Entidades deportivas de Rosario dieron un paso más y se constituyeron como asociación civil para defender lo conseguido y encarar colectivamente las luchas que vienen. Ante el avance de la derecha, gerencias y privatizadores se relamen.
Como quien explica una cuestión de la cotidianidad, el ministro de Energía de la Nación Juan José Aranguren anuncia el fin de los subsidios en servicios de luz y gas. La medida, conocida popularmente como tarifazos, alcanza también a los clubes de barrio. Las tesorerías tambalean y al fantasma de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) se le allana el camino. Es mayo de 2016 cuando entre dirigentes de entidades barriales de Rosario empiezan a cruzar mensajes para organizarse y resistir los embates del gobierno de Mauricio Macri. “En ese tiempo no teníamos nombre. Era sólo autoconvocarnos para pensar qué hacer. El nombre vino solo, después. Fue por la forma de encontrarnos, que fue a través de las redes sociales”. Rocío Bentos se refiere a la creación de la Red de Clubes de Rosario, que el jueves 21 de septiembre celebró la primavera conformándose como Asociación Civil, una organización de segundo grado.
Bentos es dirigente del Club Industrial de Funes y es flamante vicepresidenta de esta entidad que luchó contra los tarifazos, las SAD y el DNU macrista que convirtió la Secretaría de Deportes en Agencia. Pero su militancia no es sólo de protesta: también se creó la Mesa de Género y Diversidad, se marchó los 24 de Marzo y se sumó a la movida nacional Plantamos Memoria, sembrando árboles en sus sedes.
Chiqui Goñi es la histórica presidenta de Unión y Progreso y nueva secretaria de la Red, cuya sede funcionará en el club ubicado en San Juan 3464. Sostiene que el jueves 21, día en que se firmó el acta, “va a quedar para la historia”. Y resalta: “Ahora tendremos más representatividad ante el Estado fundamentalmente y así poder defendernos entre nosotros”.
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Macri ya no está en la Casa Rosada, mucho menos Aranguren en la cartera energética. Cambiaron también las dirigencias de varios clubes. Lo que no cambió fue el lema de la entidad: “No hay un club sin otro club”.
Donde existe una necesidad, nace un club
Para la Red de Clubes de Rosario los derechos humanos no son “un curro” –como dijo Macri–, ni es “un verso” –como dijo Milei– la famosa frase de Evita “donde hay una necesidad, nace un derecho”. Goñi reconoce que “se ve un panorama muy difícil” para las entidades deportivas barriales ante el avance de las ultraderechas que ven esos espacios sólo con ojos mercantiles. “Es una incógnita quién va a ganar” las elecciones presidenciales. “No es muy alentadora la parte que nos toca a los clubes. Entre 2015 y 2019 se hablaba de privatizarlos y hacerlos un negocio. Siempre luchamos y seguiremos luchando para que eso no pase bajo ningún punto de vista. El desafío nuestro será mucho más grande”, agregó la mandamás –desde hace 14 años– de Unión y Progreso, e invitó a “que todos los clubes de Rosario, estén bien o mal de papeles, sean grandes o chicos, se sumen para poder hacer cosas por todos”, ya que “esto es un trabajo colectivo”. Y recordó que “con esta lucha se logró que las tarifas no se movieran, que volvieran los subsidios, que los clubes siguieran como asociaciones civiles. Ahora seguiremos dando la pelea”.
Para dar esa pelea contra quienes ven que donde existe una necesidad nace un negocio, la licenciada en Ciencia Política e integrante del Observatorio del Deporte de la UNR, Antonela Pierotti, remarca que es fundamental la creación de instituciones de articulación de segundo grado, como la Red de Clubes o Areda (Asociación Rosarina de Entidades Deportivas Amateurs): “Nos ayudan a pensar los clubes como generadores de agenda pública, que tienen un rol importante para decir qué es lo que está pasando y qué es lo que necesitan nuestros barrios”.
La docente de la Diplomatura en Gestión Deportiva observa que “las instituciones de segundo grado se vienen integrando por deportes y no por clubes”. Por eso resalta que “fortalecer estas instancias como la Red y Areda es un factor que puede hacer que los clubes tengan mayor visibilidad”.
Pierotti, que días atrás organizó en la Siberia la jornada Deporte y Sociedad, subraya que “los clubes de barrio no sólo han sido muy potentes en el surgimiento de los campeones del mundo”, como lo refleja el libro Semilleros, “sino que también tienen una función importantísima en la construcción comunitaria”. Y se explaya: “Hay un valor suplementario que no es mercantil, que no puede ser medido económicamente, y creemos necesario reivindicarlo más que nunca, pero no de una manera melancólica o nostálgica, sino también poner en escena cuáles son las dificultades, los desafíos, cómo poder formarnos para que estas instituciones sigan creciendo y sigan cumpliendo esa función esencial”.
😁Invitamos a toda la comunidad a la 1er Jornada de #DeporteySociedad
📅¿Cuándo? Lunes 18 Septiembre a las 18 hs
📌¿Dónde? En el instituto de Investigaciones
🤩 Organiza: Sec. de Relaciones Institucionales
Te contamos más acá 👉 https://t.co/vvHhF8LbXi#derechoaldeporte pic.twitter.com/vJJaf0diUr
— FCPolit UNR (@FCPolitUNR) September 13, 2023
Y justamente en Semilleros, en el que se leen las historias de los jugadores de La Scaloneta en sus clubes de origen, Nemesia Hijós –antropóloga social y becaria del Conicet– escribe en el epílogo que las entidades deportivas barriales “se regeneran y retroalimentan de la proximidad y el encuentro con el otro, como gesto de contención e integración, como opción real para la inclusión de las diversidades, como posibilidad concreta de futuro, como ejercicio de derechos conquistados, como construcción de lazos comunitarios, como expresión popular de nuestra cultura, como praxis y representación de un cuerpo colectivo que los conforma en su condición de actor político y social del territorio”.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 30/09/23
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