A dos meses de que se realicen las elecciones primarias nacionales, casi todos los indicadores económicos se encuentran en fase negativa. Los desaguisados, por más propaganda engañosa en los medios de confusión, están directamente relacionados con las políticas neoliberales de Cambiemos apañadas por el Fondo Monetario Internacional, que trajeron desindustrialización, desempleo, más inflación, más pobreza y una estrepitosa caída del mercado interno. Lejos de las promesas de recuperación que esparce el macrismo, la crisis se agudiza.

La mandamás del FMI, Christine Lagarde, reconoció que subestimó la complicada situación por la que atraviesa la Argentina al momento de negociar el suculento préstamo condicionado por más de 56 mil millones de dólares. La directora del Fondo, metida de lleno en la campaña electoral, peló manual duranbarbista y habló de la “hard legacy” (pesada herencia) que recibió Macri de CFK para justificar su desacertado plan de salvataje.

Gracias a las políticas exigidas por el FMI, la economía argentina ya lleva más de un año en recesión. De acuerdo a estimaciones elaboradas por el Staff del Fondo sobre Argentina, el país está entre las ocho economías más recesivas del mundo. En abril, la economía se contrajo un 6,7 por ciento respecto del mismo mes de 2018, marcando que aún no parece haberse tocado el piso de la recesión. El cierre del primer cuatrimestre de 2019 arrojó una caída del producto bruto interno de 6,6 por ciento, según datos del Instituto de Trabajo y Economía (ITE), de la Fundación Germán Abdala. El PBI caerá en promedio en 2019, según diferentes cálculos, un 1,5 por ciento, guarismo optimista si se tiene en cuenta la compleja coyuntura.

Súper vacío | Imagen: JEB

“La actividad económica sigue sin mostrar señales de recuperación. El consumo volvió a retroceder en abril, y la economía todavía no parece haber internalizado los efectos de las medidas paliativas anunciadas por el gobierno el mes pasado”, señalaron desde el ITE, y completaron: “Uno de los motivos que complica el rebote del consumo es la ausencia de recuperación de los ingresos reales de los hogares. La escalada inflacionaria motivada por la crisis cambiaria que se desató el año pasado dejó a las paritarias sin brújula, en un contexto en el cual la recesión complejiza los acuerdos. El estado de negociación permanente y los aumentos particionados, entre otras innovaciones, hasta ahora no hicieron más que demorar la recuperación del poder adquisitivo de los asalariados”.

En igual sentido, para la regional Santa Fe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso), “el plan Primavera Electoral diseñado por el gobierno nacional para contener la economía, al menos hasta octubre, parece no estar dando buenos resultados”. En uno de sus últimos informes detalló que “más de 130.000 créditos de Ansés han sido otorgados en Santa Fe con el objetivo de reavivar el consumo, sin embargo, han chocado con las caídas reales en los ingresos de los santafesinos, junto con un desempleo creciente, frustrando los intentos de reactivar el consumo en Santa Fe”.

“Lejos de la primavera electoral, nos encontramos en un invierno económico que forzó un paro general con un alto nivel de acatamiento”, analizaron desde el Ceso, para pasar a enumerar: “Las ventas en supermercados continúan por el piso, abril fue el octavo mes de caída consecutiva del consumo de cemento portland en Santa Fe, los tarifazos golpean el consumo de energía eléctrica, comienza a caer el consumo mediante tarjetas de crédito, principal financiamiento utilizado para el consumo, en un contexto de aumento de tasa de interés y fuerte pérdida de poder adquisitivo de los ingresos, sumada la desconfianza de los consumidores que se mantiene alta”.

Rojo industrial

Si no hay para el supermercado, menos para cambiar o comprar un auto, se razona en la esquina. Es así que la provincia de Santa Fe tuvo el peor abril en venta de vehículos cero kilómetro en los últimos once años. El resultado directo de esta situación es el reciente anuncio que hizo la empresa General Motors, siempre rapidita para acusar crisis, de parar la producción por un mes en su planta ubicada en la localidad de Alvear. El cierre, acordado con el gremio Smata, donde los 1.500 operarios afectados de manera directa percibirán el 70 por ciento del sueldo mientras dure el parate, es por la caída de las ventas, la menor demanda y la acumulación de stock.

Según los datos difundidos por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), el número de vehículos patentados durante mayo cayó un 56 por ciento en comparación con el mismo mes del año anterior. El mes pasado, los patentamientos ascendieron a 36.610 unidades, mientras que un año atrás la cifra había alcanzado las 83.200 unidades.

El gobierno nacional, junto a la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa), anunció descuentos para la compra de autos cero kilómetro con el objetivo de revertir o al menos frenar el declive. También el sector autopartista está cada vez más complicado, con suspensiones, despidos y cierres de empresas. Como contraste, cabe recordar que el sector automotriz fue uno de los que más despegó durante el último gobierno de Cristina Kirchner.

Foto: Andrés Macera

La industria pasa por un mal momento. Según el Indec, acumula doce meses de caídas consecutivas. El índice de producción industrial manufacturero se contrajo en abril 8,8 por ciento respecto de igual mes del año pasado. En el primer cuatrimestre acumula una baja promedio de 10,6 por ciento contra el mismo período de 2018. En abril, todos los grandes bloques fabriles exhibieron una menor actividad respecto de un año atrás, donde se destacó el derrape en la industria automotriz, con una baja de 26,1 por ciento; seguido por equipos (incluye celulares), 24,2; muebles, 21,3 y textiles, 16,8 por ciento. La caída industrial impacta de lleno en el mercado laboral.

El reelecto presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, criticó duro la política económica de Macri, e hizo hincapié en la caída generalizada de la producción. “Hace tres o cuatro meses que el gobierno viene diciendo que estamos al final de la crisis, pero la situación está igual o peor”, soltó el dirigente industrial, que representa a un sector empresario que quizá ideológicamente se siente a gusto con Cambiemos pero que sabe que su plan económico de ajuste permanente les juega en contra.

Pero la crisis no es sólo cosa de grandes. Al menos cincuenta pequeñas o medianas empresas bajan sus persianas por día como consecuencia de las políticas económicas del gobierno de Cambiemos, de acuerdo a un relevamiento de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios y la Asociación de Empresarios Nacionales. La debacle se relaciona con la crisis generalizada en la producción nacional, con el aumento de la especulación, el endeudamiento, la concentración y la apertura a las importaciones en detrimento de la industria nacional.

En los últimos doce meses, unas 1.500 pymes quebraron o redujeron su plantilla de personal a cero, según advirtieron. Además, señalaron que hay otros 10 mil empleos en riesgo. Las pymes industriales también se alarmaron frente a la pérdida de empleo en el sector, que llega a las 128.000 vacantes en cinco años, de los cuales la mitad se destruyó durante la crisis cambiaria que se inició el año pasado.

Más que la teoría de la economía del derrame, la premisa neoliberal de Cambiemos parece ser la economía del derrape, y sin guardarrail. Pese a la degradación económica que afecta a las mayorías populares, la evidencia de la “heladera vacía”, el proceso de desindustrialización, el incremento del desempleo, la pobreza y el hambre, la alianza gobernante conserva chances de ser reelecta en las próximas elecciones. Todo hace suponer que las medidas de Cambiemos serán castigadas en las urnas por los propios afectados, pero, pese a todos los males, nadie puede afirmar todavía que esto suceda con la suficiente contundencia para derrotar al ajuste e intentar reencauzar la marcha de la economía.

 

General Motors, paró la producción por un mes en su planta ubicada en la localidad de Alvear.

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