Ajuste y desempleo, un superclásico neoliberal
En un contexto nacional recesivo, en Rosario y la región cae fuerte la actividad económica y la tasa de desocupación se dispara al 14 por ciento. Lo que ocurre acá, ocurre en todo el país.
En un contexto nacional recesivo, en Rosario y la región cae fuerte la actividad económica y la tasa de desocupación se dispara al 14 por ciento. Lo que ocurre acá, ocurre en todo el país.
La política económica recesiva trae como consecuencia la destrucción masiva de puestos de trabajo formales, con fuerte caída salarial. En 2018 el macrismo fabricó más de 100 mil desocupados. En Santa Fe hay 300 empresas en crisis.
El bono Dante Sica no alcanza, y encima pymes y administraciones provinciales argumentan que no lo pueden abonar. Trece distritos dijeron que no, ocho que sí y tres aún no se definieron. Santa Fe está entre los que no lo harán.
El modelo neoliberal del macrismo vino a bajar ingresos. Cuando finalice este año, los salarios de los trabajadores registrados habrán perdido en promedio unos quince puntos de capacidad de compra si se comparan con la inflación.
El Indec informó la quinta caída consecutiva de la industria, que trituró 90 mil empleos. Un hogar rosarino necesita $38 mil para llegar a fin de mes. Inflación, caída del consumo, despidos y ajuste salarial aceleran la recesión.
Mientras el FMI confirma nuevos desembolsos para la Argentina, al mismo tiempo admitie, para no volver a pifiar, una mirada pesimista sobre el país con posible caída del 6% para la economía y una inflación del 50% de cara a 2019.
La ley de leyes mete miedo. De cada 100 pesos, casi 30 irán al pago de la deuda externa, 16 a seguridad social, 9 a educación y cultura, 6 a salud, 2 a ciencia y técnica y poco más de 1 a vivienda.
La brusca devaluación con impacto en precios, tarifazos y el tope oficial en paritarias provoca una sostenida pérdida del poder adquisitivo de los asalariados. El bajón en la capacidad de compra este año será el mayor desde 2002.
El impacto de la devaluación y los tarifazos están a la vista: la inflación de septiembre llegó al 7%, la más alta desde 2002. Y las proyecciones estiman un 45% para todo el año. Los cierres de fábricas y despidos no se detienen.
El nuevo acuerdo con el FMI presentado por el gobierno desde Nueva York, profundizará las políticas de ajuste a costa de una debacle socioeconómica aún mayor. Tras el paro nacional, la próxima batalla es por el Presupuesto.