Un pedazo de vereda allá en el sur
Yo no sé, no. El pedazo de vereda de tierra que estaba por Riva llegando a Iriondo, era el lugar en el que ejercitábamos nuestra soberanía a pleno y cuya superficie bien parejita era ideal para las bolis, tanto que hasta el más tronco se podía mandar una arrimadita perfecta. Contaba con una pared que, además de brindarnos una generosa …