1957
1957 es, para la historia de la cultura argentina, un año particular, puesto que en su transcurrir aparecen dos obras inmensamente significativas: El Eternauta, de Héctor Germán Oesterheld, y Operación Masacre, de Rodolfo Walsh. S
1957 es, para la historia de la cultura argentina, un año particular, puesto que en su transcurrir aparecen dos obras inmensamente significativas: El Eternauta, de Héctor Germán Oesterheld, y Operación Masacre, de Rodolfo Walsh. S
El doctor elogia mi puntualidad: –Es puntual como los alemanes, dice. –O como los ingleses, respondo. El doctor tiene apellido italiano, como tantos en este país. Es un hombre corpulento, pelado, de cara ancha cubierta por una bar
Cuando se recorre la zona meridional de Europa –incluyendo en esta categoría no sólo la costa mediterránea de Francia, como suele hacerse, sino la totalidad de su territorio– se tiene la impresión de estar en un espacio fundaciona
Y sí, yo siempre le decía. Yo le decía que tuviera cuidado, que se fijara, pero él no me hizo caso. No, no era irresponsable; al contrario, era muy serio. Se preocupaba por todo, por la casa, por los chicos. Sí, en esa época traba
El laureado periodista y escritor, que desarrolló perfiles periodísticos sobre Fogwill y el juez Zaffaroni, visitará la ciudad para mostrar su nuevo trabajo y dictará el taller “Crónicas, perfiles y personajes”.
Buenas tardes, General, acá estoy. Me dijeron que me estaba buscando… ¡Ah, era eso!… ¡Me imaginaba!… Y bien, usted dirá. Sí, sí, tal como usted lo dice. Coincidimos punto por punto. Pero no termino de entender para qué
¡Hola, chicas!… ¿Cómo están?… ¡Yo bien, regio!… Bueno, bah, regio es un decir. La verdad, estos días estoy bastante complicada. ¿Problemas con mi marido?… ¡No, para nada, es un divino!… Aparte, trabaj
Es difícil imaginar cómo se lo vería en la realidad: semejante posibilidad está limitada a sus allegados, a sus colaboradores y –desde ya– a los funcionarios con los que trata habitualmente. En la pantalla del televisor luce atild
La presentación de un libro de Eduardo Toniolli (Manuel Gálvez. Una historia del nacionalismo argentino) representó una oportunidad excelente para revisitar un tema ciertamente acallado en el debate público. Es notorio que el tema
Tilcara es un lugar maravilloso. Maravilloso aquí no equivale a paradisíaco ni mucho menos a bucólico: esos adjetivos jamás podrían condecirse con su sustancia desgarrada y antitética, hecha tanto de criollos como de coyas, cuando