La descomunal victoria de millones de mujeres logrando la media sanción para el Aborto Legal, Seguro y Gratuito dio paso a la peor cara de un Gobierno que apura el remate de la Nación: el dólar aplanando salarios, el acuerdo con el FMI, y una criminal entrega patrimonial.

En la mañana del jueves pasado las mujeres argentinas, todas, incluso las que se oponen a la despenalización del aborto, entraron en la historia, dando un paso fundamental en el camino a apropiarse de un derecho que aún les es negado en forma inconcebible: la emancipación de sus propios cuerpos.

La media sanción de la Ley de Aborto Legal, Seguro y Gratuito que consagró la Cámara de Diputados pone al borde del nocaut a aquellos senadores que pensaban que la Cámara alta era el dique que impediría que se convierta en norma el reclamo del colectivo más importante que milita en la Argentina.

En una verdadera semifinal verde –valga el lenguaje mundialero que sobrevuela por estos días–, con temperaturas cercanas al 0º, lo cual le dio carácter de heroica a la vigilia en los alrededores del Congreso, una marea emancipadora de centenares de miles de mujeres defendieron la ley y controlaron el sentido de la votación con su presencia militante, en una jornada histórica y emancipadora.

De nada valió que la liturgia que Cambiemos viene imponiendo desde diciembre de 2015 hubiese mantenido a la Plaza de los Dos Congresos vallada, inhabilitada, negada a la pueblada de mujeres.

Nada pudo torcer el rumbo de victoria de una votación que, sin embargo, se vio comprometida en varias oportunidades, ya sea por operaciones de prensa que daban por perdida la pulseada o por declaraciones de indecisas e indecisos que se declaraban a favor o en contra de la ley.

Los discursos religiosos, las apelaciones zoológicas y botánicas –siempre escatológicas–, debieron ceder ante la política, territorio de donde nunca debió salir el debate.

Como bien había señalado en las previas al debate parlamentario el filósofo Darío Sztajnszajber, “la discusión entre un ateo y un creyente no se resuelve sacándole una fotografía a Dios”. No se resuelve. Punto.

Y quienes, en el terreno político quisieron deslizar que la despenalización del aborto tributa a la planificación del exterminio de las poblaciones de países tercermundistas por parte de Gran Bretaña, el FMI y la ONU, o cualquier ONG funcional al poder financiero y a la sinarquía internacionales, debieron toparse con algo irrefutable: de lo que se está hablamos es de políticas públicas, no de conspiraciones en los sótanos de castillos de la Rubia Albión o de mandatos surgidos de las bóvedas del Banco Mundial.

De ese modo, sacando el debate de la ley de los yermos territorios de la metafísica, las conspiranoias y los mitos urbanos, el filósofo del apellido difícil dio en la tecla: “Una mujer que no decide sobre su propio cuerpo es una ciudadana de segunda, en términos políticos”. De ésto es de lo que se tuvieron que hacer cargo los que publicaron tantas fotos de dioses en modo embrión o feto.

Y en honor a la política, un partido como el que ya se creía perdido, como el que se disputará en el Senado, luego de la victoria verde en la Cámara baja pinta mucho mejor: tanto Cristina Fernández de Kirchner como Miguel Pichetto advirtieron que la ola es imparable y que si es por ellos la ley sale o sale, como la variante de uno de esos jueguitos de azar que tanto se publicitan por los medios masivos.

La otra ola verde

Todavía resonaban los aplausos en el recinto y las voces de miles de mujeres en la calle, celebrando la media sanción de despenalización del aborto cuando el otro tsunami verde, el del dólar, volvió a situarse al tope de la agenda informativa, poniendo en riesgo a futuro que haya recursos para que el aborto legal, seguro y gratuito no sea apenas una expresión de deseos.

El jueves, la divisa norteamericana se cotizaba al mediodía a 27,50 pesos, pero ése era el valor al cual vendía el Banco Nación. En la city porteña, los bancos privados comercializan el dólar a 28 pesos, sin que alguien esperara que sea un techo.

La corrida hacia el billete yanqui no se detiene desde enero, y nadie se anima a decir cuál será el valor de referencia que logre detener la sangría de reservas que se evaporan día a día, alimentando a un sector financiero voraz por desprenderse de Lebacs y pasarse a la divisa norteamericana, o simplemente aquellos que eligen refugiarse preventivamente.

