La revolución es una construcción colectiva. Y en cada ciudadana y ciudadano hay un comandante en jefe. Los nombres cambian, pero el proceso sigue, mal que le pese a la prensa corporativa que quiere ver a ese pueblo de rodillas. El nuevo mandatario fue elegido por la Asamblea del Poder Popular.

Cuando Miguel Díaz Canel, que ayer cumplió 58 años, era un bebé de un año, la Revolución infligió al imperio estadounidense una de sus más humillantes derrotas en Playa Girón. Ingeniero electrónico graduado en 1982, Miguel Díaz Canel viene ocupando importantes cargos en el gobierno y el Partido Comunista.

Fue primer secretario de la Unión de Juventudes Comunistas en Villa Clara, repitió la misma función en el Partido Comunista cubano de su provincia natal y también en Holguín. Fue ministro de Educación Superior en 2009 y en 2012 vicepresidente del Consejo de Ministros. Formó parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y se desempeñó como profesor en la Universidad Central Martha Abreu, en Las Villas.

Se caracteriza por trabajar junto al pueblo para conocer en forma directa sus necesidades. Suele presentarse por sorpresa en determinados lugares para verificar si la ciudadanía recibe los servicios como corresponde. Asimismo, es reconocido por su mente abierta y su falta de dogmatismo.

En 2012 intercedió para que un blog llamado La joven Cuba pudiera seguir activo con sus opiniones críticas. Le interesa mucho el arte y las actividades culturales y tiene una mente abierta con los colectivos alternativos y la diversidad sexual. Durante su gestión en Santa Clara creció la actividad de El Mejunje, un centro cultural que organizaba espectáculos ideados o protagonizados por transexuales.

“Aun en circunstancias tan difíciles –la isla atravesaba el Período Especial, la crisis económica provocada por la caída del socialismo europeo– nuestras autoridades tuvieron la sensibilidad para entender cuán necesario era el respeto a la diversidad. Y no solo la que tenía que ver con la orientación sexual”, recordaba acerca de esta época en Santa Clara Ramón Silverio, creador de El Mejunje, el centro cultural donde por primera vez en Cuba se desarrollaron galas de artistas trans, y en el que todavía encuentran asiento numerosos creadores alternativos.

El recambio generacional comenzó en Cuba hace años. No hay nada dramático, ni trágico, ni grave en la salida de Raúl Castro del poder y la llegada de Díaz Canel. En las calles de Cuba no hay preocupación, ni incertidumbre, ni miedo por estas horas. Se habla de política, como todos los días desde el triunfo de la Revolución. Porque el pueblo cubano es un pueblo especialmente bien informado y politizado, y siempre se discute en las calles y se critica al gobierno con total libertad y mucha información y formación.

Los medios hegemónicos al servicio de las corporaciones intentan poner un tono dramático y ominoso. Pero es apenas uno de los tantos intentos de mentir y tergiversar la realidad. Hablan del fin de una “dinastía”. Olvidan mencionar que el nuevo presidente es elegido por una Asamblea surgida del voto de la ciudadanía en un proceso democrático que posee mucha más legitimidad y representatividad de la voluntad popular que muchas de las autocacareadas democracias.

La Asamblea Nacional del Poder Popular (integrada por 605 diputadas y diputados) no solo es un ejemplo de ese recambio, ya que el promedio de edad es de 49 años, sino que además es una muestra de diversidad étnica y de género.

Está integrada por un 40,5 por ciento de negros y mestizos, un 13,2 por ciento de personas menores de 35 años y el 86 por ciento de graduados universitarios.

Un 47,4 por ciento de los parlamentarios fue propuesto a nivel de barrio, en reuniones vecinales. El 53,2 por ciento de mujeres diputadas ubica a Cuba como el segundo Parlamento en el planeta con mayor presencia femenina, solo superada por Ruanda (61,3 por ciento).

