Paso a paso. Con preguntas sobre el pasado y una invitación permanente a reflexionar sobre la memoria, la verdad y la justicia. Así se avanza en “El juego de la democracia versus la dictadura. Es una lucha por tus derechos”, tal como se llama la propuesta pedagógica ideada en las aulas de la Escuela Secundaria N°551 Sonia Beatriz González Ábalos. En la semana del 24 de Marzo, recibió la “declaración de interés” de la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe. La distinción la entregó la diputada Matilde Bruera (Frente de Todos) en una visita que derivó en un rico intercambio de ideas entre la legisladora, estudiantes y docentes.

Tarjetas con preguntas sobre las Madres, Malvinas, fechas emblemáticas como el Día Nacional de la Identidad o la Noche de los Lápices, que incluyen fotos e ilustraciones de Rep, son el puntapié para arrancar con este recorrido donde se avanza cada vez que se aprende más sobre derechos humanos y memoria. “El juego de la democracia versus la dictadura” fue creado por estudiantes que cursaban el 2° año en la Escuela N°551 y 5° en la Eempa 1306, en 2012, y estaban a cargo del profesor Carlos Cárdenas.

Año a año, y a medida que se puso a rodar por las aulas, “el juego se ha ido renovando y se han agregado las sugerencias que hicieron las y los alumnos” que lo llevaron a la práctica, contó Cárdenas el martes pasado cuando estudiantes de 4° y 5° año recibieron a la diputada Matilde Bruera en la escuela. 

Antes, el educador repasó la historia del nombre de la Escuela 551: “Sonia Beatriz González Ábalos”, que refiere a la joven obrera que vivía en el barrio, que era delegada del Frigorífico Swift y fue secuestrada de su casa y desaparecida en julio de 1976. Una mención que cobra un significado especial en la semana del 24 de Marzo, a poco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. 

Un juego sobre la memoria ideado por la Escuela 551 Sonia B. González Ábalos fue declarado de interés por la Cámara de Diputados.

La escuela de Tablada es la primera de la provincia en rendir homenaje con su nombre a una víctima del terrorismo de Estado. Durante casi un año, estudiantes, docentes y comunidad educativa trabajaron en esa designación, no sin sobresaltos, para que finalmente fuera aprobada por el Ministerio de Educación de Santa Fe.

El nombre completo de la escuela es el de “Sonia Beatriz González Ábalos”, aunque ya se popularizó como “Sonia González” o afectuosamente “La Sonia”.

En el salón de esta escuela de Ayolas y Grandoli están pintados unos murales de colores, las chicas y los chicos, dispuestos en grupos para llevar a la práctica el juego. Este martes de marzo, estaban docentes y profesores, además de la directora Melina Barsola. 

Melina agradeció la declaración de interés impulsada por Bruera, en especial porque “estos reconocimientos construyen, ofrecen para afuera otra mirada de los pibes de Tablada”. Hace poco la escuela de zona sur fue noticia por un ataque a balazos sobre el frente del edificio escolar. Desde entonces la Gendarmería o la policía de la provincia permanecen cerca del ingreso al establecimiento.

La directora retomó rápidamente el discurso en el que eligió centrarse: el valor del trabajo de sus alumnas y alumnos. “Los chicos son quienes construyen”, afirmó sobre una idea que se relaciona con los aprendizajes diarios que eligen priorizar. “Levantar la bandera de la memoria es uno de nuestros pilares”, expresó.

Melina tomó la frase que desde hace décadas resalta el pedido de justicia por los 30 mil desaparecidos y todos quienes pelean por un mundo mejor. “No olvidamos, no perdonamos”, dijo, e invitó a sus estudiantes “a seguir peleando por sus derechos”.

Transmitir la historia

Por un rato Matilde Bruera ofició de docente, un trabajo –compartió con estudiantes y profesores– en el que se inició en una escuela técnica, pero siempre ejerció en el ámbito de la universidad. Desde ese lugar docente les ofreció una clase de historia sobre el pasado reciente y con la invitación a tomar la posta de la memoria. 

Bruera resaltó que este año se celebran “los 40 años de democracia ininterrumpida”. Para que cobre mayor sentido el aniversario hizo un especial hincapié en lo que fueron los años de dictadura; gobierno que usó como método “la persecución a los militantes sociales, la represión y la desaparición, como le pasó a Sonia (Beatriz González), quien tenía participación laboral como delegada”. La meta de la dictadura cívico militar –remarcó– fue implantar su plan económico.

