Otra muestra de comportamiento retrógrado y de sometimiento. En un tuit enviado desde Cancillería argentina al “Reino de España”, el gobierno Nacional se despachó con otra manifestación no casual.

La mencionada comunicación indica: “Saludamos afectuosamente a la colectividad española en Argentina”, y destaca “los profundos lazos históricos y culturales” entre ambos países.

Desde 1982, cada 12 de octubre España festeja la llegada –en 1492– de Cristóbal Colón a América. Se iniciaba así el saqueo y exterminio de los pueblos originarios y sus culturas ancestrales. Esa conquista aún desata profundos reclamos y acciones por la recuperación de sus territorios y derechos, avalados por leyes que fueron violadas por gobiernos que apoyan a grupos inversores.

“Prodigio del descubrimiento”

En 1917, el entonces presidente Hipólito Yrigoyen, decretó al 12 de octubre como “Día de la Raza y Fiesta Nacional”. En la justificación de la iniciativa dice: “El descubrimiento de América es el acontecimiento más trascendental que haya realizado la humanidad de los tiempos, pues todas las renovaciones posteriores derivan de este asombroso suceso, que a la par que amplió los límites de la tierra, abrió insospechados horizontes”

Y remarcaba: “Al prodigio del descubrimiento, se consolida con la conquista, empresa ésta tan ardua que no tiene término posible de comparación en los anales de todos los pueblos”.

También decía que “la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana”.

Diversidad cultural

Recién 2007, el Inadi propuso cambiar el sentido del feriado y denominarlo Día de la Diversidad Cultural Americana. Luego, el 13 de septiembre de 2010 la presidente Cristina Fernández elevó al Congreso un proyecto para reemplazar la denominación Día de la Raza por Día del Respeto a la Diversidad Cultural.

Actualmente se toma al 11 de octubre como el “último día en que los pueblos originarios fueron libres”. Pero hay avances en sus luchas por sus autonomías, a pesar de la represión desatada por sus avances en la recuperación de sus territorios y derechos. En ese marco, contra por la lucha por sus territorios, territorial se inscribe la represión desatada por el gobierno en defensa de los grandes latifundista, como los de Benetton, ante la recuperación de tierras de la comunidad del Pu Lof de Resistencia Cushamen. Sucesos en el cual fue desaparecido y asesinado Santiago Maldonado y Rafael Nahuel en Mascardi, además de la extradición a Chile del lonko Facundo Jones Huala.

La otra conquista

La llamada Conquista de América tiene un correlato, una etapa superadora en la Conquista del Desierto, señala David Viñas. El concepto “desierto” implica que “no había nada en ese territorio, ni personas, ni alambres, ni latifundios”.

Para conquistarlos hizo falta una civilizada aprobación del Congreso que estableciera la urgencia de seguir la explotación ganadera. Para financiarla se dispuso el aporte de estancieros, quienes luego recibirían como reintegro las tierras arrebatadas a las comunidades originarias.

Y, como los europeos avanzaron con su civilización impuestas con las armas, el evangelio y la ciencia cómplice que justificaban la política de exterminio, Julio Asesino Roca y las política de la elite conservadora de la Generación del 80 retoma aquella colonización, pero con una elegante influencia francesa y británica.

La complicidad de la ciencia y la educación

El rosarino Estanislao Severo Zeballos, jurista y político, escribió en 1878 “La conquista de quince mil leguas”. En ese libro santificó los reclamos de los estancieros de la Sociedad Rural Argent​_ina para emprender y financiar la conquista. Según Osvaldo Bayer, fue un promotor e “intelectual orgánico” del roquismo, que advertía que antes que las tomara Chile, había que ocupar esa región, pero luego pasara a manos de latifundistas.

El aporte civilizador instrumentado, como señala Viñas, proviene de la “Sagrada trinidad de la conquista: el ferrocarril, el telégrafo y el remington”. En esa avanzada civilizadora, junto a la tropa cabalgaban sacerdotes, periodistas, ingenieros, geógrafos, botánicos e historiadores, que con sus estudios y relatos oficiales justificaron el despojo. Versión que también se disparó desde las aulas, con la educación sarmientina basada en el concepto de “civilización y barbarie”.

Pensamiento descolonial

Esa invención del pasado fue instaurada por «La colonización pedagógica» que un tal Arturo Jauretche combatió y denunció. En sus trabajos: «Los profetas del odio», «El medio pelo en la sociedad argentina» y “Manual de zonceras argentinas» (1968), planteó una visión distinta sobre el pasado, con lógica nacional y latinoamericana.

Mucho tiempo después, el investigador barilochense Adrián Moyano, en 2013 publica su trabajo “Komütuam. descolonizar la historia mapuche en Patagonia”. En su investigación, el historiador y periodista del Centro de Estudios y Actualización en Pensamiento Político, Decolonialidad e Interculturalidad (Universidad Nacional del Comahue), también propone otra lectura de la historia, en clave con los trabajos de Walter Mignolo, sobre el pensamiento descolonial latinoamericano.

Moyano apunta a una lectura desde ese territorio, despojada del colonialismo cultural. “Komütuam”, lo que traduce en “mirar hacia adentro para”, en “mirar con agrado”.

Cambiemos como conquistadores

El tuit felicitando al Reino de España, la angustia de Macri ante el recuerdo de la gesta de 1816 al recibir al monarca, el desfile de Granaderos con la bandera hispana durante la visita del presidente Mariano Rajoy (abril último), no son casuales, como tampoco lo es la presencia de soldados yanquis en territorio argentino.

El ex ministro de Educación Esteban Bullrich, al inaugurar una escuela veterinaria en la rionegrina Choele Choel en septiembre de 2016 afirmó que “la educación será la nueva campaña del desierto”. Fue en un acto realizado en el mismo lugar que Roca, un 25 de mayo de 1879 celebró oficialmente la “conquista del desierto”.

Pero Bullrich no mencionó las investigaciones del historiador Enrique Mases, quien indica que la invasión del Ejército Argentino en el sur, entre mayo de 1878 y mayo de 1879, fueron muertos 1300 indígenas y apresados para ser explotados unos 13 mil. Tampoco recordó que entre 1833 y 1834, al terminar su primera gobernación, Juan Manuel de Rosas presentó un informe donde indicaba que resultaron muertos unos 3.200 indios, 1.200 prisioneros y se rescataron 1.000 cautivos blancos.

La nueva conquista de la educación, resaltada por Bullrich, parece que se basa en el cierre de universidades, la caída de los presupuestos de educación y el enfrentamiento con docentes y profesores por los reclamos salariales.

El gobierno de Macri desarrolla una lectura de la historia con la visión del conquistador y colonizador. Pero, por último, se puede mencionar que otros territorios cercanos, Bolivia, se recuerdan al 12 de octubre como Día de la Descolonización, con una interpretación reivindicativa de la resistencia de los pueblos originarios y de la autonomía y liberación de nuestros pueblos.

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