Por Santiago Garat y Facundo Paredes. Como la legendaria criatura mitológica, el club El Cóndor resurgió de sus cenizas. Tras haber sido usurpadas sus instalaciones, un grupo de vecinos de Echesortu logró reabrir sus puertas.

Tras el violento operativo policial desatado en el barrio qom de Rouillón y Maradona, se multiplicaron los repudios.

El fallo judicial por el asesinato a manos de la Policía del joven que lavaba su auto en una vereda de la zona sur en 2015, causó tristeza e indignación a los familiares de la víctima y organismos de derechos humanos. Aseguraron que no bajarán los brazos y que seguirán en la lucha por justicia.

Nuevos movimientos en la denominada megacausa por estafas inmobiliarias en la que están involucrados escribanos, empresarios de negocios legales y de los otros y un alto ejecutivo del diario La Capital. La sombra narco en una de las pocas causas por dinero sucio en Rosario.

El reclamo contra la prohibición del uso de carros a caballo tuvo un nuevo episodio este martes. En una reunión con miembros del Ejecutivo local, esperaban respuestas que garanticen la posibilidad de trabajar.

Sólo los incautos podían esperar que el gobierno de Mauricio Macri basado en el enriquecimiento ilícito propio y de sus socios internos y externos no tuviera un impacto catastrófico en la economía y una descomunal exclusión social. Llegó el momento de parar al pobrerío como sea, o sea, a tiros.

El secretario general del organismo, Luis Almagro, propuso la suspensión de ese país “si no se celebran elecciones generales”. Es lo mismo que pide la oposición golpista. El presidente Maduro rechazó el injerencismo y denunció que se busca que “generar las condiciones para una intervención extranjera”.

Cambiemos aplica una versión actualizada del plan económico neoliberal de la dictadura y el menemismo. A 15 meses de gobierno, empiezan a repetirse las graves consecuencias laborales y sociales que deja un programa basado en el endeudamiento externo, la timba financiera y la apertura de la economía.

Las crecientes manifestaciones populares y las medidas de fuerza tienen como fin la defensa del bolsillo y el rechazo a los despidos.

Acechado por el conflicto social que provocó, el gobierno nacional quiere retener hasta octubre al menos el núcleo duro de su electorado, para lo cual tensa la cuerda con los gremios, el kirchnerismo y los movimientos sociales, en una sobreactuación innecesaria de gorilismo.