Agencias de la ONU, organizaciones israelíes de Derechos Humanos, así como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, entre muchas otras, denuncian crímenes de guerra por parte de Israel y señalan la ocupación de territorios palestinos como origen de la violencia. Ninguna de ellas puede ser acusada de pro-palestinas, ni pro-yihadistas.

El enfrentamiento en la Franja de Gaza no detiene su letal escalada. Paralelamente, en el plano de la batalla cultural entre narrativas, la virulencia también va creciendo en forma proporcional. Es que cuando más numerosas y atroces son los crímenes que se cometen, más necesario resulta encubrirlos y tergiversarlos, incluso a través de la censura lisa y llana. 

Una tosca y gastada pero efectiva estratagema discursiva nos quiere hacer creer que poner en contexto un conflicto, buscar sus orígenes e investigar sus causas inmediatas, mediatas y remotas “es apoyar a los terroristas” o “justificar sus acciones”. 

Explicar e informar en forma adecuada, de acuerdo a las normas del ejercicio del periodismo que no está al servicio de los poderes fácticos, suele recibir por estos días el rechazo, la repulsa y hasta la violencia verbal de quienes optan por comprar una de las dos narrativas, sin contexto, ni historia, y con un grado de simplificación que desprecia la búsqueda de la verdad. 

Tres agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) comprobaron, certificaron y documentaron crímenes de guerra cometidos por Israel en respuesta a las brutales acciones de Hamas.

La Comisión de Investigación de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, la Agencia para refugiados de esa misma organización , y la Organización Mundial de la Salud no pueden calificarse como “pro-palestinas” ni “pro-yihad islámica”. 

Asimismo, son numerosas las organizaciones israelíes de Derechos Humanos que vienen luchando contra la ocupación de territorios palestinos, a la que consideran una parte de la compleja problemática que deriva en brotes de violencia. Por ejemplo, B’Tselem (abreviatura de la organización Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados), que fue establecida en 1989 por un grupo de destacados académicos, abogados, periodistas y miembros de la Knesset (Parlamento de Israel).

Tampoco puede ser acusada de apoyar a Hamas Human Rights Watch (HRW, Observatorio de Derechos Humanos), una organización no gubernamental (ONG) dedicada a la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos. Su sede se encuentra en Nueva York (Estados Unidos). 

Lo mismo puede decirse de Amnistía Internacional, un movimiento global que trabaja por la promoción y defensa de los derechos humanos, reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en 1948 y en otros tratados internacionales como los Pactos Internacionales de Derechos Humanos. Fue fundada el 28 de mayo de 1961, Londres, Reino Unido.

Palabra prohibida 1: ocupación

“Estos últimos actos de violencia no surgen de la nada. La realidad es que nacen de un conflicto de larga duración, con 56 años de ocupación y sin un final político a la vista”, aseguró en la página oficial de la organización, el secretario general de las ONU, António Guterres, quien tuvo la osadía de decir lo que por estos días resulta indecible, repudiable y censurable: puso el conflicto en su contexto histórico y denunció la ocupación de territorio palestino.

Por su parte, en la página oficial de la OMS se pueden leer varios informes sobre la situación humanitaria en la Franja de Gaza. Uno de ellos se titula “Declaración de la OMS sobre el ataque contra el Hospital Al-Ahli Arabi y el gran número de víctimas notificado”. Esta agencia de la ONU también emite opiniones que son contrarias a la lógica binaria, simplificadora y parcial que algunos medios hegemónicos sostienen.

“La OMS condena enérgicamente el ataque contra el Hospital Al-Ahli Arabi situado en el norte de la Franja de Gaza. El hospital estaba en funcionamiento y albergaba a pacientes, personal de salud, cuidadores y desplazados internos. Los primeros informes indican que ha habido cientos de muertos y heridos”, señala el texto, al tiempo que critica la orden de evacuación del norte de la Franja por parte de Israel.

“Es preciso anular las órdenes de evacuación y respetar el derecho internacional humanitario, tomando medidas para salvaguardar la atención de salud, que nunca ha de ser objetivo de ataques”, agrega la OMS.

Palabra prohibida 2: crímenes de guerra

“Abandonar el principio moral básico de que todos los seres humanos fueron creados iguales (b’ tselem elohim) es una pérdida de humanidad”, dice el titular, con letras de gran tamaño, que abre la página de la organización israelí B’Tselem, que también se atreve a desafiar la censura y condena el régimen de apartheid y ocupación de Israel.

“El régimen de apartheid y ocupación de Israel está inextricablemente ligado a violaciones de derechos humanos. B’Tselem se esfuerza por poner fin a este régimen, ya que es el único camino hacia un futuro en el que los derechos humanos, la democracia, la libertad y la igualdad estén garantizados para todas las personas, tanto palestinas como israelíes, que viven entre el río Jordán y el mar Mediterráneo”, señala la página oficial.

En ese mismo sitio se puede leer el informe titulado “Un delito no justifica otro. El ataque contra civiles en Gaza debe terminar”, en el que se afirma que “atacar a civiles está prohibido, sean cuales sean las circunstancias, y ningún objetivo en el mundo puede justificarlo: ni los espantosos crímenes cometidos por Hamás en las comunidades israelíes cercanas a la frontera de Gaza, ni una guerra total contra el terrorismo, ni el deseo de reemplazar al Régimen de Hamás en la Franja de Gaza. Por eso también no hay absolutamente ninguna justificación para los crímenes de guerra que Israel ha estado cometiendo en la Franja de Gaza”.

Por su parte, en el sitio oficial de Amnistía Internacional se ofrece el informe titulado “Israel y los Territorios Palestinos Ocupados: Israel debe retirar de inmediato la indignante orden de evacuación de Gaza”.

“La orden del ejército israelí que insta a la población del norte de Gaza y la Ciudad de Gaza a evacuar el territorio y desplazarse hacia el sur de la Franja no puede considerarse una advertencia válida y podría equivaler a un desplazamiento forzado de la población civil, lo que constituye una violación del derecho internacional humanitario”, afirma Amnistía Internacional, que no puede evitar una de las expresiones prohibidas por estos días.

“Con esta orden, las fuerzas israelíes materializan el desplazamiento forzado masivo de más de 1,1 millones de personas de la Ciudad de Gaza y toda la parte norte de la Franja de Gaza. Han sembrado el pánico entre la población y han dejado a miles de personas palestinas desplazadas internamente, durmiendo en las calles, sin saber adónde huir ni dónde cobijarse en medio de la implacable campaña de bombardeos israelí y de las despiadadas medidas de castigo colectivo. La orden debe anularse de inmediato”, aseguró la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, que también utiliza expresiones que pueden resultar incómodas: la sola mención de la situación de la población palestina, aunque se emita después de condenar de la forma más enérgica el terrorismo de Hamas, resulta censurable.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 21/10/23

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