La mayoría de las víctimas eran jóvenes que peleaban por sus derechos sociales, porque eran delegados de escuela”, agregó Bruera, recordando aquí lo que se conoció como la Noche de los Lápices.

Pero también advirtió sobre quienes “buscan imponer el olvido”. “Hay quienes militan el negacionismo”, alertó la diputada del Frente de Todos, para nuevamente poner en valor las políticas y conquistas en materia de derechos humanos de todos estos años de democracia. 

Para la diputada –así lo manifestó a las y los estudiantes– es necesario que ese compromiso con el pasado continúe entre las generaciones. “Esta historia la queremos mantener viva”, expresó, y sumó al grupo: “Y ustedes hicieron un aporte importante” para que “lo tomen las nuevas generaciones”. 

Conocer la historia –convocó la legisladora– es un instrumento para defender derechos, para pelear por un mundo mejor, tener mejores trabajo, salud, salarios, y es un aporte fundamental a la memoria”. Que la escuela –continúo– lleve el nombre de “una joven desaparecida también es un logro enorme” contra el olvido.

Matilde Bruera contó que cuando estaba en la escuela secundaria le enseñaban básicamente a repetir fechas y nombres. En cambio ahora cobran importancia también las propuestas “lúdicas” para aprender la historia. Otra razón para que la Cámara de Diputados de la provincia declare de “interés” el juego ideado en la Escuela 551.

La presencia de Bruera en el aula secundaria abrió el debate sobre la actividad de las diputadas y diputados, cómo se presentan los proyectos, cómo se dan las discusiones para que se aprueben o no, y lo más importante: saber que todos tienen la posibilidad de la palabra. En ese intercambio, las chicas y los chicos hablaron de sus prioridades, por ejemplo, cómo hacer que la tarea de los cuidacoches se convierta en un trabajo formal, darles un techo a quienes viven en la calle, la separación de la basura y también “llevar bibliotecas a las comisarías”. “Qué bueno que alguien piense así en las personas presas”, comentó Matilde Bruera, conmovida por esta última propuesta. 

Entre intercambios y reflexiones, el profesor Mario Cárdenas leyó un poema de su autoría, que tituló Un lugar para esta flor, que –entre otras palabras– dice: “No encuentro un lugar para esta flor/ Estoy triste pero entero,/ Los nombres se me mezclan/ Pero no se me escapan en el tiempo/ Treinta mil nombres y una flor que estarán conmigo para siempre.

En ese encuentro, que se volvió sin pensarlo en una clase abierta, estaban también las profesoras Marina Jañez, Griselda Benvenutti y la vice Nanci Ramírez, y el profesor Gabriel San Sebastián. Mateo, uno de los estudiantes, agradeció a Bruera “que haya venido hasta la escuela, el tiempo que se tomó en acercarse”. Y comentó para todos que en la escuela ya sabían quién era Sonia, pero afuera “la gente no la conoce” todavía y por eso había que continuar contando la historia. En eso están.

Escuelas, nombres y memoria

La Escuela Secundaria N°551 Sonia Beatriz González fue la primera en la provincia en homenajear a una víctima de la dictadura con su nombre. Ese camino se abrió y viene creciendo con los años. 

También en 2012, la Eempa Nº 1.325 de Cabín 9 (Pérez) pasó a denominarse Raúl Héctor García, en recuerdo al maestro, estudiante de antropología y miembro de la primera junta de Ctera que fundó una escuela para alfabetizar a los pobres de Cabín. Fue asesinado por la dictadura cívico-militar en diciembre de 1976. 

En la provincia, también llevan nombres de víctimas de la dictadura militar otras escuelas, entre ellas la Eempa N° 1328 Alicia López, de Santa Fe (desde agosto 2015). López fue profesora de letras, secuestrada en octubre de 1976 en Santa Fe frente de sus familiares.

En septiembre de 2016, la Eempa N° 1.052 pasó a llamarse Raquel Carolina Negro, en homenaje a la trabajadora social detenida-desaparecida. 

En mayo de 2019, la Escuela Secundaria N° 564 de Cabín 9 (Pérez) pasó a llevar el nombre de Juan Carlos Gauseño, militante asesinado durante la última dictadura militar, en 1976 y cuando tenía 22 años.

Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 24/03/23

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