El Eslabón es inmortal. Nos lo confirmó una muerte, la de uno de los cinco fundadores de este periódico que estás leyendo, que tuvo su arranque en un mes septiembre igual que este pero de 1999, o sea 24 añitos antes que hoy.
A ver, igual en términos literales obvio que no. Ni el septiembre ni este periódico son aquello que antes si se mira la foto, la tapa, el texto, los autores y autoras de cada momento. Tampoco son similares los rasgos ni –aunque varios sean los mismos– los actores y actrices principales de la realidad política y social de la que se nutren estas páginas. A cuenta de lo que persiste igual van propósitos y posicionamientos de este periódico, que merecen reiterarse en cada aniversario y ante cada coyuntura. El Eslabón es un medio de prensa autogestionado por sus trabajadores y trabajadoras, quienes en igualdad de condiciones definen sus contenidos y sus modos de desarrollo en función de objetivos fundantes, como el de dar continuidad a una práctica periodística histórica comprometida políticamente con un proyecto de Nación soberana que garantice justicia social para sus habitantes.
De hecho, el nombre completo original de esto que leés es “El Eslabón de la Cadena Informativa” en clara evocación de Ancla, la agencia clandestina de noticias que impulsó el militante peronista y montonero Rodolfo Walsh junto con otros compañeros y compañeras en plena dictadura militar genocida.
Ese modelo de periodismo militante a seguir fue honrado largamente por el Juane, Juan Emilio Basso Feresin, el fundador de este periódico del que fue principal hacedor y referente hasta que falleció inesperadamente de un infarto mientras jugaba un partido de fútbol 5 el 3 de marzo de 2021.
Además de motor de estas páginas, el Juane fue también Hijo y protagonista emblemático de la lucha de los organismos de defensa de los derechos humanos por Memoria, Verdad y Justicia. Y fue amor compañero de Nadia y padre de Juana y Pedro. Y leproso de ir a la cancha. Y amigo de festejar la amistad y el encuentro.
Acá, para nosotros y nosotras, Juane fue el mejor de los nuestros. Y que acá estemos aunque se nos haya ido es el hecho que nos insufla esto de la inmortalidad. El Eslabón es inmortal porque es colectivo. Un colectivo con raíces que orientan el hacer en presentes siempre urgentes, que señalan el rumbo a futuros siempre nuevos pero siempre asibles si lo que manda es el amor y la igualdad. Un colectivo, entonces, que nutre y se nutre de otros colectivos donde lo que manda es la misma orientación, las mismas prácticas, que se defienden y sostienen gane quien gane las elecciones.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 09/09/23
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