La expresión latina “casus belli” se utiliza para referirse a una excusa o motivo para iniciar una guerra. Por ejemplo, en agosto de 1964, un supuesto incidente en el golfo de Tonkín fue utilizado por EEUU como excusa para incrementar su participación en la guerra de Vietnam. Muchos años después se confirmó, con documentos oficiales, que fue una operación de falsa bandera organizada por los servicios secretos de EEUU para justificar el comienzo de la acción bélica. En 1898, EEUU utilizó la explosión del acorazado Maine, que estaba fondeado en la bahía de La Habana bajo protección española, para entrar en guerra con España e intervenir en Cuba.

Los hechos de violencia, las provocaciones que tienen lugar en la frontera de Venezuela con Colombia y con Brasil en torno a la farsa de “la ayuda humanitaria” (ya desmentida por la Cruz Roja y ONU) cumplen esa función.

Los golpistas no lograron una declaración a favor de la invasión de EEUU de parte del Consejo de Seguridad de la ONU. Tampoco de la Unión Europea, donde ni siquiera los países más sumisos a las órdenes de EEUU apoyan esa posibilidad. Todos insisten en presionar al gobierno de Nicolás Maduro, e incluso algunos de ellos aceptan las propuestas de EEUU de seguir incrementando las sanciones. Pero rechazan la salida armada.

Solo EEUU, Colombia, el legislador autoproclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, y una parte de la oposición venezolana apuestan a la invasión y están dispuestos a sacrificar las vidas de miles de venezolanas y venezolanos.

Una vez más, dejaron claro que nada les importa la democracia, el bienestar del pueblo, las instituciones, ni la paz. Son excusas para que EEUU y un grupo de corporaciones hagan negocios en Venezuela.

Guaidó lo expresó de manera siniestra, en términos de economía, al ser consultado sobre la pérdida de vidas que implicaría una escalada de violencia: “Para nosotros no es costo, es inversión en futuro. Y estamos dispuestos a hacer lo que sea por la libertad”, aseguró Guaidó.

Quedó al descubierto, más allá de las operaciones mediáticas y las mentiras, quiénes son los que vienen rechazando el diálogo y toda posibilidad de salida pacífica. El representante de EEUU se expresó claramente contra los llamados al diálogo que viene haciendo la ONU. La salida para el imperio es la guerra.

Golpe de Estado, pero sin invasión de EEUU

El denominado Grupo de Lima optó por una posición más cínica, por una salida que no descarta la violencia y que podría desencadenar una guerra civil con miles de muertos. Siguiendo una de las estrategias del Departamento de Estado de EEUU, llamó al golpe militar contra Maduro.

Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú se reunieron el lunes 11 en Bogotá y pidieron a las Fuerzas Armadas de Venezuela que derroquen a Nicolás Maduro y desconozcan a las autoridades del gobierno de Venezuela.

La reunión contó además con la presencia del vicepresidente yanqui, Mike Pence, y del autoproclamado Guaidó.

En su declaración final, el Grupo de Lima pide a la Corte Penal Internacional considerar la “grave” situación política y social de Venezuela, menciona la “violencia criminal” del régimen de Nicolás Maduro en contra de la población civil y exhorta a la justicia internacional a tener en cuenta “la denegación del acceso a la asistencia humanitaria, que constituye un crimen de lesa humanidad”.

Los puntos 11 y 12 de la declaración son los más claramente golpistas.

En el punto 11 los firmantes “reiteran su llamado a todos los miembros de la Fuerza Armada Nacional a reconocer al presidente encargado, Juan Guaidó, como su Comandante en Jefe, y los exhortan a que, fieles a su mandato constitucional de estar al servicio exclusivo de la Nación y no al de una persona, cesen de servir como instrumentos del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro para la opresión del pueblo venezolano y la violación sistemática de sus derechos humanos”.

En el punto 12 “exhortan a los miembros del Poder Judicial y el Sistema de Justicia de Venezuela, incluyendo quienes han sido designados irregularmente como tales, a reconocer la autoridad legítima de la Asamblea Nacional y del Presidente Encargado, Juan Guaidó, y a respetar el pleno ejercicio de sus competencias constitucionales, con el fin de facilitar la transición democrática y el restablecimiento del Estado de Derecho en Venezuela”.

La “ayuda humanitaria, una excusa” ya desmentida

El argumento de la supuesta ayuda humanitaria ya fue demolido por dos organizaciones que tienen autoridad sobre el tema: tanto la Cruz Roja Internacional como la ONU expresaron que se intenta politizar la cuestión.

A través de un documento, el 23 de febrero el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja en Colombia reafirmó que, con el fin de garantizar el cumplimiento de su misión exclusivamente humanitaria y de acuerdo con los Principios Fundamentales de Imparcialidad, neutralidad e Independencia, no puede participar en las iniciativas de asistencia planteadas para Venezuela desde Colombia, sin que exista un acuerdo previo con el movimiento.

