Tuvo lugar en Maryland una nueva edición de la Conferencia de Acción Política, encuentro organizado por La Unión Conservadora Estadounidense. Fue un acto de campaña de Donald Trump, que estuvo acompañado por dirigentes de todo el mundo que le rinden pleitesía, entre ellos Javier Milei.
La edición 2024 de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés) se desarrolló en el Hotel National Harbor de Maryland, a 69 kilómetros de Washington DC (Estados Unidos) entre el miércoles 21 y el sábado 24 de febrero. El encuentro, que se celebra de forma anual desde 1973, es organizado por La Unión Conservadora Estadounidense (ACU, por sus siglas en inglés), representa a los sectores más conservadores del Partido Republicano, y esta vez fue parte de la campaña del multi-procesado Donald Trump, que pretende volver a la Casa Blanca si la Justicia se lo permite.
Fundada en 1964, la CPAC es la organización conservadora más antigua de Estados Unidos y su objetivo declarado es “preservar y proteger los valores de la vida, la libertad y el derecho a la propiedad”. En ediciones anteriores participaron líderes europeos como la presidenta del Consejo de Ministros de Italia, Giorgia Meloni, y el presidente de Hungría, Viktor Orbán.
La página oficial de la organización ofrece un texto de bienvenida en caracteres de gran tamaño y gritonas mayúsculas (que no reproducimos en la traducción): “¡Bienvenido a CPAC donde estamos Protegiendo a América Ahora! Hogar de la reunión de conservadores más grande e influyente del mundo”, señala, utilizando el término “América” para referirse a un sólo país dentro del continente que lleva el nombre del explorador y comerciante florentino.
La organización, que ejerce un explícito y estridente apoyo a la candidatura del multi-procesado Donald Trump, invita a unirse a su cruzada: “Centro de Acción. Únase a nosotros para que las corporaciones y el gobierno escuchen las voces conservadoras sobre una variedad de problemas que nuestro país enfrenta”.
En la parte superior de la página, por encima de los principales titulares, hay un enlace que dice “CPAC apoya a Israel”, que conduce a una serie de notas y materiales en este sentido.
La Unión Conservadora Estadounidense (en inglés: American Conservative Union, ACU) es un grupo político conservador dedicado a ejercer presión (en inglés “lobby”) sobre dirigentes, funcionarios y legisladores estadounidenses, para que apoyen las políticas que ellos defienden. El control, y el escrache, a sus subordinados es estricto: elaboran un ránking anual para hacer público cómo votaron, y traducen el accionar de los políticos a un indicador numérico que mide cuánto se han acercado o alejado de los ideales conservadores.
Es fácil acceder a la tabla de posiciones de los legisladores que se encuentran bajo la severa lupa conservadora: La página oficial de la CPAC ofrece el apartado “Responsabilidad legislativa: La forma más rápida y sólida de evaluar los registros de votación de 15.000 Legisladores Históricos y Activos”. Allí se encuentra, estado por estado, un porcentaje que mide la “confiabilidad” de cada legislador o legisladora de acuerdo a los mandatos conservadores. Se ofrece, además, una suerte de galería de los legisladores con mayor puntaje, una suerte de friso con los “empleados del mes”. Las fotos pertenecen al evento anual donde los más cumplidores reciben un trofeo.
La edición de 2024 de CPAC contó con la presencia del presidente de El Salvador, Nayib Bukele; la ex primera ministra de Reino Unido Liz Truss; el presidente de la Argentina, Javier Milei; el presidente del partido español Vox, Santiago Abascal, y el diputado federal brasileño Eduardo Bolsonaro, entre muchos otros. El ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no pudo asistir porque está siendo investigado por el intento de golpe de enero de 2023 y la Justicia le retuvo el pasaporte. El cierre estuvo a cargo de Donald Trump, el gran protagonista de la reunión.
