En su mundo de globos y papel picado, Cambiemos entendió que las urnas de las Paso le dieron envión para seguir aplicando su programa económico, el mismo que desde hace casi dos años carcome el tejido sociolaboral. La movilización a Plaza de Mayo convocada por la CGT expondrá un nuevo rechazo a las políticas de ajuste que encarna Mauricio Macri, mientras el gobierno, en medio de su veranito electoral, ultima detalles para avanzar con la reforma laboral, previsional e impositiva, proyectos que lastimarán aún más a los trabajadores.

Con fuerte discusión interna a partir de la intención de un sector de la central obrera de suspender la protesta después de los comicios, atravesados por la manipulación en el recuento de votos, la CGT ratificó la marcha del próximo martes junto a la CTA y movimientos sociales aunque pateó para adelante la definición de un paro nacional. “Nuestros problemas siguen presentes y seguirán después de (las elecciones de) octubre”, evaluaron desde la central sindical, al tiempo que relativizaron que el gobierno de Macri haya recibido un espaldarazo en las urnas. “El 65 por ciento fue un voto opositor a las políticas de ajuste”, consideraron desde la CGT.

Sindicatos rosarinos se sumarán a la convocatoria cegetista en contra del ajuste. “Debemos seguir defendiendo los intereses de los trabajadores y oponiéndonos a políticas que afectan directamente a la clase obrera”, indicó Matías Layús, de La Bancaria Rosario. “Hay que estar movilizados y resistiendo las políticas antiobreras”, agregó el dirigente en un comunicado.

Marcelo Andrada, secretario general del sindicato de Recolectores de Rosario, se pronunció en el mismo sentido y subió la apuesta. “Hay que declarar un paro nacional”, arengó el dirigente moyanista, y añadió: “No deben confundirse los resultados de las Paso. Todos los días hay trabajadores que dicen que no les alcanza el salario y que tienen miedo de perder el empleo”.

Con el objetivo puesto en las elecciones de octubre, Cambiemos juega a dos puntas. Por un lado acelera los proyectos de reformas impositiva, laboral y previsional a pedir del establishment económico, sector que se unió a los actuados festejos de la alianza neoliberal, tal como quedó demostrado en el precoloquio de Idea que se realizó en la Bolsa de Comercio de Rosario en un clima teñido por el acto comicial de las Paso.

Y por otro, el gobierno buscará mostrar los promocionados brotes verdes en una economía que apenas rebota si se la compara con los pésimos resultados de 2016, inyectando recursos a la obra pública, tratando de suavizar la inflación con supuestos congelamientos de precios y tasas de interés altas, y publicitar los aumentos del 13 por ciento para jubilados y beneficiarios de asignaciones contemplados por ley que llegarán en septiembre pero que el gobierno se apresuró a anunciar dos días después de las elecciones.

Estas subas beneficiarán a más de 17 millones de personas. Con este nuevo aumento, el haber mínimo jubilatorio llegará a 7.246 pesos mientras que la AUH se incrementará a los 1.412 pesos. En tanto, la pensión mínima subirá a 5.797 pesos. Así, la suba acumulada en el año será del 28 por ciento, por encima de la inflación proyectada por el gobierno pero casi a la par del índice estimado por estadísticas privadas. De igual manera, el aumento jubilatorio queda por debajo del poder de compra de 2015.

La movilidad previsional, desde 2009, garantizó una curva ascendente en el poder adquisitivo de las jubilaciones en los últimos años. Hasta 2015 se registró una mejora constante en los haberes jubilatorios, producto de subas superiores al avance del nivel general de precios.

Según el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda, esta tendencia se quebró a fines de 2015, a partir del cambio de régimen económico. La endeblez del mercado de trabajo durante 2016 y el importante salto inflacionario por los incrementos tarifarios, desacoplaron la movilidad previsional del nivel de inflación.

En números, el informe encontró un 13 por ciento de deterioro acumulado para el período agosto 2015-2017 en las jubilaciones. Si bien esta caída se compensará con la suba del 13,3 por ciento de septiembre, el avance de la inflación de los próximos meses licuará parte del aumento jubilatorio que el gobierno anunció con bombos y platillos.

Después de las Paso el denominado “mercado” se pintó de amarillo, se sumó al show de fuegos artificiales y aprovechó para apurar el reclamo de que el gobierno achique más todavía el Estado, siga ajustando e impulse las reformas laboral, fiscal y jubilatoria, que el macrismo ya tiene en carpeta. El gobierno obtuvo en las Paso un voto financiero. La primera señal vino por el lado del precio del dólar, que después de varias semanas de tendencia alcista, corridas cambiarias mediante, cedió unos centavos y se mantuvo por debajo de los 18 pesos. Subieron bonos y acciones como muestra de “euforia”, según titularon los diarios.

La reforma tributaria que estudia el gobierno de Cambiemos intentará reducir la “presión fiscal” o, mejor dicho, achicar el Estado recortando la recaudación sobre el producto bruto interno. Esa “presión” se expandió de la mano del kirchnerismo, cuando el Estado desembarcó en muchas áreas y marcó presencia en el territorio.

Con respecto a la reforma jubilatoria el gobierno buscará recortar “gasto público”, en síntesis, seguir hachando la capacidad adquisitiva de los haberes previsionales. Por lo que se adelantó, el proyecto dificultará el acceso a la jubilación para quienes no hayan completado sus aportes y la Ansés quiere habilitar la extensión de la edad jubilatoria aunque sería optativa para el trabajador.

En tanto, el macrismo quiere imitar la reforma laboral brasileña. El gobierno y un sector de las cámaras empresarias presionarán para flexibilizar convenios colectivos de trabajo, achatar ingresos e introducir cláusulas que liguen las remuneraciones al presentismo y la productividad.

Al comparar los magros resultados del año pasado en materia económica, el gobierno mira hacia octubre con optimismo electoral y hace notables esfuerzos por mostrar que la actividad “se recupera”. Mientras, su política económica orientada al endeudamiento externo, apertura importadora, tarifazos, achicamiento del mercado interno seguirá encontrando resistencia en las calles.

Documento firmado este viernes por las CTA y la CGT.

Fuente: El Eslabón

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