La descomposición de la economía macrista afecta a los sectores más vulnerables, y el rumbo de colisión no muestra cambios, por mucho que se esmeren los analistas afines a Cambiemos, por torpeza o habilidad, las consecuencias son las mismas: más pobreza, más hambre, más marginalidad social, menos justicia social.

Lo que al mediodía del jueves parecía una nueva marca récord para la moneda estadounidense, al cierre de la jornada ya había pasado a ser historia, y con el nuevo valor a 28, 50 llegó la salida de Federico Sturzenegger del Banco Central (Bcra).

Luego de esa brutal trepada del dólar, la brújula ya imantada del Gobierno comenzó a girar a tontas y a locas, y tras llamadas de ida y vuelta desde la Casa Rosada y la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, la calva testa de Sturzenegger rodó por los fríos pasillos del Banco Central.

Los socios mediáticos del gobierno de Macri adjudican la corrida permanente a la crisis global que genera la suba de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal. Pero parece más sensato articularla con el estado público que tomó la carta de intención que la administración Cambiemos hizo llegar al FMI, que incluye un desorejado ajuste fiscal, el remate de los activos del Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS) de la Anses, la modificación de la Carta Orgánica del Bcra y otras criminales exigencias del organismo que la neo oligarquía está más que dispuesta a cumplir. Es más, muchas de las condiciones del Fondo ya se venían ejecutando o planificando desde antes de tornarse necesario recurrir a Washington.

La carta de intención fue firmada en forma conjunta por el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y el eyectado Sturzenegger, siendo quizá la última acción administrativa de éste al frente del Bcra y su último acto de servicio en favor de los grandes capitales.

Cuando las aves de rapiña de la city porteña se enteraron de que otro de los puntos de la misiva al FMI –las previsiones inflacionarias– alcanzan hasta un 32 por ciento para 2018, la disparada del dólar se acentuó, y el hombre del blindaje y el megacanje de 2001 se fue por la ventana.

Como si se tratara de un guión de una película de terror, el reemplazante de Sturzenegger será Luis Caputo, cuyo cargo en Finanzas no será ocupado, ya que el actual Ministerio que encabezaba hasta el jueves se reunificará con el Ministerio de Hacienda bajo la conducción de Nicolás Dujovne.

El nombramiento de Caputo es “en comisión”, ad referéndum del acuerdo correspondiente por parte del Senado de la Nación.

Ya para entonces los movimientos intestinos del Gobierno nacional se sienten a varias cuadras de los baños de la Casa Rosada y de Olivos, pero resultó notable la ausencia en el centro de la escena de Macri, quien no apareció más que en un video en el que un niño le propinó un pelotazo en los testículos y un comunicado en el que el mandatario le agradece a Sturzenegger “el trabajo realizado durante su gestión al frente del Bcra”.

Tampoco se sabe si entre esos logros reconocidos por Macri está la devaluación del peso, que llega al 52 por ciento en lo que va de 2018, y un 193 por ciento desde que Sturzenegger asumió al frente del Banco Central, o la deuda de casi 50 mil millones de dólares en Lebac que le deja a todos los habitantes de la Argentina.

Sobre las Lebac, quien habló el viernes fue Dujovne, que a través de una conferencia de prensa, ratificó el rumbo económico y resaltó el apoyo del FMI al Gobierno, y confesó: “Le vamos a dar una solución definitiva a las Lebac”.

El intento del funcionario por explicar la nueva composición del gabinete económico derivó en una ratificación –que por alguna razón creyó necesaria– del aval del organismo crediticio: “Recibimos apoyo del Fondo Monetario Internacional ante los cambios que estamos llevando adelante”.

Si a esta altura es necesario confirmar el apoyo del FMI, luego de ser enviada la carta de intención del gobierno de Mauricio Macri, algo huele podrido en Dinamarca, o más bien en la Casa Rosada.

Los “cambios” que lleva adelante Cambiemos están en absoluta consonancia con las exigencias del Fondo, por lo tanto el esfuerzo por subrayarlo sólo puede tener como meta parar la estampida hacia el dólar de parte de todos los actores financieros de la city porteña y de Wall Street.

