Se paró la hormigonera

El parate en la construcción, a partir de la retracción de la obra pública, la merma de proyectos privados y el achicamiento del plan de viviendas Procrear, repercutió fuerte en la caída de la actividad industrial, en la venta de insumos para la edificación y en la suba del desempleo. El de la construcción es uno de los sectores más golpeados por el brusco viraje en la política económica que dio el presidente Mauricio Macri. Si bien en el país se sintió el frenazo, en la provincia de Santa Fe la contracción “no fue tan abrupta”. Según la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) delegación Rosario, los cambios que el gobierno introdujo al Procrear tuvieron un impacto negativo en el nivel de actividad local.

“Del Procrear sólo quedó el título. Por la percepción y datos preliminares, los nuevos créditos para la vivienda no generaron hasta el momento mucho entusiasmo, porque además la franja que puede acceder a los mimos, en cuanto a ingresos, es reducida”, evaluó Rubén Llenas, gerente de la CAC de Rosario. Entre otras reformulaciones, el programa oficial ahora es para la compra de viviendas nuevas o usadas. “Antes, cuando era para construir, le daba impulso a la actividad”, indicó Llenas en diálogo con El Eslabón.

El plan Procrear ideado por el kirchnerismo era un puntal de la industria de la construcción. “Los cambios en el crédito, que ajustan por inflación (sistema denominado UVI) y no por el coeficiente salarial, afectaron a toda la cadena. Perdieron constructores, arquitectos, albañiles, corralones, ceramistas, vidrieros, muebleros, etcétera. En la caída, producto de la política nacional, hay muchos gremios involucrados. La reformulación del Procrear perjudicó el empleo y todo lo que se mueve alrededor de la construcción. Vamos a ver cómo evoluciona”, sostuvo el gerente de la CAC de Rosario.

Distintos indicadores vinculados a la construcción evidencian una caída libre en el nivel de actividad en el primer semestre del año, con una profundización del desplome en el segundo trimestre. Desde el gobierno nacional dicen que hacia fin de año la actividad de la construcción dará un giro a partir de la maduración e inicio de obras públicas. Sin embargo, estadísticas y proyecciones tanto públicas como privadas contrastan con el optimismo oficial, que corrió las bondades del segundo semestre para el año que viene.

“Tomando distintos indicadores, el del empleo, venta de insumos, nivel de actividad, podemos decir que la caída promedio en la construcción en todo el país es del 15 por ciento. Incluso, en alguna provincias la baja llega hasta el 40 por ciento”, señaló Llenas.

Y continuó: “En la provincia de Santa Fe tenemos otra realidad. La caída promedio fue casi del 5 por ciento. No hubo casi discontinuidad de la obra pública, no hubo una retracción importante en obras privadas, aunque la actividad es más lenta. Sí jugó un papel negativo los cambios en el plan Procrear”.

El vocero de la cámara empresaria de la ciudad aclaró que los datos que manejan corresponden al sector formal. “Hay que decir que el empleo informal en la construcción cayó mucho más, se vio más perjudicado por la retracción”, reconoció.

Derrumbe general

El empleo formal en la construcción en todo el país cayó 14,4 por ciento en junio último respecto a igual mes del año pasado, la tasa más pronunciada de toda la serie histórica, y mantuvo así la tendencia de profundización del ritmo de caída de los puestos de trabajo en el sector, de acuerdo con un informe del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric).

En junio se registraron 365.908 puestos de trabajo registrados en la construcción, con una disminución mensual del 0,5 por ciento, que  representa un total de 1.862 puestos menos que en mayo. El Ieric detalló además que el primer semestre de 2016 exhibió la media de ocupación más baja de la serie histórica: 10,2 por ciento menor al promedio de empleo verificado durante igual período de 2015.

Otros informes privados reportan que cuando en junio la producción industrial registró una baja interanual de 6 puntos porcentuales, la construcción se desplomó un 20 por ciento, destruyendo más de 50.000 empleos formales en el sector (y una desconocida cifra de empleos informales).

El grupo Construya, que agrupa a empresas líderes del sector –como Aluar, Plavicon, Klaukol, Loma Negra, Aqcua System y Ferrum–, informó que en agosto cayó 13,6 por ciento la venta de insumos para la industria de la construcción respecto a igual mes del año pasado, por lo que acumula siete meses consecutivos de retrocesos. En un comunicado, el grupo detalló que entre enero y agosto de este año las ventas bajaron un 10 por ciento.

El indicador mide la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado de ladrillos, cemento portland, cal, aceros largos, carpintería de aluminio, pisos y revestimientos cerámicos, adhesivos y pastinas, pinturas impermeabilizantes, sanitarios, grifería y caños de conducción de agua. El índice no toma en cuenta la obra pública. Los datos del grupo Construya coinciden con la caída registrada por el Indec.

El freno en la obra pública nacional es por decisión del gobierno de Macri, que priorizó recortar el gasto en un contexto de recesión económica, con lo cual profundizó la caída de la actividad. En su reciente visita al Congreso para defender el proyecto de Primer Empleo, iniciativa que la oposición califica de flexibilización laboral, el ministro de Trabajo Jorge Triaca admitió pérdida de empleo y dijo que la mayoría de los despidos fueron en la construcción, porque “la obra pública se detuvo”. La paralización en la obra pública significa menos viviendas, menos caminos, menos escuelas, menos hospitales, menos obras hídricas, menos infraestructura, menos empleo.

Fuente: El Eslabón