La lista de asistentes muestra, entre otras cosas, los diferentes matices y las grandes diferencias entre distintos sectores conservadores ultraderechistas. No todos comparten las mismas visiones. Pero hay denominadores comunes que son considerables: el rechazo cerril, convertido en odio y violencia, hacia un amplio universo de enemigos. El origen de todos los males, según estos sectores, está en el comunismo, el socialismo, el colectivismo, las regulaciones del Estado, la justicia social, el keynesianismo, el aborto, el estado de bienestar, los migrantes, los extranjeros, los feminismos, el movimiento LTGBIQ+, los movimientos sociales, las organizaciones no gubernamentales de todo tipo, los organismos de derechos humanos, los organismos multilaterales (la Organización de Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, por ejemplo), entre otros, muchos otros. En verdad, toda otredad, todo aquel que no piense lo mismo, es considerado enemigo y es objeto de una amplia gama de violencias.
Truss: Una experiencia libertaria que duró poco
Compartir escenario con Truss, más conocida en su propio país como La Breve, puede atribular a ciertas subjetividades apegadas al pensamiento mágico y las fuerzas espirituales.
Ni dos meses duró Liz Truss en Downing Street, residencia oficial del Ejecutivo británico. A los 44 días de sus ajustes y desajustes libertarios, que hicieron peligrar la economía y la moneda británicas, leyó su dimisión y fue sucedida por el también conservador Rishi Sunak. Truss gobernó entre septiembre y octubre de 2022. Su plan libertario produjo un fuerte rechazo. Literalmente incendió a su país. Y el fuego sigue ardiendo ahora, en la gestión del multimillonario pro mercado Rishi Sunak, que intenta apagar el fuego con la nafta del ajuste.
Sin embargo, en su discurso echó la culpa del fracaso de su gestión a los comunistas e izquierdistas, entre los que incluyó a muchos conservadores. Recomendó profundizar los ajustes, aunque sean antipopulares, y aunque la gente se enoje. “Debemos luchar por lo que creemos”, exhortó.
También llamó a luchar “para salvar a Occidente” y trazó el consabido eje del mal: “Irán, China y Rusia atentan con medios ilícitos contra el libre mercado”.
“Tenemos diez años para salvar a Occidente, hagámoslo ahora”, alertó la libertaria de breve duración.
Bannon: El padre de la internacional ultraderechista
Steve Bannon fue otro de los grandes protagonistas. Se autodefine como el padre de una “nueva derecha” o “derecha alternativa” en todo el mundo. Fue ejecutivo de medios, financista, creador del sitio Breitbar News y estratega de Trump en sus primeros seis meses de gestión. Trump dijo que lo echó. Bannon, que renunció. Imposible saber la verdad ante los dichos de mentirosos de tiempo completo, incapaces ya de decir algo cierto. “Es un buen hombre. No es racista. La prensa lo trata muy mal”, señaló el ex presidente ante la partida de su estratega. Debió irse tras la violencia racista que se desató en Charlottesville (Virginia) el 12 de agosto de 2017, cuando un neonazi identificado como Alex Fields embistió con un vehículo a una multitud, con el saldo de una joven muerta (Heather Heyer), y 19 heridos. El perpetrador, que fue condenado a cadena perpetua, pertenecía a la violenta milicia racista, nazi y antisemita Unite the Right (Une a la derecha). Este es uno de cientos de grupos terroristas de derecha que actúan en Estados Unidos y que tienen vínculos con Bannon, que se considera padre de una suerte de Internacional Ultraderechista.
Entre los partidos de ultraderecha, nazis y xenófobos que asesora Bannon se cuentan el Frente Nacional de Francia, al partido Fidesz de Hungría, la agrupación Alternativa para Alemania, Los Demócratas de Suecia, el partido español Vox, el partido para la Libertad de Austria y el homónimo de los Países Bajos, y la Liga de Italia, entre otros.
El estratega ultraderechista fue vicepresidente de la empresa Cambridge Analytica, de Reino Unido, protagonista junto a Facebook en un escándalo por el robo de datos a usuarios.
