Relanzan una política integral para beneficiar a familias campesinas y cooperativas rurales. Se destacó la labor del Movimiento sin Tierra como productor de alimentos saludables. La medida es muy resistida por los latifundistas y el complejo sojero.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, relanzará los programas de reforma agraria y la redistribución de tierras actualmente no productivas para las familias campesinas, según anunció la semana pasada el ministro de Desarrollo Agrario, Paulo Teixeira.

“La reforma agraria volverá a Brasil. Vamos a distribuir tierras y recuperar tierras improductivas, destinándolas a la reforma agraria”, dijo Teixeira durante la cuarta edición de la Feria Nacional de la Reforma Agraria organizada en la ciudad de Sao Paulo por el Movimiento de Campesinos Sin Tierra (MST).

Según informó el diario boliviano La Razón, el ministro aclaró que esta política tendrá también líneas de financiación y asistencia técnica para los colonos, fomentando las cooperativas agropecuarias. Asimismo, destacó la labor del MST como productor de “alimentos saludables” destinado al mercado interno.

Teixeira agregó que existen políticas para los pequeños agricultores, sobre todo para que el Estado les compre alimentos destinados a los comedores escolares. 

Acompañado de representantes de diversas dependencias federales y líderes de movimientos sociales, el ministro elogió la labor del MST, afirmando que el movimiento “produce alimentos con igualdad social” en un país que dejó de cosechar alimentos para su población para venderlos a otros países, informó Agencia Brasil.

“Ha disminuido la producción de arroz, frijol, yuca, hortalizas, legumbres y frutas”, enumeró Teixeira, que destacó que el MST posee la pericia y la competencia para producir alimentos sin el uso de pesticidas, lo que puede contribuir a la seguridad alimentaria nacional.

“El MST será muy importante para reducir la desigualdad social en el país y para incluir al pueblo en la tierra, produciendo alimentos en un país que perdió tierra para la producción de alimentos en un contexto en el que se expandió la producción de soja y maíz”, señaló el Ministro de Desarrollo Agrario al tiempo que agregó que, si bien el gobierno federal planea incentivar a los pequeños productores agrícolas, no interferirá con la agroindustria. “Eso está bien y no vamos a meternos con eso”, aclaró, para intentar calmar la furia de los terratenientes y el agronegocio.

La derecha contra el Movimiento sin Tierra

Teixeira criticó la creación, por parte de la Cámara de Diputados, de una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) para investigar el MST y las invasiones de tierras en el país.

“¿Quieres investigar al MST? ¿Quieres crear un CPI para esto? Creo que encontrarás cosas interesantes. Verán que allí, en los campamentos y asentamientos del movimiento, hay jugo de uva que no tiene mano de obra esclava. Encontrarás productos que no tienen pesticidas. Encontrarán soja no transgénica”, dijo en referencia a algunos de los productos que produce el MST, el mayor productor de arroz orgánico de América Latina, según informó el Instituto Riograndense de Arroz (Irga). 

“Quiero que los movimientos sociales en Brasil se ocupen de producir alimentos y ayudar al pueblo brasileño a tener la oportunidad de trabajar la tierra”, aseguró durante la audiencia en la que se discutieron las prioridades de su ministerio para este año.

Según Teixeira, históricamente Brasil realizó la reforma agraria con las comunidades europeas que llegaron a Brasil a fines del siglo XIX, pero los procesos se paralizaron en los últimos gobiernos. “Todas las comunidades italianas, alemanas, polacas, japonesas fueron beneficiarias del programa de reforma agraria”, indicó.

“El programa de reforma agraria está previsto en la Constitución brasileña, y lo vamos a implementar, con respeto a la Constitución y con respeto a las leyes. Y por eso, vamos a instaurar la paz en el campo, ya que constituimos la Defensoría del Pueblo Agrario para no tener más conflictos que puedan desbordar en temas más graves en la sociedad brasileña”, agregó.

Según Teixeira, tras negociaciones, el MST desalojará las áreas pertenecientes a la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), en Petrolina (PE), y la multinacional Suzano, en Aracruz.

“Brasil, para dar un salto como nación, un salto como país, para volver a tener un lugar entre los seis países más desarrollados del mundo, Brasil necesita pacificarse, necesita cohesionarse, para superar las tensiones existentes”, señaló el ministro.

El agronegocio ya gozó de beneficios 

Teixeira destacó que, desde sus primeros mandatos, Lula fortaleció el agronegocio, y puso como ejemplo la renegociación de deudas y los programas de crédito rural y compra de maquinaria. “Ahora, el presidente Lula también vio que hay que darle fuerza a la agricultura familiar”, anunció.

El ministro también explicó que el gobierno quiere cambiar el modelo de asentamientos, haciéndolos más sostenibles y ofreciendo servicios públicos y asistencia técnica. “Vamos a asegurarnos de tener una agricultura potente en Brasil, enfocada en la agroindustria, para la transición ecológica y para la apropiación de nuevas tecnologías”, agregó el ministro, que también destacó que la reforma contempla que las universidades trabajen cada vez más en investigación aplicada”.

