Motoqueros (capítulo 48)
Finalmente, se realiza la marcha en el centro de la ciudad. Adelante va la comisión directiva del sindicato, portando un gran cartel que dice: “Por la reincorporación de todos los compañeros cesanteados”
Finalmente, se realiza la marcha en el centro de la ciudad. Adelante va la comisión directiva del sindicato, portando un gran cartel que dice: “Por la reincorporación de todos los compañeros cesanteados”
La comisión directiva se ha reunido nuevamente de urgencia. Está evaluando los resultados de la medida de fuerza: en todos los casos la policía irrumpió con rapidez y violencia, desbaratando los piquetes que se habían formado ante
Aparecen de golpe, frente a la hamburguesería. Deben ser una docena por lo menos, todos montados en sus motos.
Las motos detenidas componen una extraña figura sobre el césped de la plaza. Ellos están a un costado, recostados sobre el suelo verde donde se convocaron de urgencia después de recibir un mensaje de Joe citándolos.
¡Lo que olvida el compañero, expresa Joe con vehemencia, es que no pueden echarnos a todos, porque entonces se quedan sin trabajadores!…
El pasado 25 de agosto falleció Jorge Isaías. Nativo de Los Quirquinchos, produjo una vasta obra poética y también en prosa. Sus libros fueron publicados en su mayoría en Rosario, pero en ellos habló casi siempre de su pueblo.
Más que asamblea, eso parece un velorio. Son cientos de motoqueros, pero ninguno abre la boca: se limitan a esperar, en silencio, que sean los dirigentes los que hablen.
Al entrar en la sala donde se encuentran sus compañeros de la comisión directiva, Joe le espeta: ¡Eh, loco!… ¿Por dónde andabas?… ¡Hace una hora que empezamos la reunión!…
Las palabras de El Mencho siguen resonando en sus oídos: “Pensalo. O empezás a laburar ya mismo, o te pueden seguir pasando cosas como las de anoche”. La apretada es evidente y siente que cada vez le queda menos margen de acción c
De la cana va directamente al boliche donde se juntan sus amigos. Entra, y se encuentra con la mesa de siempre, donde se halla, indefectiblemente, El Mencho, que finge sorpresa al verlo llegar.