En Santa Fe, las primeras escuelas en volver a la presencialidad en la pandemia fueron las de la ruralidad. Un dato que la secretaria general de Ctera y Amsafé provincial, Sonia Alesso, destaca este 9 de noviembre Día de las Maestras y los Maestros Rurales, fecha establecida en homenaje a la docente santafesina Angela Peralta Pino. “Pudimos ver la emoción de esas compañeras y compañeros de regresar a la presencialidad de su trabajo”, dice Alesso en charla con Redacción Rosario.
A mediados de octubre, 56 escuelas del norte y centro provincial recuperaron las clases presenciales postergadas por la pandemia. Alesso señaló que la ruralidad es una modalidad muy presente en la provincia, en especial en esa parte del territorio. Además de remarcar “el fuerte compromiso que tienen estas escuelas rurales, sus maestras y maestros con la educación”.
Recordó que la distancia afectó mucho la enseñanza en estos lugares, dada la falta de recursos de las alumnas y alumnos para asistir a clases virtuales. “Sin embargo, -rescató Alesso- las docentes se las ingeniaron para llevarles casa por casa, como fuera, o acordando con las familias, las tareas, los cuadernillos, materiales fotocopiados para garantizarles aprendizajes y sostener los vínculos necesarios”.
Para Alesso sigue siendo un gran desafío “fortalecer la modalidad rural”. Esto representa entre otras metas “mejorar la situación de los edificios escolares, que en muchos casos necesitan más inversión; que todos los chicos tengan computadoras; que es fundamental que tengan conectividad, que haya libros y materiales en cada una de las escuelas, y desde ya también asegurar la relación de la docencia con el puesto de trabajo, para que el maestro o la maestra rural pueda dedicarse a la ruralidad”.
La dirigente sindical del magisterio rescató la figura de Angela Peralta Pino, al considerarla “un bastión para Amsafé y la enseñanza rural”. Dedicó un recuerdo emocionado para esta maestra “y las muchas y muchos docentes anónimos de la ruralidad que han construido escuelas, que han hecho posible que las niñas y los niños de los lugares más alejados puedan estar en las escuelas”.
La Maestra Caracol
«Estoy encantada con mi nuevo cargo. Siento un poco de emoción al pensar que llevaré los beneficios de la escuela al interior de los montes, donde hay niños que esperan la voz educadora del maestro. En fin estoy muy contenta…», expresaba Angela Peralta Pino momentos antes de subirse a la casa rodante acondicionada como Escuela Itinerante N°942 y comenzar una experiencia inédita al recorrer y enseñar en el norte santafesino. Tan valiosa resultó que cada 9 de noviembre –fecha de su nacimiento- se recuerda el Día de las Maestras y los Maestros Rurales en su homenaje. A Angelita se la conoce como “La maestra caracol”.
Las palabras de alegría por su nuevo cargo están registradas en el libro Angela Peralta Pino. La historia de una pasión, Escuela Rodante N° 942 (Tomo 1), del fotógrafo Fernando Raber. Editado por Amsafé en 1998. La obra pertenece a la colección Historias de Vida, dirigida por Rubén Naranjo.
Cuando Angelita se subió a esa escuela rodante ejercía los cargos de maestra y directora la vez. La escuela era un vagón ferroviario que había sido acondicionado para cumplir la función de escuela itinerante: era aula, dirección escolar, biblioteca y el hogar de la maestra. La forma en que se distribuían los asientos alcanzaba para reunir a 32 alumnas y alumnos.
La Escuela Rodante N°942 se movía tirada por un tractor. Viajó por destinos inhóspitos del norte de la provincia, en lo que iba quedando de los montes de algarrobo y quebracho. La escuela de Angelita estuvo en los obrajes de Los Guasunchos, Los Quebrachales e Itapé; las zonas rurales de Santa Margarita, Los Guanacos, Las Cuatro Bocas y El Mate. También estuvo en zonas conocidas como La Avanzada, La Carreta y La Hiedra.
El recorrido de Angelita y su escuela rodante duró 22 años (1940-1962). La escuela quedó abandonada en La Hiedra hasta que en 1982 es rescatada, convertida en museo y desde entonces está ubicada en el ingreso a la ciudad de Tostado.
Angela tuvo la virtud de registrar en fotos su experiencia pedagógica. El fotógrafo Fernando Raber cuenta en el libro de Amsafé que aprendió lo necesario para usar una cámara elemental de aquella experiencia y los lugares que recorrió. Cuenta que son 250 fotos (o negativos, no queda claro en el relato) las reunidas por la maestra. Una buena parte de esas imágenes, el fotógrafo las reunió en un capítulo de su libro. Raber recibió en 1989 como legado de Aneglita una buena cantidad de negativos en los que reconoce de inmediato el valor documental que tienen.
Angela Peralta Pino nació el 9 de noviembre de 1901 en Providencia (departamento Las Colonias) y falleció en 1991.
En Maestras Argentinas
En el tomo 1 del libro Maestras Argentinas, entre mandatos y transgresiones, hay un capítulo dedicado a la historia de Angela Peralta Pino, escrito por profesora María Beatriz Jouve.
Maestras Argentinas fue compilado por Eduardo Mancini y Mariana Caballero. Son dos tomos de historias de maestras de todos los tiempos. Se presentó en septiembre pasado y fue editado por Centro Cultural La Toma e Inconsciente Colectivo.
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