Movistar confirmó que el contacto que el espía Marcelo D’Alessio tenía agendado como Patricia Bullrich era una línea de la ministra, que dijo que la usaba su nieto “para jugar”. El hocico del falso abogado en la banda de los Funes-Ungaro. El video a la ex pareja de uno de Los Monos y drones sobre un barrio cerrado de Roldán.

Un nieto de la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, se mostró interesado en investigaciones sobre narcotráfico que realizaba en Rosario el falso abogado y falso agente de la DEA y falso experto en combate al tráfico de drogas ilegales, Marcelo D’Alessio, según la versión oficial deslizada a la prensa. Por medio de mensajes de Whatsapp que intercambió con el hombre procesado como miembro de una presunta red paraestatal de espías, el infante exhibió preocupación acerca de una persona a la que D’Alessio ubica en el barrio privado Puerto Roldán, que estaría custodiada por “4 suboficiales” y de la que posee filmaciones aéreas, cuya legalidad sobre el modo de obtención seguramente es cuestionable desde el punto de vista jurídico.

Todo esto se conoce ahora luego de que la empresa Movistar confirmara al juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, que el contacto que D’Alessio tenía agendado en un teléfono que le secuestraron durante el allanamiento a su domicilio pertenecía a una línea correspondiente a la ministra Bullrich.

Pero, según publicó el diario Perfil en base a fuentes de la cartera de Seguridad, la ministra hizo saber que si bien esa línea estaba a su nombre, dejó de usarla en 2017 y le cedió el equipo a su nieto “para jugar”.

Siguiendo esa lógica, el niño habría mantenido un vínculo lúdico con el espía freelance D’Alessio sobre cuestiones que es mejor no poner en conocimiento de los menores de edad, cuyos derechos están protegidos por normas internacionales.

Hasta donde se sabe, en el capítulo Rosario de su trayectoria el espía cada vez menos inorgánico filmó desde el aire una vivienda del barrio privado Puerto Roldán. También reunió información sobre René Ungaro, condenado por el asesinato del ex jefe de la barrabrava de Newell’s Old Boys, Roberto Pimpi Caminos, y sindicado como jefe de una banda de narcomenudeo que comanda desde la cárcel, asociado a la familia Funes.

D’Alessio le informa a la ministra –a través del teléfono con el que gasta el tiempo su nieto– que la situación del narcotráfico en Rosario “es compleja” porque “están reemplazando a los soldaditos por efectivos policiales (sic)”.

Además, en enero de 2018 mantuvo al menos un encuentro con uno de los líderes de Los Monos, Ramón Ezequiel Machuca, mientras se desarrollaba el juicio a la banda por asociación ilícita y homicidios. Y hasta hizo que la ex pareja de un jefe de la organización asesinado cambiara la línea de teléfono para evitar su acoso, a quien también grabó con una cámara oculta.

Casi un escándalo

La confirmación oficial de que D’Alessio tenía agendado en su teléfono un número perteneciente a Bullrich debería constituir un problema mayúsculo para el Gobierno, un escándalo público.

Pero la noticia apenas fue reflejada por algunos medios de comunicación y su escasa repercusión permitió a la ministra la humorada del nieto, aprovechando que el dispositivo mediático de repetición a mansalva estaba entretenido en el inicio de un juicio oral en los tribunales ubicados en la calle Comodoro Py de la Ciudad de Buenos Aires.

La corroboración judicial del aparente vínculo telefónico entre la ministra y el espía procesado por extorsión a un empresario otorga otra validez a la captura de mensajes difundida por medio de una filtración.

D’Alessio tenía en la agenda de su móvil a “Patricia Bullrich S6”, pero la titular de la cartera de Seguridad había asegurado que sólo una vez había visto al espía, y deslizó que era un desequilibrado. Sin embargo, ahora se determinó que ese contacto correspondía a la funcionaria macrista.

Según varios testigos que declararon ante el juez Ramos Padilla, D’Alessio se presentaba como “mano derecha” de Bullrich y el hombre del presidente Mauricio Macri en materia de narcotráfico.

Firmó columnas de opinión en el diario Clarín como experto en ese tema, fatigó estudios de televisión y se presentó como abogado. También algunos testigos señalaron que aseguraba ser representante en Argentina de la Drugs Enforcement Administration (DEA), la agencia estadounidense para el ¿combate? de las drogas ilegales. Era una farsa. Pero para alguien operaba. Cuando le allanaron su domicilio, le encontraron una carpeta titulada “Narcotráfico Rosario”.

Capítulo Rosario

¿A quién espiaba desde el aire en un barrio privado de Roldán Marcelo D’Alessio, que tanto inquietó al nieto de Bullrich? ¿La detención de una parte de la banda de narcomenudeo “Los Funes” por parte de fuerzas federales se realizó con información obtenida por el servicio inorgánico? ¿Procuraba obtener por izquierda datos para investigaciones por derecha o sólo pretendía tener data privilegiada para extorsionar narcos, policías o funcionarios, como está acusado en la causa de Dolores?