Foto: Télam

Por su parte, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, se reunió con dirigentes del MST y prometió aumentar los recursos para el asentamiento de familias sin tierra, de 250 millones de reales a 400 millones.

La integrante de la coordinación nacional del MST, Débora Nunes, destacó que se encuentran en un nuevo momento en la lucha por la reforma agraria en Brasil. “En cierto momento, el MST, que está llegando a cumplir 40 años, entendió que la reforma agraria clásica ya no se daría en nuestro país por el nivel y etapa de desarrollo del capital en la agricultura”, comentó Débora, explicando que esto exigió del MST “la capacidad de reinventarse”, proponiendo la distribución de tierras improductivas a los trabajadores rurales como respuesta a los problemas que afectan a la sociedad en su conjunto.

Latifundio y trabajo esclavo

“La falta de realización de la reforma agraria produjo una serie de problemas estructurales para el pueblo brasileño, experimentados en el campo y en las ciudades. El modelo hegemónico del capital en la agricultura, expresado en el agronegocio, se reproduce en la línea de lo que fue el Brasil colonial, en el trípode de la formación del latifundio. Somos el país que concentra más tierra en el mundo, conviviendo con más de 4 millones de personas sin tierra”, aseguró la integrante de la coordinación nacional del MST.

Además del latifundio, señaló Débora Nunes, “este modelo se estructuró en torno a la producción de monocultivos, priorizando la producción de commodities (materias primas) para la exportación que, la mayoría de las veces, servirán de alimento en Europa y en los países desarrollados, sin tener en cuenta la necesidad de producción de alimentos y alimentos saludables para los brasileños”. 

“Y todavía queda un tercer aspecto, que es el trabajo esclavo”, agregó Débora, quien afirmó que los trabajadores que integran el MST se proponen producir alimentos sanos a través de la agroecología, preservando los recursos naturales y la biodiversidad del campo. “Nuestra propuesta de reforma agraria popular entiende que necesitamos cuidar, preservar, los bienes comunes para que podamos seguir existiendo en este planeta”, concluyó.

Los medios hegemónicos y el viejo macartismo

Los medios hegemónicos de Brasil y el mundo pusieron el grito en el cielo ante la decisión del gobierno de Lula. Y lo hacen agitando el fantasma del comunismo y la expropiación. Los diarios argentinos que responden al poder económico concentrado no fueron la excepción.

“El Abril Rojo de las invasiones de tierra alarma a los productores brasileños”, tituló Infobae, que agrega en la bajada “La ola de tomas busca presionar al gobierno en favor de la reforma agraria. En tres meses de gobierno de Lula, las invasiones superan a las de todo 2022”.

La nota, fechada el 8 de abril y firmada por Maria Zuppello, afirma que “haciendo cuentas, en tres meses de gobierno de Lula las invasiones superan a las de todo 2022, en el que se registraron apenas 11 según los datos del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra)”.

“Esta es la nueva guerra que ha estallado en Brasil en los últimos meses. Desde el 1 de enero de este año ya se han producido 16 ocupaciones de tierras, siete por el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y nueve por el Frente Nacional de Lucha del Campo y la Ciudad (FNL)”, agrega el informe al tiempo que señala que el gobierno está presionado, por un lado, por el sector agroindustrial, y por otro, por grupos políticos vinculados al gobierno de Lula, que siguen promoviendo invasiones de tierras. “La guerra de la tierra en Brasil abarca toda su historia”, agrega la nota, insistiendo con la terminología bélica.

Foto: Télam

Infobae asegura que durante la campaña electoral, Lula había declarado innumerables veces que el MST no ocupaba tierras productivas. “Los últimos acontecimientos, sin embargo, van en el sentido contrario. En marzo, la invasión por 1.700 militantes del MST de tres granjas del estado de Bahía, en el noroeste de Brasil, donde se cultiva eucalipto, causó revuelo. Las tres son propiedad de Suzano, la mayor empresa de celulosa y papel de América Latina, y tras un tira y afloja que duró días fueron devueltas a sus dueños. Según Eliane Oliveira, de la Dirección Nacional del MST en Bahía, «el territorio bahiano sufre el despojo sistemático de sus recursos naturales. Las familias han sido expulsadas de sus tierras y viven en situación de vulnerabilidad social en la periferia de las ciudades y al borde de las carreteras»“.

“Hoy Brasil es el mayor exportador mundial de alimentos. Sólo en 2022, cuando hubo una cosecha récord de trigo, la agroindustria brasileña exportó productos por más de 160 mil millones de dólares, y para este año se prevé una cosecha de unos 300 millones de toneladas de trigo, otro record más. Es precisamente a la luz de estas cifras que los productores brasileños se sienten amenazados por las invasiones de tierras y por una política que, según ellos, no está de su lado”, señala la nota de Infobae como una señal de alarma sobre la reforma agraria.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 20/05/23

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