En EEUU, desde su fundación, se libra una lucha por el derecho al sufragio. Hay que anotarse para hacerlo. No existe DNI ni padrón. Se vota un martes. Todo para desalentar la participación y así “domar a la bestia”.

Los comicios estadounidenses se erigen como una oportunidad única para que emerjan las miserias más ocultas e inconfesables que los medios corporativos tapan para sostener el mito sobre la ejemplar democracia de un país serio.

Mientras continúa el interminable conteo en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden acaricia la presidencia –tras ganar estados claves–, mientras que el actual mandatario Donald Trump acusa fraude.

Desde las 21 de este martes, comenzaron a subirse, por distritos, los resultados de la compulsa entre Donald Trump y Joe Biden. El último estado en cerrar urnas será Alaska, a las 3 de la madrugada.

El mandatario sigue en campaña pese a que padece Covid-19, aunque se recuperó a lo Superman con solo tres días de internación. Las redes sociales censuraron mensajes en los que comparaba esta enfermedad con la gripe.

Por sugerencia del cuerpo médico que lo trata y ante la posibilidad de que necesite recibir atención inmediata, pusieron al presidente de EEUU a resguardo. En tanto, Alberto Fernández deseó “una pronta y feliz recuperación”.

El presidente de Estados Unidos anunció que dio positivo al test de Covid-19. La noticia cayó como una bomba en medio de la campaña presidencial de ese país y hay incertidumbre sobre el estado de salud del mandatario.

Tras semanas de fuego en estados del oeste, que provocaron más de 27 muertos, la gestión ambiental de Donald Trump se pone en foco a 50 días de los comicios.

Aumentaron los pedidos de subsidios por desocupación y ya suman casi 32 millones. En tanto, este jueves se superaron los 4 millones de contagios por coronavirus con brotes masivos en California, Texas y Florida.

La campaña electoral de EEUU repercute en todo el mundo. El magnate, que no deja de abrir frentes de conflicto en todo el planeta, hace rato que eligió a China como el país a demonizar como responsable de todos los males.