Pero tal vez lo más dramático de los escarceos de Dujovne es el anuncio en torno de las Letras del Banco Central que desde diciembre de 2015 se han convertido en una gigantesca bola de nieve en términos de endeudamiento, porque las versiones en la city porteña van desde la emisión de un bono a largo plazo para amortizar esas letras hasta una ampliación de la línea de crédito del FMI destinada a ese rubro.

Dujovne, además, remarcó: “Hablé con la directora gerente Christine Lagarde y otros funcionarios del Fondo y mantuvimos un excelente diálogo. Ratificamos que el programa no se altera y recibimos apoyo del Fondo ante los cambios que estamos llevando adelante”. ¿Podría ser de otra manera? ¿Por qué?

La única posibilidad de que el FMI tuviera algún desacuerdo es que el organismo visualizara que el acuerdo core riesgo por la volatilidad política en la que se encuentra sumido el gobierno de Macri.

La salida para esa situación es reforzar las exigencias, que ya de por sí son leoninas, como se dijo más arriba.

En apretada síntesis, éstos fueron los conceptos màs salientes de cuanto Dujovne a los periodistas:

  • “Le vamos a dar una solución definitiva a las Lebacs”.
  • “El programa económico de Macri sigue siendo el mismo”.
  • “Sabemos que las turbulencias en el mercado cambiario genera preocupación, pero queremos expresarles tranquilidad de que estamos trabajando para normalizar este esquema cambiario con fluctuaciones”.
  • “Estamos trabajando para normalizar el funcionamiento del mercado cambiario”.
  • “Es evidente que la volatilidad que ha tenido la moneda en la Argentina responde a varios factores y uno de ellos es la confianza. En la medida que se recupere la confianza vamos a dar un paso muy importante”.
  • “Hay un programa en el que se está acelerando la convergencia al equilibrio fiscal y que contempla liquidez”.
  • “Aún en un programa de flotación administrada es posible tener un esquema cambiario con fluctuaciones suaves y pensamos que estamos en camino de poder llevarlo a la práctica”.

Pero luego de que “los mercados” escucharan las que debieron ser palabras tranquilizadoras del ministro Dujovne, el dólar comenzó a cotizarse –al cierre de esta edición– a casi 29 pesos.

El martes pasado, 72 horas antes de que se acentuara el descalabro en que está sumiendo Macri y su CEOcracia al país, por primera vez un dirigente relevante del peronismo sugirió algo de lo cual se viene hablando desde estas páginas.

El ex diputado nacional Héctor Recalde se explayó sobre el acuerdo con el FMI, y lo hizo en forma tajante, apelando a los partidos opositores en el Congreso: “La oposición debe emitir ya una declaración diciéndole al FMI que el acuerdo no se va a cumplir si Macri es derrotado en 2019”.

En el tono que casi nadie usa en momentos en que está en juego el futuro de la Argentina, el abogado laboralista le exigió al Presidente que si acuerda con el Fondo “lo haga durante su mandato y no comprometa a futuros gobiernos”, para rematar: “No estamos adheridos al sindicato de giles. Ellos se endeudan y endeudan, y después venimos los giles a desendeudarnos”.

En la anterior edición de este semanario se dijo que “resulta imperioso que se detenga el movimiento pendular de experiencias nacionales y populares seguidas de programas criminales, esa trampa mortal que espera a los sectores más vulnerables cada vez que la oligarquía manda”. Recalde parece estar diciendo, como poco, algo bastante parecido.

Más notas relacionadas
  • ¿De qué se cansó “la gente”?

    En medio de una hecatombe social, Malena Galmarini lanzó una piedra en aguas peronistas de
  • Humo y tempestad

    Milei intenta saldar a sangre y fuego el empate histórico entre Nación y colonia, el peron
  • La venganza como programa de gobierno

    Los despidos en el Estado, el achicamiento de la clase media, la exclusión total de los se
Más por Horacio Çaró
Más en El Eslabón

Dejá un comentario

Sugerencia

En Diputados no hubo quorum para tratar el presupuesto de las universidades

Unión por la Patria había pedido una sesión especial para tratar el tema junto con la rest