La captura de pantalla que se conoció entre los teléfonos del espía todo servicio y el nieto de la ministra contiene el siguiente diálogo:

D’Alessio: Quedo a tu disposición.

Patricia Bullrich S6: Lo investigaremos. Cuál es el barrio privado.

D’Alessio: Puerto Roldán. Ahí lo custodian 4 suboficiales. Tengo filmaciones aéreas del movimiento. Si querés la semana que viene te paso lo que avanzamos sobre el tema. Es muy complejo el tema Rosario. Están reemplazando a los soldaditos por efectivos policiales. De hecho, los Funes, a través de chapita húngaro (sic), cuentan con la logística de la comisaría 15 (…).

Según el informe de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), solicitado al organismo por el juez Ramos Padilla, en el intercambio de mensajes “se hace mención a fotografías con drones de un barrio privado y a los tópicos abordados en la reunión con Lorena Cantero (por Lorena Verdún, ex pareja de Claudio Pájaro Cantero, jefe de Los Monos asesinado en 2013) y su abogada. Asimismo debemos destacar que en el celular Iphone X, secuestrado en la vivienda del imputado D’Alessio, se advierte el contacto de la conversación registrado con el mismo nombre”.

El vínculo con la ministra es cada vez menos ocultable, a pesar del nieto. Ante una consulta para esta nota, desde el Ministerio de Seguridad de Santa Fe dijeron desconocer a quién filmaba D’Alessio desde el aire mediante drones en el barrio cerrado Puerto Roldán.

Según una investigación realizada por un policía que reportaba a la Secretaría de Delitos Complejos de la provincia, el condenado por robo de autos y presunto narco Esteban Lindor Alvarado –detenido desde principios de año por un homicidio– era propietario de tres terrenos en ese lugar.

Lo que reveló un mail enviado en abril 2013 por el comisario Gustavo Pereyra a sus superiores de Delitos Complejos, según publicó el periodista Hernán Lascano en el diario La Capital, es que Alvarado habría donado esos tres solares en favor de idéntica cantidad de funcionarios policiales del área antinarcóticos.

“Haciendo averiguaciones me entero que en la Dirección está el oficial Macat (por Javier Makhat). De muy buena fuente me dijeron que es un soldadito de Esteban Alvarado”, dice el mail, y agrega que los otros presuntos destinatarios de la magnanimidad de Alvarado eran “el chino Paz y Chamullo Di Franco”, otros jefes antinarcóticos.

Makhat ganó notoriedad pública cuando un fiscal ordenó una serie de allanamientos en busca de Alvarado –sospechado de ser el instigador del asesinato de un prestamista– y fue descubierto como propietario de una vivienda en el exclusivo complejo Condominios del Alto que había formado parte del patrimonio del “Esteban”.

Por ahora no se sabe a quién espiaba D’Alessio en Puerto Roldán.

Cobertura policial

En otro tramo de la conversación vía Whatsapp, D’Alessio alerta al nieto de Bullrich que en Rosario “están reemplazando a los soldaditos por efectivos policiales”.

Y agrega: “De hecho, los Funes, a través de chapita húngaro (sic), cuentan con la logística de la comisaría 15”, ubicada en Sarmiento y Ameghino, en barrio Matheu.

Los Funes del mensaje son la familia liderada por Jorge Gordo Funes y sus hijos Alan (con prisión preventiva por homicidio); Lautaro Lamparita (prisión preventiva por asociación ilícita); Ulises y Jonathan Bam Bam (asesinados entre enero y febrero de 2018 por un presunto sicario del clan Caminos, legado de Pimpi, ex jefe de la barra leprosa también asesinado).

En abril del año pasado un operativo de 300 integrantes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) desembarcó en Rosario para realizar más de 40 allanamientos. El objetivo: desarticular a Los Funes, señalados como una de las bandas violentas del narcomenudeo en el barrio Tablada y Municipal, territorio en disputa con los Caminos.

El Gordo Funes y Pimpi Caminos se conocían de los paravalanchas de Newell’s. Una versión indica que el enfrentamiento entre ambos clanes se originó en un intento de usurpación de la vivienda de la madre del Gordo, ubicada en barrio Tablada, quien tuvo la desafortunada idea de denunciar la tentativa de ocupación.

La bronca escaló cuando fue asesinada desde una moto la entonces pareja del Gordo, Mariela Miranda, en marzo de 2016. Uno de sus hijos, Alan Funes, vio cuando su madre caía bajo las balas disparadas desde una moto, en la que presuntamente iba Alexis Caminos, hijo de Pimpi, Roberto Caminos. Por ese hecho, el Alexis está imputado como partícipe. Ya fue condenado por otro homicidio cuando era menor.