Asimismo, tras la reunión de este martes del Consejo de Seguridad de la ONU el parte de prensa de la página oficial del organismo también hizo referencia al concepto de ayuda humanitaria y en qué contexto debe darse. “La subsecretaria general aludió al llamamiento a la calma que hizo el Secretario General a todos los actores e indicó que el sistema de la ONU trabaja en cooperación con las instituciones estatales venezolanas para brindar ayuda humanitaria a la población, de conformidad con los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia”, señala la nota.

El Consejo de Seguridad de la ONU tiene cinco miembros permanentes que son China, Francia, Rusia, Reino Unido e Irlanda del Norte y EEUU. Cuenta además con otros 10 miembros no permanentes, entre ellos están actualmente Alemania, Bélgica, Indonesia, República Dominicana y Sudáfrica. Como los miembros permanentes tienen poder de veto, era imposible que saliera una resolución a la medida de EEUU. Tras la reunión del martes, quedaron planteadas las grandes diferencias entre los países con relación a Venezuela. El belicismo imperial quedó aislado y en minoría.

El secretario General de la ONU, António Guterres, aseguró que ya pasó el tiempo de que en América Latina se produzcan intervenciones militares. “El tiempo de las intervenciones militares en América Latina ha pasado”, opinó el lunes, antes de la reunión del Consejo de Seguridad, durante una entrevista concedida al medio suizo RTS.

De acuerdo con Guterres, una intervención militar sólo podría autorizarse en el marco de la Carta de las Naciones Unidas. En este contexto, dejó en claro que sería una ingenuidad pensar que sería posible hallar cierta unidad al respecto en el seno de la ONU en las circunstancias actuales.

La reunión del martes en la ONU confirmó que se está muy lejos de un consenso. Según señala el parte oficial en la página de la ONU, “al igual que hace un mes, el debate dejó ver la polarización internacional con respecto a la mejor vía para que Venezuela supere el actual impasse”.

“EEUU lidera a un grupo de países, Colombia, Brasil, el Reino Unido y Alemania, entre otros, que reconocen a Juan Guaidó como presidente interino y responsabilizan al gobierno venezolano de la violencia del sábado pasado y de atropellar los derechos de la población al no permitir la entrada de asistencia humanitaria”, señala la página de la ONU.

La posición más guerrerista, como era de esperar, la sostuvo el enviado especial estadounidense para Venezuela, Elliot Abrams, quien aseguró que los hechos de violencia que se produjeron el fin de semana en la frontera con Colombia fueron “la obra de pandillas controladas por el presidente Nicolás Maduro” y criticó a los países que llaman al diálogo en vez de llevar ayuda a los venezolanos que la precisan.

Pero la posición oficial de la ONU sobre esos incidentes es distinta, y no menciona pandillas venezolanas, sino personas de la oposición: “La división profunda de los integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU con respecto a la situación en Venezuela se hizo patente una vez más este martes en una sesión promovida por EEUU tras los acontecimientos de violencia del sábado pasado, cuando los opositores al gobierno venezolano intentaron entrar desde Colombia y Brasil al territorio de Venezuela con un cargamento de ayuda humanitaria sin la autorización del gobierno”, señala el parte de prensa de la ONU, que pese a su tono diplomático e imparcial desmiente muchas de las noticias falsas que sostienen los golpistas.

Rusia, al igual que los países que comparten su postura, como China, reiteró su reconocimiento a Nicolás Maduro como presidente legítimo de Venezuela y consideró que EEUU montó un espectáculo político mientras se burla de la ley internacional. El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, subrayó que las sanciones impuestas por EEUU a Venezuela desde 2013 afectaron su economía en 345 mil millones de dólares, “un dato que se silencia” cuando se habla de la situación económica del país sudamericano.

Con relación a los incidentes fronterizos, Nebenzia señaló que fue “un intento de hacer entrar ilegalmente (un cargamento) a un Estado vecino, usando a los civiles como escudos humanos”.

“Los videos muestran claramente que la gente proveniente del territorio colombiano se movía agresivamente y provocó al personal militar y las tropas venezolanas que estaban en servicio”, agregó el representante de Rusia.

“Llamemos a las cosas por su nombre, esto no es ayuda humanitaria. Si EEUU quisiera ayudar lo haría a través de las agencias humanitarias que operan en Venezuela como lo han hecho otros países. Por ejemplo, Rusia llevó la semana pasada 7,5 toneladas de asistencia médica a Caracas a través de la OMS y no encontró ningún obstáculo”, señaló Nebenzia.

El 23 de enero, Guaidó se autoproclamaba presidente encargado y prometía llamar a elecciones. Pasó más de un mes de esa farsa y el golpe de estado no logra consumarse. Las fuerzas armadas de Venezuela siguen leales y dispuestas a dar pelea.

Fuente: El Eslabón

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