ya sea en una conversación cotidiana, en un chat, o en una página de word en blanco.
Apelar a la intertextualidad (siempre presente en la literatura) en la transliteración de un link de un video en Youtube, la incorporación de emojis, arrob@s, o la constricción del que a la “q” dan la pauta de una actitud desobediente y provocativa contra la solemnidad que se respira en ciertos salones de poesía. Danke hace un guiño homenaje a las rebeldías y humor girondianos y a los límites entre las formas y lo que se tiene para decir. Si se tiene algo para decir.
La editora reconoció no haber elaborado un criterio definido para la selección de los poemas. Será intuición o lo que conmueve. Sin embargo lo que subyace en la heterogeneidad propia de una antología –hecha como dios manda– es la riqueza del diálogo disonante y, al mismo tiempo, una muestra cabal, pequeña en el formato del libro objeto, del pulso de los poetas de nuestro tiempo. De ahí el aporte valiosísimo y generoso del trabajo de Enríquez, que se proyecta como promesa editorial, y cumple.
Columna publicada en la edición Nº 245 del periódico El Eslabón.
