Una callecita parisina, trescientos veinte metros de viejos adoquines y austeros jardines con plantas florales –esa especie que se deshoja y reproduce– la antigua flora natural con flores cargadas de pétalos y fragancias, ardientes o marchitas siempre llenas de vida. París con sus milenios de historia reúne encantos, leyendas, anécdotas dolores, la puja constante entre olvidos y la imperiosa necesidad …