En el operativo de la PSA fueron detenidas –y luego procesadas por el juez federal Marcelo Bailaque– Daniela Ungaro y Brisa Belén Amaral, además de otras tres personas.

Daniela es la hermana de René Ungaro, el asesino de Pimpi Caminos, y ex pareja del asesinado empresario narco Luis Gringo Medina. Brisa Amaral, de 18 años, es la chica que iba en el auto de alta gama junto a Bam Bam Funes el día en que lo emboscaron y mataron a tiros tras visitar a sus hermanos Lamparita y Alan en la cárcel de Piñero. En diciembre pasado, la adolescente fue condenada a tres años de prisión por integrar una asociación ilícita, de la que habría tomado las riendas tras el crimen de Bam Bam.   

En su procesamiento, el juez Bailaque consideró que los organizadores de la banda narco desbaratada por la PSA serían El Brujo Ungaro desde la cárcel, Jorge Daniel Funes y sus hijos Alan y Lautaro, ambos también detenidos.

El “húngaro” que menciona D’Alessio en el mensaje no nació en Hungría sino en la zona sur de Rosario. Se trata de René Ungaro, El Brujo, miembro de una familia con antecedentes en el hampa local. A uno de sus hermanos, Lelio, le dicen Chapita. De esa cercanía familiar debe proceder la confusión del espía “experto en narcotráfico”.

La pregunta que flota tras conocer los mensajes entre D’Alessio y el descendiente de Patricia Bullrich es si fue el espía quien reunió datos de modo inorgánico para caerle a la banda de los Ungaro-Funes, o si tenía otros objetivos.

Cámara oculta

Un día después de la Navidad de 2017 y en enero siguiente, D’Alessio dejó sus huellas en Rosario. Según las planillas de ingreso al Centro de Justicia Penal, participó como asistente al juicio que entonces se les seguía a los integrantes de la banda Los Monos y a más de una decena de policías locales.

En la primera oportunidad, el servicio oficioso acompañó al periodista Rolando Graña, quien declaró como testigo en el proceso oral. Como se supo luego, gestionó y consiguió una entrevista con Ramón Machuca, uno de los líderes de la organización, a quien le habría propuesto realizar una denuncia que involucrara al gobierno santafesino en el negocio narco.

Machuca contó al diario digital Rosario3.com que intentó hacerle una cámara oculta y que lo apretó con información sobre una causa que le “armarían” en la Justicia Federal.

Por entonces también tomó contacto con Lorena Verdún, la ex pareja de Claudio Pájaro Cantero líder de Los Monos asesinado en mayo de 2013 quien estaba imputada y fue absuelta en el juicio. “Se contacta con Lorena y ahí empezó el tema de las llamadas, los mensajes”, contó a el eslabón una allegada a Verdún.

Recordó que se presentó como abogado y que en los encuentros “estaba armado, parecía un juguete como lo exhibía”. También que se presentó como que “pertenecía a la (ex) Side y que era la mano derecha de Bullrich”. No se sabe si tanto, pero sí que se mensajeaba con el nieto.

“En forma insistente quería reunirse con Lorena para hablar de una causa federal que estaban armando”, recordó la allegada a Verdún que pidió reserva de su identidad.

Finalmente el encuentro se produjo en el restaurante del casino City Center. D’Alessio lo grabó con una cámara oculta y un tramo de ese video clandestino se reprodujo por Canal 3 de Rosario.

En realidad, se trata de un video grabado por el espía con su teléfono y muestra la cámara oculta a Verdún en el casino mientras la reproduce en una notebook. A quien le envía ese archivo le dice: “Tenemos dos horas de grabación repleta de información, de nombres, comisarios, fiscales que salen con un narco, todo”.  

Informa que está la mujer de Cantero y la abogada y que “están ahora entrando a Piñero (por la cárcel de esa localidad) para sacarnos información de Monchi”.

La fuente antes mencionada dijo: “Creo que en realidad quiso sacar algún tipo de información como para hacer algo, pero no lo pudo hacer”. También señaló en diálogo con este semanario que a Verdún “quería sacarle información respecto del gobierno provincial, los mismos chismes de siempre”.

La insistencia –que se extendió hasta el invierno de 2018 fue tal que, según la allegada, motivó a la ex pareja del Pájaro Cantero a cambiar de línea telefónica para eludir un permanente acoso en procura de información.

El último verano D’Alessio sufrió lo único que tiene que evitar un espía, orgánico o de los otros: que su identidad se haga pública. La investigación del juez Ramos Padilla tal vez pueda determinar para quién trabajaba el hombre que según la ministra Bullrich “está chapa, está loco”.

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