Los parlamentarios que integran la Asamblea fueron elegidos tras el acto eleccionario del 11 de marzo, en unos comicios en los que participaron más de siete millones de cubanas y cubanos, alrededor del 86 por ciento del registro de votantes de la isla, al cual se accede de oficio al cumplir los 16 años.

Luego de esa cita en las urnas, los escaños serán ocupados por obreros, campesinos, maestros, médicos, científicos, escritores, artistas, líderes religiosos, estudiantes, dirigentes políticos, empresarios, deportistas, miembros de las instituciones armadas y trabajadores del sector privado residentes en las 15 provincias de Cuba.

En recientes declaraciones a Prensa Latina, diputados que integran el cuerpo Legislativo consideraron una prioridad “el fortalecimiento del socialismo en la isla”, haciendo valer el legado del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, y de la generación histórica del proceso que comenzó el 1 de enero de 1959.

“Seguiremos adelante con la Revolución, cada vez más fortalecida, con el compromiso de dar continuidad a tantos años de lucha liderados por la generación histórica”, dijo la parlamentaria Digna Guerra.

“Es un hombre del aparato, leal a Raúl. Más su elección es acertada: es joven, atractivo y ha tenido muchísimo tiempo para congraciarse con las fuerzas armadas, que es en las que reside el verdadero poder de Cuba”, aseguró el ex jefe de análisis sobre América Latina de la CIA, Brian Latell. “Se debe esperar más un Díaz Canel administrador que un Díaz Canel visionario”, agregó el ex funcionario de las administraciones de Clinton.

El proceso de elección del presidente en Cuba

“Para que alguien en Cuba llegue a presidente tiene que pasar por varios momentos electorales, en los cuales participa el pueblo directamente o sus representantes electos”, explicó el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, José Luis Toledo Santander al diario Granma.

“El compañero o compañera resulta propuesto como precandidato a diputado a la Asamblea Nacional en el pleno de una organización de masas”, agrega el Toledo Santander, que describe cada uno de los pasos de la nominación, que incluye la participación popular en todas y cada una de esas instancias.

“El Presidente del Consejo de Estado en Cuba se elige en elecciones de segundo grado, o sea, los diputados, electos por el pueblo y en representación del pueblo, aprueban la candidatura y luego votan, de manera directa y secreta, por quienes integrarán el Consejo de Estado, es decir, el Presidente, el Primer Vicepresidente, los vicepresidentes, el Secretario y demás miembros”, señaló el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Los diputados y diputadas son elegidos tras la votación de más de 12 mil propuestas surgidas en los 970 plenarios celebrados en todo el país. Y de esos candidatos, el 47,4 por ciento son delegados de circunscripción, de base, los mismos que el pueblo eligió durante la primera etapa del proceso de elecciones generales.

Después, explicó Toledo Santander, corresponde la nominación por la Asamblea Municipal del Poder Popular. “Es allí donde las comisiones de candidaturas a ese nivel presentan los precandidatos, y son las asambleas las que deciden, mediante votación directa y abierta, si los aprueban o no. De hecho, cada una de las propuestas, para ser suscritas, deben contar con más de la mitad de los votos favorables de los delegados presentes”, agregó.

“Una vez nominado como candidato a diputado asistimos a otro episodio electoral, el cual se corresponde con el ejercicio del voto libre, directo y secreto del pueblo, ya sea en una circunscripción o distrito, donde son elegidos los diputados”, señaló Toledo Santander.

Cada diputado es electo por cada 20 mil habitantes o fracción mayor de 10 mil, e incluso en aquellos municipios que tienen 30 mil habitantes o menos siempre se elegirán dos diputados. De ahí que la Asamblea Nacional ostente la representación de todo el pueblo.

“Tras ser elegidos los diputados y tomar posesión en la Asamblea, la Comisión de Candidaturas Nacional llama a consulta a cada uno de los electos y todos tienen el derecho de proponer quiénes serían, a su juicio, los integrantes del Consejo de Estado, o sea, sugerir 31 personas de entre ellos, que incluye, como es obvio, al Presidente”, concluyó el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Fuente: El Eslabón

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