Paulo Escobar nació en Chile pero el golpe militar que derrocó a Salvador Allende obligó a su padre, militante universitario, a exiliarse en Brasil. Allí, en la descomunal San Pablo, Paulo se interesó, además de su pasión por el fútbol y el periodismo, por la gente en situación de calle. Ahora, en plena pandemia, decidió abrir un canal en YouTube para reunir cuentos que giran en torno a una pelota, y los subtitula para que puedan ser leídos a lo largo y ancho de Sudamérica.

“Yo soy chileno, nací en 1978 en la región de Valparaíso, y mi viejo en esa época tenía que salir del país porque pertenecía a uno de los grupos políticos en la Universidad”, cuenta Escobar desde San Pablo, y detalla: “Llegué aquí en febrero del 88, venía corrido con mi viejo, y desde el 2000 hasta hoy estoy junto con la gente que vive en la calle, en organismos de derechos humanos, también hago periodismo deportivo para algunos medios de aquí, y escribo crónicas y cuentos sobre gente que vive en la calle”.

Hinchada hay una sola

Mientras Bolsonaro tilda al coronavirus de “gripecita”, los muertos en Brasil se siguen contando de a miles. “Se la viene pasando muy mal hace unos años, sólo que ahora con la pandemia han empeorado. Ha muerto mucha gente y se cree que muchos no han sido contabilizados para mantener un número bajo”, dice preocupado Paulo, y argumenta: “Yo vivo en San Pablo, en la zona este de la capital del Estado. Acá hay cuarentena pero muchos lugares están abiertos. Muchas personas se quedan en sus casas pero por una decisión propia, con una ayuda mínima que el gobierno ha dado. Acá gobierna un partido de derecha también, por más que en este tema esté en desacuerdo con Bolsonaro. Hay cosas que no se pueden defender, incluso algunos medios que eran simpáticos con el gobierno nacional, ahora lo empiezan a criticar”.

Ante el avance de grupos “fachos”, como también le dicen en Brasil, muchas “torcidas”, tal como se denomina a las hinchadas en el gigante país vecino, decidieron organizarse.

“Parte de las hinchadas del Corinthians, de Palmeiras, que son rivales históricos, han tomado las calles, así como algunos de San Pablo, de Santos, y de otros equipos como Portuguesa. Y lo mismo ocurrió en Río, con las hinchadas de Flamengo y Botafogo. La del Atlético Mineiro también ha salido a las calles”, repasa Escobar, y explica: “Toman el espacio porque la gran mayoría de la gente que es parte de las hinchadas es gente muy pobre y está sintiendo más duro el golpe. Yo vivo en la periferia de San Pablo y las crisis nos golpean más fuerte. Como los partidos políticos opositores han abandonado las calles, ese espacio quedó para que las hinchadas las tomen y busquen defender la democracia. Los Fachos tomaron la avenida Paulista, que es un centro comercial del corazón económico de San Pablo, y a unos 300 metros, los antifascistas que estamos luchando tomamos la otra calle para intentar quitarles ese espacio”.

Paulo no se olvida del movimiento surgido en los 80, conocido como Democracia Corinthiana: “La hinchada de Corinthians tuvo una participación en la época de Sócrates y algunos de sus organizadores más antiguos traen la experiencia política de aquellos años. Pudieron organizarse en esta lucha común, y el domingo los veías juntos sacando a los fachos”.

La tribu de mi calle

La vida de Paulo, además de sus inquietudes por las problemáticas sociales, siempre rodó en torno a una pelota. “Desde muy chico juego al fútbol, incluso antes de los 10 años, cuando aún vivía en Valparaíso. Cuando vinimos a Brasil me probé en algunos clubes. Jugué en La Portuguesa, 6 meses, y en algunos otros equipos, pero después, por cosas de la vida, me fui alejando de la parte del entrenamiento y me fui para otros lugares de la vida”, rememora.

Y tras aclarar que “me gusta jugar en la media cancha, porque me encanta eso de armar, de pensar el partido”, agrega: “Seguí jugando en el fútbol de barrio, en favelas y comunidades pobres. Tenemos un equipo hace 3 años que se llama Corote e Molotov, que es de gente que vive en la calle, de ocupas. Nació debajo de un viaducto. También hay gente de derechos humanos, activistas. Es la posibilidad de que las personas de la calle jueguen al fútbol, porque los llevamos a jugar a muchos lugares de San Pablo”.

Paulo, que se autodefine “hincha de la U en Chile, y en Brasil del Flamengo, por la cosa del pueblo, de la gente pobre, de los barrios”, es un apasionado por todo lo que tenga que ver con el deporte de la redonda, pero también por la comunicación y el mundo de las letras.

“Hace 4 años empecé a hacer entrevistas a ex jugadores, para preservar la memoria del fútbol, en un canal del Museu Da Pelada, que es apadrinado por Zico. Y tengo tres libros escritos sobre crónicas y cuentos de personas que viven en la calle, personas reales, para contar que hay vida debajo de los puentes, de los viaductos y en las calles de San Pablo”, señala, y acota: “Estoy terminando el cuarto, que se va a llamar Los más pobres y la pandemia y que tendrá una versión en español, ya que la idea es empezar a traducirlos a mi lengua, porque hay gente que le gusta leer pero no entiende el portugués”.

“Leo desde los 7 años, por influencia de mi viejo y otras personas”, destaca Escobar, y a la hora de mencionar referentes, enumera: “Me enamoré de la literatura latinoamericana. Neruda, por ser chileno, es uno de los que más me gusta, pero el que para mí es un ídolo y me inspira mucho es Eduardo Galeano. Valdano también leo. García Márquez, Paulo Freire y Mario Benedetti”.

Antes de despedirse, este chileno que estudió Ciencias Sociales en Brasil, se refiere a Futeboleiros Latinos, el canal de YouTube que creó en plena pandemia para unir sus dos pasiones. “Empezó con una idea que tuvimos con Helvidio Mattos (periodista brasileño) y Agustín Lucas (ex futbolista y escritor uruguayo), con la idea de que personas de distintos países puedan contar sus historias de fútbol. Nos mandan el audio del texto y los subtitulamos, según el caso, al portugués o al castellano”, remarca, y concluye: “Lo que pienso es que la historia contada a veces es más linda que la vivida. Entonces me gusta que cuenten sus amores, desamores, dolores que el fútbol les causó. Y que el que escucha se imagine lo que quiera”.

Fuente: El Eslabón

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