La Madre de Plaza 25 de mayo, Norma Vermeulen, participó de un emotivo y comprometido acto por el Día de la Independencia en la institución educativa en la que estudió y egresó hace 75 años.

Con su antiguo boletín de calificaciones de grado en la cartera, junto a la bolsita en la que siempre lleva su pañuelo blanco, Norma Vermeulen regreso a la escuela Nº 156, Provincia de San Luis, en la que estudió y egresó hace 75 años.

En el establecimiento de Zelaya 2331, estudiantes, padres y docentes de los dos turnos, realizaron el viernes 7 el acto por el Día de la Independencia y recibieron a la ex alumna.

En el amplio salón de actos, tras el saludo a la bandera, hubo discursos, bailes y cantos en homenaje a la fiesta patria. La celebración tomó emotividad cuando compartieron un video filmado en el norte argentino, con sus músicos y pobladores entonando el himno nacional, al que acompañaron a viva voz los presentes en la escuela de Alberdi.

El encuentro siguió, ya no desde el escenario, cuando la directora Miriam Páez, junto a Norma y Ana Moro, militantes de derechos humanos, se sentaron rodeadas por los estudiantes.

La memoria trae al pasado de la escuela

“El barrio y la escuela eran distintos”, cuenta la ex alumna. Y todos se asombran cuando relata que para llegar desde su casa debía pasar un descampado que se llenaba de escarcha en invierno. En esa época había poco pavimento.

Entonces, las alumnas y alumnos de los grados más chicos le preguntan qué comían en los recreos, cómo era todo en esa época. Y Norma, con simpleza y ternura les habla a todos.

Muestra su boletín de séptimo grado y explica que tenía buenas notas y le gustaba mucho estudiar Historia, leer y escribir. Y señala que siempre escribe lo que va a decir en una reunión o sobre los momentos alegres y de los otros.

El pañuelo de la ex alumna

Sentados en canastita, como en una íntima charla entre abuela y nietos, también estaban las  alumnas y alumnos de los grados superiores, quienes comenzaron a preguntar sobre derechos humanos. En ese momento, la ex alumna de la escuela Nº 156, buscó en su cartera y se puso su pañuelo blanco, lentamente, mientras contestaba las preguntas. Cada respuesta despertaba cerrados y respetuosos aplausos de los chicos, pero también de docentes y padres.

El emotivo encuentro fue organizado por docentes de la escuela y el grupo Educación del Espacio Juicio y Castigo Rosario. Además, participaron integrantes de la Secretaría de Derechos Humanos de Amsafé provincial.

Celeste y blanco

Iris Pérez, familiar de desaparecido e integrante del Espacio Juicio y Castigo, explica que “en los días previos al 24 de Marzo, cuando se cumplían los 40 años del golpe cívico militar, los hermanos y hermanas le propusimos a las Madres de la Plaza 25 de Mayo de Rosario que queríamos usar un pañuelo celeste sobre los hombros para que junto al blanco de ellas  formarán los colores de la bandera Argentina”. “Ese símbolo –agrega– intenta comunicar que la lucha de las Madres continúa en las hermanas y hermanos, no sólo de sangre, sino también a toda esa generación a la que pertenecieron nuestros 30 mil compañeros desaparecidos”.

Y se recordó que el hijo de Norma, Osvaldo Vermeulen, pasó cinco días en el centro clandestino que funcionó en la esquina de Dorrego y San Lorenzo de la ex Jefatura de Policía. Desapareció en abril de 1977, tenía 25 años y era militante de la Juventud Trabajadora Peronista. Allí funcionaba el Servicio de Informaciones (SI), por el cual –entre 1976 y 1980– pasaron entre 1800 y 2000 detenidos.

Volver a la escuela

Norma, en una de las semanales e históricas rondas de todos los jueves en “la Plaza de las Madres”, le había contado a Iris Pérez sobre sus deseos de volver a ver su escuela. También, en otra oportunidad, le dijo lo mismo a Mónica Evangeliste, quien como Iris, milita en el Espacio Memoria y Justicia Rosario.

“Tengo admiración por mi escuela primaria, recuerdo el nombre de todas mis maestras. Siempre deseo volver y ver cómo está. La vi crecer, porque pasaba por ella cuando iba a casa de mi hijo, pero nunca volví”, comentaba Norma.

Ambas compañeras, junto a Ana Moro, también militante y querellante en juicios por crímenes de lesa humanidad cometidos durante el terrorismo de Estado, comenzaron a organizar el acompañamiento a Norma para llevarla a su escuela.

La iniciativa partió desde el grupo que trabaja desde el Espacio los temas relacionados a  Educación, y luego se habló con la directora y las maestras de la escuela. “Trabajaron con mucha responsabilidad y armaron un acto muy profundo y vivido por padres, chicos y docentes”, indicaron luego del encuentro. “La directora, Miriam Páez, es una joven que trabajaba para abrir la escuela a la comunidad. Todos quedaron contentos con la charla, en la que reinaba un aire muy profundo y ese momento quedará en la historia de la escuela”, indicó Mónica.

Una feliz caída en la pública

Al terminar la charla, Norma entregó a la escuela una bandera argentina de asta, mientras las militantes que la acompañaron dejaron en la escuela una foto de Norma en la Plaza, junto a las otras Madres. Por su parte, un alumno le obsequió a Norma una planta con una foto de la fachada de la escuela, tal como era cuando ella estudiaba allí.

Luego vinieron los abrazos, las fotos, un brindis y muchas lágrimas, por ese retomar la historia de la escuela y su ex alumna luchadora. Ya de regreso, Norma señaló que era muy bueno que la memoria, verdad y justicia estén presentes en las escuelas. Y remarcó: “El amor que me daban en la escuela, aún lo recuerdo. Fue una de las cosas más lindas de mi infancia”.

También le agradeció a las compañeras que organizaron el acto: “Gracias por permitirme que pueda ir, también fue un homenaje a la escuela pública, que es lo que admiro y trato de difundir. Me siento realmente feliz”.

Más notas relacionadas
Más por Alfredo Montenegro
Más en Derechos Humanos

Dejá un comentario

Sugerencia

Convocan a un homenaje a Norma Vermeulen

Las Madres de Plaza 25 de Mayo junto a compañeras y compañeros convocaron para este jueves