“Ningún otro período resultó ser tan propicio” para la ovalada “como el peronismo”, dice un libro sobre origen y crecimiento de esa disciplina en el país. Resquemores en clubes elitistas ante la importancia del líder justicialista
Jorge Luis Borges creyó que los rasgos eminentes de una vida y un destino pueden cifrarse en el nombre de su protagonista. Si siguiéramos esa perspectiva, podríamos sostener que en el nombre de Perón –o mejor, y más rigurosamente,
Diana atesora una obra de arte que condensa tres retratos: de frente se ve a José de San Martín, a la derecha a Eva Duarte y a la izquierda a Juan Domingo Perón. Su familia lo conserva desde el día del derrocamiento del General.
Sana envidia esta mía a quienes fueron más contemporáneos de Perón que las y los que aquél 1º de julio del 74 teníamos apenas edad de segundo grado.
Quién sabe adónde estaba cada quien ese día en que se fue a descansar el General. Yo sé bien adónde estaba mi corazón triste, mi llanto contenido, mi dolor adolescente. Y el peso de mi desconsuelo.
“Llegaron para quedarse”, sintetizó Jaureche para definir la irrupción de la clase trabajadora industrial en el escenario político argentino de la mano de Perón. Un momento bisagra de la historia argentina.
Esa noche cocinó Perón. El viejo me dijo que quería volver a sentir cosas que no sentía hacía demasiados años y que estaba un poco cansado de que todos hicieran todo por él.
A 50 años del Mensaje Ambiental de Perón, el antropólogo Claudio Vizia publicó un libro que versa en torno al pensamiento del tres veces presidente argentino respecto de temas que cobran cada vez más actualidad.
El día 27 de noviembre de 1943 mediante decreto ley 15.074 se creaba la Secretaria de Trabajo y Previsión, desde donde se reconoció la dignidad del trabajo y de los trabajadores.
Yo no sé, no. En la casa de la tía de Pedro, San juan al 2400, alquilaba una pieza Doña Dominga, que muy temprano salía a vender diarios. Era una morocha a la que casi no le conocíamos la voz. Los más chicos pensábamos: ¿cómo será
