El ilegítimo presidente de Brasil, Michel Temer, que accedió al cargo tras el golpe de Estado contra Dilma Rousseff, quedó una vez más al borde del abismo y todo indica que esta vez no podrá zafar y la consigna “Fora Temer”, gritada por millones de brasileñas y brasileños, podrá convertirse, finalmente, en realidad. Los dos violentos ajustes que se estaban perpetrando contra el pueblo quedaron frenados en el Parlamento: el proyecto de flexibilización laboral dejó de ser prioridad, y la reforma previsional todavía no consiguió ser aprobada en Diputados.

El mandatario fue grabado por los dueños del mayor frigorífico del mundo, JBS Friboi, dando su aval para comprar el silencio del detenido ex presidente de la Cámara de Diputado, Eduardo Cunha, principal impulsor del golpe contra Dilma.

Cunha fue condenado a más de 15 años de prisión por su participación en la trama de corrupción en la petrolera estatal Petrobras. El ex legislador fue el principal cerebro del escandaloso complot que despojó del cargo a Dilma, presidenta elegida por la voluntad popular que no cometió ningún acto de corrupción.

El engayolado ex presidente de la Cámara de Diputados sacó a Dilma del poder para producir la restauración conservadora tan ansiada por las corporaciones. Es decir: para entregar el gobierno de Brasil en manos de la banda de corruptos que ahora se exhibe pidiendo coimas y comprando silencios. La realidad, la verdadera naturaleza del complot urdido contra Dilma hace poco más de un año, mostró sus hediondas entrañas.

Pero los neoliberales se llevan a las patadas con la realidad. Llegan al poder a través de mentiras, estafas electorales y manipulaciones. Y ante el escándalo, Temer salió a hacer eso: negar lo evidente. El jueves, en un discurso de cinco minutos, dijo que permanecerá en la presidencia a pesar de las pruebas que demuestran que acordó comprar el silencio de su aliado Cunha con dinero del frigorífico JBS.

“No renunciaré, repito, no renunciaré, sé lo que hice, sé de la corrección de mis actos. Sé lo que hice. No solicité que eso ocurra”, dijo, refiriéndose a los sobornos y contradiciendo lo que las grabaciones demuestran. “Nada tengo que esconder. No preciso de cargo público ni de fuero especial, nada tengo a esconder”, agregó. Pero ya estaba solo.

“El gobierno se acabó”, sintetizó Alberto Goldman, vicepresidente del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), que hasta el miércoles era una de las dos fuerzas que sostenían al gobierno junto con el Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el del propio Temer. Por su parte, Fernando Henrique Cardoso, el líder del PSDB y otro de los impulsores del golpe contra Dilma, le pidió la renuncia.

Tras el discurso de Temer, la Bolsa de Valores de Valores de San Pablo se desplomó casi el 9 por ciento, y el real se devaluó más del 8 por ciento con relación al dólar.

Los pedidos de juicio político contra Temer suman ocho. La semana próxima la Cámara baja tratará una enmienda constitucional que permita convocar a elecciones directas, que es lo que piden las multitudes que se manifiestan en las calles, y que mañana protagonizarán enormes movilizaciones. El Tribunal Supremo ya inició una investigación contra el todavía presidente.

Uno de los directivos del frigorífico que participó de la trampa contra Temer, Joesley Batista, entregó la semana pasada al Supremo el registro hecho con un grabador oculto durante una reunión con el presidente que tuvo lugar en la residencia oficial el 7 de marzo.

O Globo, que dio a conocer el escándalo, y que fue uno de los medios impulsores del golpe contra Dilma, no tuvo por estos días un ataque de dignidad ni honradez. Nada de eso: la subsistencia de ese multimedios depende de los anuncios del frigorífico JBS Friboi. Por ese motivo, a la hora de elegir, le soltó la mano a Temer, al igual que lo hicieron casi todos sus aliados políticos.

Temer, Macri, Venezuela y la restauración conservadora en la región

El presidente de la Argentina, Mauricio Macri, junto con Temer, referentes de la restauración conservadora en la región, adalides de la avanzada neoliberal contra los populismos, son los mejores amigos de las corporaciones y el Imperio, y los cruzados contra Venezuela. Cada vez que pueden, hacen los deberes y se muestran muy preocupados “por la situación institucional de Venezuela” y por “los derechos humanos” en ese país caribeño. La situación institucional de Brasil no parece ser el mejor paradigma ético ni político para juzgar la de Venezuela.

