Cae, cae globito
Yo no sé, no. Pedro se acordaba de ese baldío que estaba en Pasaje Independencia y Cafferata donde había una canchita en la que apenas caían cuatro gotas, aparecían unos charquitos bárbaros, a los cuales se les prestaba mucha aten
Yo no sé, no. Pedro se acordaba de ese baldío que estaba en Pasaje Independencia y Cafferata donde había una canchita en la que apenas caían cuatro gotas, aparecían unos charquitos bárbaros, a los cuales se les prestaba mucha aten
Yo no sé, no. Pedro se acuerda de uno en el barrio al que le decían Alitas, por sus bracitos y por cómo festejaba cuando hacía un gol. A la hora de construir los barriletes, el pibe se empeñaba en que los zumbadores fueran atracti
Yo no sé, no. Pedro se acordaba que donde estaban las vacas del último tambo que quedaba en el barrio, el dueño, Tito, los dejó hacer una canchita. Y cuando estaban jugando se sentía el olor del ordeñe que había cerquita, de la le
Yo no sé, no. Pedro me contaba que un amigo de él nació en el 56, que en los sueños quinieleros es “la caída”, y que nació con algunos problemas. Casi se ahoga en el parto, porque venía cruzado, y eso le trajo ciertos inconvenient
Yo no sé, no. Pedro me contaba que allá en el fondo del barrio vivía una piba que le decían la Turquita, porque tenía pelo largo y ojos negros. En la esquina había un baldío donde estaba una canchita que era bastante piola para no
Yo no sé, no. Pedro me contaba que detrás de aquellas tres chimeneas de Acindar estaba la canchita donde aprendieron a pegarle de chanfle, con la parte de afuera del pie. Aunque todavía no se llama pegarle de tres dedos. En el fút
Yo no sé, no. Pedro se acuerda cuando venía la fiesta del 25 en la escuela, la fiesta patria. Él, como era uno de los rubiecitos, decía que capaz lo metían en el bando enemigo, entre los realistas. Entonces se preparaba para quema
Yo no sé, no. Pedro se acuerda que cuando era pibe, en la casa de la abuela, pegadita a la planta de quinoto, había una de mandarina, de mandarina criolla. Y la abuela siempre decía: “Hay que esperar que «hele». Con una buena hela
Yo no sé, no. El otro día Pedro me comentaba que cuando esperaban el fin de semana era todo un clásico ver cómo empilcharse. ¿Mocasines o los con cordones? ¿la campera o el saquerli? ¿las Adidas o las Topper? ¿el vaquero o los de
Yo no sé, no. Pedro se acordaba ayer –cuando pasábamos por lo que vendría a ser la punta de la fábrica– de una noche en la que los pibes estaban armando el equipo para entrar a un torneo y planteaban de dónde iban a sacar la plata