Sin reconocer una sola de sus propias políticas que llevaron a la actual crisis, el presidente Mauricio Macri intentó llevar tranquilidad a “los mercados”. En pocas horas se sabrá si lo logró, pero su tono fue desesperado.
El Presidente volvió a recurrir a lenguaje meteorológico para hablar de “crisis”, aunque la adjudicó a que “se vinieron todas las tormentas juntas” y a la falta de acompañamiento de la dirigencia opositora a los “cambios”.
El núcleo duro del poder intenta una transición ordenada tras el estrépito de Cambiemos en conducir el experimento restaurador oligárquico. La clase política debe decidir si echa manto de piedad al plan criminal o lo condena.
El conjunto auriazul repitió la formación de las fechas anteriores pero no el resultado. Cayó 2 a 0 ante Racing, que dejó en Avellaneda los tres puntos y el liderazgo. Lisandro López y Augusto Solari, los autores de los goles.
El rol del radicalismo gobernando junto con quienes históricamente los combatieron en un momento en que comienzan escucharse ruidos de cacerolas y ya no queda globos. ¿Y el campo?
Junto con la destrucción de las principales instituciones del país que defienden los intereses nacionales y de los trabajadores de los embates del “mercado”, Cambiemos profundiza la ruptura del Estado de derecho.
La escalada del dólar levantó la temperatura en el Concejo. Monteverde tildó de “rata” a López Molina y el edil del Pro abandonó el recinto.
Acusan al Intendente y a la policía por destrozar y amenazar a una comunidad qom que reclama territorios ancestrales
Macri se cae a pedazos. La suba del dólar, la inflación, los despidos y recortes en el Estado, la destrucción de la industria y el trabajo nacional tornan insostenible el modelo Cambiemos.
El precio del dólar y la corrida cambiaria tensaron la cuerda y pusieron en evidencia las frágiles políticas de Cambiemos. Pero lo más preocupante es la consecuencia que dejará la crisis financiera en la economía real.