La revelación que hizo estallar el escándalo posee un alto contenido obsceno. Toda la impudicia y la impunidad del sistema capitalista en manos de las corporaciones se exhibe allí con claridad en boca del ilegítimo presidente: “Hay que seguir haciendo eso”, dice Temer en la grabación, que fue controlada por la Fiscalía y la Policía Federal en el marco de una investigación por coimas.

La trampa para corruptos fue preparada cuidadosamente, y Temer mordió el queso como una rata insaciable. Se utilizó a dos empresarios que actuaron como delatores, los hermanos Joesley y Wesley Batista, dueños del mayor frigorífico del mundo, que sirvieron de carnada.

En la grabación, el ilegítimo presidente de Brasil le señaló a Batista que sería el diputado Rodrigo Rocha Loures, del PMBD, el hombre encargado en resolver “un asunto” del frigorífico JBS.

Según indicó el sitio web de O Globo, Lourdes fue grabado luego recibiendo una valija con 500 mil reales (unos 160 mil dólares) enviados por Batista.

Pero Temer no fue el único roedor que le hincó el diente al peligroso queso bajo control fiscal-policial. En una filmación fue pillado el ex candidato presidencial derrotado en 2014 Aécio Neves, senador aliado de Temer. En la escena que lo tiene como protagonista, Neves le pidió unos 600 mil dólares a los dueños de JBS para pagar su defensa en la Operación Lava Jato, el escándalo de corrupción en torno a la petrolera Petrobras.

Neves denunció a Rousseff por irregularidades en la campaña de 2014. Es el presidente del PSDB y un senador que es el gran respaldo para la gobernabilidad de Temer. La entrega de los 600 mil dólares solicitados por Neves en la filmación fue hecha por un primo del senador que fue filmado por la Policía Federal en acuerdo con los empresarios de JBS, que colaboran con la justicia en un acuerdo de delación premiada.

Y Neves fue el primero en caer, el jueves, a menos de un día de conocerse la filmación. El juez de la Corte Suprema Edson Fachin suspendió a Neves y a Loures filmados mientras pedían sobornos al dueño del frigorífico.

Pero antes del psicótico discurso de Temer, el estallido del nuevo escándalo dio lugar el miércoles a una rápida y no menos mórbida reacción del gobierno, que salió a negar la realidad a través de un comunicado. El oficialismo salió a decir que lo que se ve no existe, que no es cierto lo evidente.

“Temer jamás solicitó pagos para obtener el silencio de Eduardo Cunha, no participó ni autorizó cualquier movimiento con el objetivo de evitar la delación del ex parlamentario. El encuentro con el empresario Joesley Batista ocurrió en marzo pero no hubo en la conversación nada que comprometiera la conducta del presidente”, afirmó un comunicado del gobierno.

Según encuestas recientes, Temer cuenta con un 4 por ciento de aprobación y un 85 por ciento de rechazo. Tras el escándalo dado a conocer por la red O Globo llueven los pedidos de juicio político, incluso de parte de aliados. La Constitución de Brasil indica que en caso de renuncia o destitución por juicio político, el presidente de la Cámara de Diputados y primero en la línea de sucesión, Rodrigo Maia, deberá asumir el cargo en forma interina y llamar a una elección indirecta entre los legisladores.

Pero dado que una enorme cantidad de diputados están salpicados por casos de corrupción, se evalúa la posibilidad de una enmienda constitucional que permita llamar a elecciones generales en forma anticipada.

El diputado Alessandro Molon, del partido Rede, de la ex candidata presidencial Marina Silva, pidió el impeachment de Temer por delitos de responsabilidad, mientras que el izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL) reclamó elecciones anticipadas mediante una reforma constitucional urgente.

Los hermanos Batista estuvieron la semana pasada declarando ante el juez de la Corte Suprema Edson Fachin, que investiga la causa Lava Jato. Según informó O Globo, Joesley Batista y su hermano Wesley, dueños de JBS Friboi, una de los mayores exportadores de carne a nivel mundial, intentan cerrar un acuerdo de colaboración con la Justicia, como ya hicieron 77 ex directivos del grupo Odebrecht, implicado en el caso Petrobras.

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