Perú: La impunidad al palo
El Congreso promulgó una ley que apunta al corazón del concepto de crímenes de lesa humanidad: su imprescriptibilidad. El ex dictador Fujimori está libre, y Boluarte, acusada por corrupción y genocidio, sigue gobernando.
El Congreso promulgó una ley que apunta al corazón del concepto de crímenes de lesa humanidad: su imprescriptibilidad. El ex dictador Fujimori está libre, y Boluarte, acusada por corrupción y genocidio, sigue gobernando.
Se cierra el círculo sobre la mandataria, denunciada por masacrar al pueblo y por corrupción. Tras la detención de su hermano y su abogado, por tráfico de influencias y asociación ilícita, sólo tiene el respaldo de corporaciones.
Mientras el genocida indultado Alberto Fujimori amaga con volver a la política, el gobierno de Dina Boluarte intenta sortear investigaciones judiciales por represión y corrupción. Y le abrió la puerta al Ejército de EEUU.
Con militarización y represión en ascenso, el Parlamento de Perú autorizó la entrada de 1200 soldados estadounidenses. Hay más presencia imperial en la frontera entre Colombia y Panamá, para “ayudar" en la crisis de migrantes.
La presidenta provisional de Perú fue interrogada por la Fiscalía en el marco de la investigación por presunto genocidio, homicidio calificado y lesiones graves contra los manifestantes.
Miles de personas marcharon a Lima para exigir que se vaya Dina Boluarte, llamen a elecciones, liberen a Castillo y se disuelva el Congreso. La OEA desmintió al gobierno: “No son terroristas, son ciudadanos que protestan”.
La gestión de Boluarte, cada vez más parecida a una dictadura militar, justifica la masacre y culpa a las víctimas de “terroristas” mientras ejerce el terrorismo de Estado. Los medios hegemónicos apoyan a los asesinos del pueblo.
Los residentes de Perú en la ciudad convocaron a un acto, este miércoles a las 11 en Oroño y Tucumán, en apoyo al Paro Indefinido en su patria, donde las fuerzas de seguridad ya dejaron un tendal de fallecidos. “Ni un muerto más”.
Tras el golpe parlamentario contra Pedro Castillo, el gobierno provisorio de Dina Boluarte se convirtió en un régimen autoritario cívico-militar. Los medios hegemónicos aplauden con manos ensangrentadas.
El presidente Pedro Castillo fue derrocado por el Parlamento tras intentar disolverlo. Su destitución era una sentencia firmada antes de que asumiera. Las fuerzas de seguridad siguen masacrando a quienes defienden la democracia.