Atender al hambre como prioridad, que ninguna chica o chico quede fuera de la escuela y el derecho a leer son tres ejes en los que no hay discusiones entre Nación, Provincia y Municipio. Al menos así lo expresaron este mediodía el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti; el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, y el intendente municipal, Pablo Javkin. Fue durante la firma de un convenio de adhesión al Plan Nacional de Lecturas, en el que el rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Franco Bartolacci, puso “a disposición las herramientas y recursos” de esta universidad pública. En la Argentina, el 70 por ciento de los hogares más pobres no tiene libros.
El acuerdo se selló en un marco imponente: en la sala principal de la Biblioteca Argentina Doctor Juan Alvarez. Una sala a full, repleta de concejales, diputados, funcionarios, docentes y representantes de diferentes organizaciones. También de periodistas tras la información que marca la agenda de esta parte del año: qué pasará con la paritaria docente, un tema clave que define el inicio del año escolar. El ministro Trotta se llevó aquí todos los micrófonos. Le siguió el gobernador Perotti en el turno de responder las preguntas de los medios presentes.
Antes de pasar al acto de rigor, Trotta se dio unos minutos para charlar con Bautista, un adolescente que andaba con sus partituras de música clásica, quería conocerlo y saber si además del de lectura había algún programa específico para lo suyo. Allí le presentó a la subsecretaria de Educación Social y Cultural de Nación, Laura Sirotzky, quien le ofreció más precisiones. Una escena similar se vivió al final de la presentación donde muchas docentes se acercaron al ministro con cartas con pedidos y también para la foto.
Cuando llegó el momento del convenio, el rector de la UNR, Franco Bartolacci, habló del tiempo complejo que vive la Argentina y celebrar enseguida “la cultura del encuentro” que significaba tener en una misma mesa representadas a la Nación, la Provincia y el Municipio, más allá de las diferencias partidarias.
Más allá de la adhesión formal al Plan Nacional de Lecturas, Bartolacci puso a disposición del mismo los recursos y herramientas propios de la UNR. Mencionó entonces la maestría en literatura para niños, un posgrado de la Facultad de Humanidades y Artes, único en el país; también los “Cuenta ciencia”, una iniciativa para hablar de temas de salud con los más pequeños. También ofreció la UNR Editora, “para que no solo produzca textos científicos sino para la comunidad y la mujer”, dijo para resaltar la necesaria perspectiva de género que deben tener estas políticas públicas.
Otro de los recursos puestos a disposición del Plan Nacional fue el Programa de la Universidad Abierta Para Adultos Mayores, dejando abierta la posibilidad de generar mediadores de lectura; además de promover puntos de lectura en cada espacio universitario, y la concreción de la Plaza Pública de la Ciencia en la que se trabaja con el municipio.
El derecho a leer
El Plan Nacional de Lecturas fue presentado a fines de diciembre pasado por el presidente de la Nación Alberto Fernández. Se propone llegar a más de 10 millones de niñas, niños y adolescentes que concurren a la escuela obligatoria, con diferentes estrategias. Es coordinado a nivel nacional por Natalia Porta López.
“Nos une el derecho a la lectura”, dijo este mediodía el ministro Trotta antes de sellar el acuerdo con la UNR, al que se sumaron el municipio y la provincia. Antes había tirado flores para todos los costados, ratificando el clima de convivencia que todos se preocuparon por cuidar.
Habló entonces de la necesidad de preservar esa unidad para atender a los problemas complejos y profundos que vive la Argentina. Para graficar esta afirmación recordó que “El 70 por ciento de los hogares más vulnerables no tienen libros en su casa”, y por tanto “es el Estado quien debe asumir la responsabilidad de terminar con esa desigualdad”.
Reconoció que no solo se trata de distribuir libros, sino de garantizar que se abran en las escuelas, porque “el que lee aprende”. Defendió la lectura como derecho, y remarcó que “el ejercicio de ese derecho se construye” convocando a la “construcción de una conciencia colectiva”.
Invitó a valorar la producción literaria que tiene la Argentina, y trabajar para que todos puedan sentir “ese temor a que un libro se termine” por lo maravillosa que puede resultar la lectura.
Como ministro nacional fijó prioridades: la lucha contra el hambre, más educación, más escuelas y lectura.
Antes de Trotta habló el intendente municipal Pablo Javkin, quien puso el acento en tres puntos que consideró principales: el programa para que ningún chico, chica de esta ciudad quede fuera del sistema escolar, impulsado por la Provincia; el Programa Alimentar de Nación para combatir el hambre y plan de lecturas para que ningún niño o niña se prive de la posibilidad de un cuento antes de ir a dormir. “La escuela como mejor lugar, la alimentación en la casa y leer”, resumió Javkin y fue muy aplaudido.
El cierre del acuerdo corrió por cuenta del gobernador Omar Perotti. Habló de la importancia de leer en la escuela y también fuera de la escuela. Contó sus vivencias de alumno en la Escuela Alberdi de Rafaela, donde pasaba varias horas en la biblioteca, para valorar el papel de bibliotecarias y del magisterio.
La mayor parte de su disertación Perotti la dedicó a lo que define como prioridad de su política educativa: “Que nuestros chicos estén en la escuela en las edades que fijan las leyes”. Recordó entonces los datos de un primer relevamiento que realiza la provincia y que señala que 8 mil niñas y niños santafesinos no han empezado la sala de 4 años de nivel inicial o el secundario.
Pidió entonces redoblar los esfuerzos conjuntos para garantizar no solo el derecho a leer sino a la educación.
En el acto realizado en la Argentina también estuvieron presentes la vicegobernadora Alejandra Rodenas, la ministra de Educación provincial, Adriana Cantero, y la secretaria de Cultura y Educación municipal, Carina Cabo.
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