Bannon fue detenido el 21 de agosto de 2020 por fraude en la captación de fondos para construir el muro en la frontera de su país con México. Se lo acusó de estafa, blanqueo, y el robo de un millón de dólares. Fue liberado bajo fianza (5 millones) y luego indultado por Trump.
En octubre de 2021 fue detenido por segunda vez, por negarse a declarar ante el Congreso por el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021. Fue acusado con dos cargos penales por desacato y sentenciado en octubre de 2022 a cuatro meses de prisión y una multa de 6.500 dólares.
Trump: El conocido recurso del insulto y la injuria
“Para los estadounidenses trabajadores, el 5 de noviembre será nuestro nuevo día de la liberación (…) pero para los mentirosos, los tramposos, los estafadores, los censores y los impostores que se han apoderado de nuestro gobierno, será el día del juicio final”, dijo Trump en su intervención de 90 minutos. Y advirtió: “Si el corrupto Joe Biden y sus matones ganan en 2024, lo peor está por llegar”.
“En muchos sentidos, estamos viviendo en un infierno en este momento porque el hecho es que Joe Biden es una amenaza para la democracia, realmente es una amenaza para la democracia (…) Hoy estoy ante ustedes no sólo como su pasado y, ojalá, futuro presidente, sino como un orgulloso disidente político. Soy un disidente”, afirmó.
El ex mandatario y actual candidato presidencial está implicado en al menos seis causas judiciales, incluidas dos imputaciones relacionadas con intentos de anular las elecciones de 2020.
Bukele: Una clase de mano dura para ultraderechistas
El presidente de El Salvador se auto-glorificó por sus acciones contra el crimen. Consideró que su país, devastado por la guerra civil y la delincuencia, “necesitó de 50 años y un milagro para salvarse”. Y dejó en claro que él fue el milagro.
“El próximo presidente de Estados Unidos no sólo debe ganar una elección, debe tener la visión, la voluntad y la valentía de hacer lo que sea necesario, de identificar las fuerzas oscuras que conspiran en su contra. Esas fuerzas oscuras ya están apoderándose de su país”, dijo.
Y utilizó un viejo lugar común de los que defienden la mano dura: “La policía se creó para mantener la ley y el orden, pues que lo hagan. Pero ahora algunos policías temen hacer su trabajo por temor a las consecuencias. Debe dársele las capacidades para poder cumplir con su función primordial, con su misión. Hay que dejar que la policía establezca la ley y el orden”, aseguró Bukele ante un público que acaso desconozca que ya se dieron a la luz documentos que demuestran que pactó con el delito organizado.
Milei: “No nos vamos a rendir hasta que la argentina sea grande nuevamente”
“Dado el impacto de la conferencia en Davos, en la que señalé que occidente está en peligro debido al avance de las ideas estatistas y socialistas, haré foco en los fundamentos técnicos que sustentaban esas apreciaciones políticas de aquella conferencia. Haré foco en cómo la economía neoclásica de fallos de mercado es funcional al avance del estatismo y cómo ello destruye el crecimiento económico, poniendo un freno a las mejoras en el bienestar y la lucha contra la pobreza”, señaló el presidente argentino.
“Tomarán conciencia de esta batalla que estamos dando, pero no nos vamos a rendir en hacer a Argentina grande nuevamente”, agregó, apropiándose del eslogan de Trump.
“Esta aberración se toma en nombre de la justicia social, y Hayek hablaba de las «palabras comadreja», donde cada vez que se pone un adjetivo, significa lo opuesto. La justicia social es violenta e injusta, es una aberración”, insistió.
“Argentina entró al siglo XX siendo uno de los más ricos del mundo y hoy está en el puesto 140 en el ranking mundial, con más del 50 por ciento de pobres y más del 10 por ciento de indigentes”, repitió, y una vez más atribuyó esta situación a las regulaciones: “En nuestros equipos de gobierno, descubrimos 380 mil regulaciones que traban el funcionamiento de la economía”, aseguró.
“No cedan en la lucha por la libertad. ¡Viva la libertad, carajo!”, concluyó.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 02/03/24
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